Sunday, October 13, 2019

Este Momento Es Una Experiencia Única En Todo El Sentido De La Palabra

La experiencia presente no es una que se “vive”, ¡simplemente es! No hay una identificación con un “yo” que “vive” la experiencia presente. Simplemente la experiencia presente ¡es! Es experiencia misma, con toda su textura, con todo su color, y la misma se vive en paz cuando se deja libre de significado.

Lo que ocurre, es que, para significados, para interpretaciones surgir, tiene primero que haber una identificación con un “yo”. Sin una identificación con un “yo”, no existen interpretaciones, sólo existe Lo-que-Es. Mientras lees estas palabras hay una des-identificación momentánea con ese “yo”. No se experimenta un “yo” que esta leyendo, simplemente, leer, és lo que ocurre. Eso es experiencia misma.

La vida cotidiana es experiencia misma, salvo cuando la experiencia presente se tiñe de interpretaciones que sólo tienen lugar cuando hay una identificación con un “yo”. Ese “yo” interpreta la experiencia presente como agradable o desagradable, se preocupa de lo que pueda tener lugar en el “futuro” o se siente culpable por lo que haya tenido lugar en el “pasado”, de la misma manera, puede sentir placer a raíz de interpretar pensamientos futuros o pasados que le agraden, pero, lo curioso del caso, pasado y futuro son simplemente pensamientos que tienen lugar en el momento presente, que, de nuevo, sólo surgen cuando hay una identificación con este “yo”. Eso, a su vez, da lugar a la ilusión de tiempo y espacio.

Pero tiempo y espacio son constructos ilusorios de la mente porque lo único que existe es este instante presente.

No tienes que creer estas palabras, ni te pido que las creas. Simplemente, compruébalas por ti mismo. ¿Puede haber algún lugar, espacio o experiencia que no sea la que está teniendo lugar ahora mismo?

Si haces una reflexión honesta te darás cuenta que lo único que existe es este instante presente. Aquí no existen preocupaciones, no existe culpabilidad, no existe nada salvo que la experiencia misma. Culpabilidad, preocupaciones, todas esas son meras interpretaciones. Esta misma experiencia libre de significado es la paz que toda la vida el ser humano ha estado buscando, que la tiene en sus propias narices, y la pasa por alto creyendo que es algo que tendrá lugar en el “futuro” cuando su experiencia presente cambie para algo “mejor”.

Y eso que juzga la experiencia presente como “inadecuada” y que va en pos de algo “mejor” es el “yo” del que estamos hablando, que no es más que un producto de la imaginación, y que se deshace en la presencia de este momento cuando la mente deja de proyectarle significado al momento presente.

Volviendo a lo que compartí anteriormente, mientras estabas leyendo estas palabras, totalmente sumergido en la experiencia misma de leer, ¿dónde está ese yo? La pregunta que ahora surges, ¿y cómo puedo dejar de identificarme con este yo? La contestación es muy simple. Eso no es algo que el “yo” hace. Pues aquí es donde el “yo” inventa estrategias y prácticas para des-identificarse del “yo”. Y es un callejón sin salida porque para que ese “yo” haga una estrategia de manera que pueda des-identificarse de ese “yo”, primero tiene que asumir que ese “yo” existe, y lo que estamos, finalmente, empezando a tomar consciencia es de que eso “yo” es inexistente.

Estas palabras no son escritas para que “tú” como “persona” experimentes que ese “yo” no existe. Están simplemente apuntando en dirección a que nuestra Esencia (letra mayúscula) es algo que va más allá de nuestra experiencia como "ser humano". Esa comprensión surge, si es que tiene que surgir, cuando tenga que surgir, y como tenga que surgir. Por ahora, las palabras se usan como símbolos, que, de nuevo, apunta, pero que no son la experiencia.

