Wednesday, November 20, 2019

¿Que Pasa Cuando Sólo Persigues El Placer? por Alan Watts


De por si, la pregunta ¿qué es lo que deseas? es más profunda. ¿Qué realmente te mueve? ¿Qué tipo de situación te gustaría? Vamos a suponer, y esto lo hago frecuentemente cuando estudiantes me buscan para asesoramiento de vocación, vienen a donde mi me dicen: “estamos graduándonos de la universidad y no tenemos la más mínima idea de que queremos hacer.” Así que siempre les pregunto: “¿Qué te gustaría hacer si el dinero no fuese un problema? ¿Cómo realmente te la pasarías disfrutando de tu vida?” Pues me sorprende que dentro de nuestro sistema educativo muchísimos estudiantes dicen: “Me gustaría ser pintor, poeta, escritor, pero como todos ya muy bien sabemos no se puede generar dinero haciendo eso.”

Otros dicen que les encantaría vivir en un campo abierto y montar a caballo. Les pregunto: “¿Te gustaría ser instructor en una escuela ecuestre? Vamos a mirar esto mas atentamente: ¿Qué te gustaría hacer?” Cuando finalmente llegamos alguna contestación en la que el individuo decide qué es lo que le gustaría a hacer, yo siempre le digo, “¡haz exactamente eso! Y olvídate del dinero. Porque si dices que obtener el dinero es más importante te la pasarás toda tu vida perdiendo tu tiempo completamente. Te la pasarás haciendo cosas que no te gustan hacer para continuar viviendo una vida haciendo lo que no te gusta hacer lo cual es estúpido.”

Mejor tener una vida corta repleta de hacer lo que te gusta hacer que tener una vida miserable muy larga. Y la realidad es qué si te dedicas a hacer lo que realmente te gusta hacer, no importa lo que eso sea, eventualmente te convertirás en un experto haciendo eso que te gusta, porque de la única manera que puedes ser bueno haciendo algo, es si le dedicas el tiempo y energía necesaria. Y luego podrás recibir buenos honorarios por lo que sea que estés haciendo. Así que, no te preocupes tanto debido a que siempre hay alguien interesado en algo, en eso que tú haces, de la misma manera que hay otros que, haciendo lo que le gusta, pueden proveerte de lo que sea que tu necesites.

Pero es absolutamente estúpido dedicar tu tiempo para hacer algo que no te gusta para pasarte toda tu vida haciendo algo que no te gusta y así enseñarle a nuestros hijos que continúen ese mismo camino. Lo que estamos haciendo es criando hijos, educándolos a vivir el mismo tipo de vida que nosotros vivimos de manera que podamos justificar nuestra insatisfacción de vida, criando y enseña tendo a nuestros hijos que hagan lo mismo. Es todo retroalimentación que no se vomita. Nunca llega ningún lugar.

Por lo tanto, es muy importante mirar atentamente esta pregunta: ¿Qué es lo que deseo? Cuando contestamos esa pregunta de manera ignorante decidimos que lo que deseamos es controlarlo todo. Crear mujeres que no envejecen, manzanas que nunca se pudren, prendas de ropa que nunca pasan de moda, artefactos que nos llevan de un lugar a otro instantáneamente para que no tengamos que esperar, “poder” disponible para hacer todo lo que pueda imaginarme y así sucesivamente. Obtener esta graciosa tecnología “omnipotente”.

Pero si te tomas el tiempo para reflexionar sobre eso y entras en profundidad con todo el poder de tu imaginación para descubrir si de verdad eso es lo que deseas, muy pronto descubrirás que eso no es lo que realmente deseas. Porque en el momento que tienes una situación en la que de verdad estás en control de todo, que es decir, que el futuro es completamente predecible, descubrirás, como dije en la charla de anoche, que un futuro completamente predecible es simplemente el pasado. Ya lo tuviste. Y eso no es lo que deseas. Quieres una sorpresa. No sabes lo que esa sorpresa va a ser porque obviamente no sería una sorpresa si lo supieses.