Es por eso que de esto no se puede hablar. Aunque intentamos hablar sobre ello, y escribir sobre ello, es una comprensión que simplemente tiene lugar. Sí estás leyendo estas palabras, Y hay resonancia en ti con ellas, se podría deducir que la mente está abierta a esta comprensión. Eso no implica que la comprensión vaya a tener lugar inmediatamente. Pero le llamo fertilizando el terreno. Esta experiencia es tan simple y tan obvia, que lo que la hace imposible de experimentar es la resistencia a soltar la identificación con este “yo”.

El “ser humano” se la ha pasado toda su vida construyendo este “yo”. Se siente orgulloso de sus logros, de la misma manera que se siente dolorido e indignado por sus fracasos. Pero logros y fracasos forman parte de una historia que la mente fabrica para sostener la identificación con un “yo” que ahora “cree” que ha “hecho cosas” o que ha “dejado de hacer” cosas.

Soltar la identificación con este “yo” es una forma de muerte. No es una muerte física necesariamente, es una muerte de identidad. Desde la perspectiva “yo”, esa muerte de identidad simboliza una pérdida, que solo cuando hay una identificación con el “yo” se experimenta como dolorosa.

No obstante, desde la perspectiva de la Conciencia, de eso que Soy (letra mayúscula), la des-identificación con este “yo” es una total liberación. Porque, al la Conciencia no estar restringida, es ahora libre para ser lo que siempre ha sido; Totalidad en todo sentido de la palabra. Paz infinita, plenitud absoluta.

Y esa experiencia de paz infinita, de plenitud absoluta, de amor incondicional, es la experiencia presente misma cuando no se le proyecta significado, cuando no se exige nada de ella. En ese sentido, lo que hay es presencia, lo que hay es Lo-que-Es. Y este momento, que es una experiencia única en todo el sentido de la palabra, libre de significado, sería lo mas cercano a la experiencia de amor puro, o para personas que se sienten cómodas con el concepto Dios, es la experiencia de Dios. Por eso se nos dice, “Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; ..." [Salmos 46:10]

Estar quietos no significa que “yo” estoy quieto. Es simplemente una manera de decir, suelta todo lo que crees “saber”, y lo que eres (amor, Dios, paz), es lo que queda.

Por eso es tan obvio, tan simple, y a su vez, tan aterrorizante. Porque lo que el ser humano mas le teme, es a su propia ausencia, aun cuando todo el sufrimiento surge a raíz de la creencia de creerse ser un ser humano. Si la oruga supiese que si suelta su pellejo se convertiría en mariposa, ¿no crees que dejaría el pellejo lo antes posible?

Hasta que le ser humano no tome consciencia de la paz, de el amor, de la libertad que tiene lugar al soltar su identidad, seguirá defendiéndola hasta la "muerte". Sin embargo, un proverbio de la India dice que para poder ser verdaderamente libre y feliz, ahora, en este preciso instante, hay que aprender a “morir” mientras está uno “vivo”.

¿Cómo se "muere" mientras me experimento como un cuerpo "vivo"? Simple. Suéltalo todo ¡ahora mismo! Suelta todas las creencias de lo que crees ser, de como las cosas "deberían" ser, y sin duda alguna, va a morir tu sentido de identidad. Y la libertad de sentirte en paz, en este preciso instante emerge. Esa, es la vida eterna, porque la mente se ha liberado. Eterna no en tiempo y espacio. Eterna, libre de tiempo y espacio.

Y aquí viene la paradoja. Esto no es algo que “tú” como “persona” “haces”. Es lo que ocurre a través de ti, si es que tiene que tener lugar. En un principio, esto acabo de decir puede experimentarse como una desilusión. Pero, utilizando las palabras de Ramesh Balsekar, si estás leyendo este tipo de material, y este no es un ocurrir que tiene lugar al azar, se podría deducir que la Conciencia está empezando a despertarse a través de ti, y ese es motivo suficiente para celebrar.

#nickarandes