Tú quieres una sorpresa placentera. Y te preguntarías cuál tipo de sorpresa sería placentera. Y la realidad es que no puedes contestar esa pregunta. Porque sabes que si existen las sorpresas placenteras tendrán que haber también sorpresas no placenteras. Es como una persona que va a una caja de deseos en el que introduce su mano y saca un paquete. Y no sabe si lo que va a sacar del paquete será una rata muerta o una nueva cámara. Y eso, en realidad, es lo que aparenta excitar las personas.

Pero muy ciertamente lo que surge de este cuestionamiento es un sentimiento de verdadera desilusión sobre el ideal sobre el poder. Tener poder, estar en control es algo que ninguna persona sensible quisiera. Y tú dirías que eso alimentaria la irresponsabilidad. De que si tu fueses de verdad una persona responsable buscarías el poder y lo utilizarías de la mejor manera posible para el beneficio de todos.

OK, entonces ¿cuál es el beneficio para todos? Pregúntales. “¿Qué quieres que haga con este poder? Soy el dictador, ¿Qué te gustaría que hiciera?” Nadie sabría. Porque la realidad es que nadie lo habría contemplado detenidamente. La gente pensaría en todo tipo de sugerencias a corto plazo, y todas las sugerencias en su mayoría son conflictivas y confusas porque no han sido contempladas detenidamente.

Pero, de nuevo, cuando llegamos al fondo de todo, nadie quiere ser Dios. Siento que esta es la mayor lección para el mundo occidental aprender. Porque estamos tan enganchados con la idea de obtener poder, obtener control, de hacer que las cosas vayan de la manera “correcta”, y sin embargo, nunca nos hemos dado la oportunidad de reflexionar sobre ello. Cuando obtengas ese control, ¿qué vas a hacer con él? Así que cuando reflexionas honestamente sobre ello te das cuenta que tú no quieres poder. No quieres controlarlo todo. Por lo tanto, en la exploración de lo que quieres llegas a un punto en el que teniendo todos los placeres a tu disposición y te envuelven, piensas en nuevas fuentes para derivar placer. Eso, eventualmente, conduce a que termines como los antiguos romanos que tenían estas grandes multitudes de barbaros quienes tenían que ir todos los sábados al coliseo para un espectáculo que realmente tuvo que superarlo todo.

Porque tenían baños públicos, tenían prostitutas, tenían todo tipo de lujos. Pero cuando iban a ver uno de esos grandes espectáculos que el emperador ofrecía, tenían por ejemplo, flotas rodeando el coliseo, todas llenas de mujeres esclavas del mediterráneo adornadas de flores y saludando al publico inocentemente, luego soltaban leones feroces en el terreno para que se comiesen a todas esas mujeres esclavas. Y los espectadores derivaban de ello una sádica manera de experimentar placer. Porque como puedes ver, la persecución del placer más allá de cierto punto te lleva a lo que los budistas llaman el “Hīnayāna world”, que es lo mismo que decir el infierno.

Cuando has explorado el placer hasta llegar a sus máximos limites, de lo único que puedes empezar a derivar placer es del dolor. Por lo tanto, naturalmente desciendes de la manera del mundo, de la cima de la rueda a lo mas bajo, al “Hīnayāna world”, en el que se muestran todas las imágenes de tortura. Tú llegas al mundo infernal como resultado de no saber lo que quieres, como resultado de la búsqueda irreflexiva del placer, la cual te conduce, eventualmente, a la constante persecución del dolor.

Por consiguiente, si estás en el mundo infernal, ¡es porque ahí es donde quieres estar! Por lo tanto, cuando pregunto, voy directamente a la pregunta con la que comenzamos: “¿Qué es lo que deseo?” La respuesta es, “yo no se”. Cuando a Bodhidharma le preguntaron: ¿”Quien tú eres?” Que es otra manera de hacer la misma pregunta respondió, “yo no sé,…plantar flores en las que las mariposas descansan…”. Bodhidharma dice: “Yo se nada”. “Yo no se lo que quiero”. Y cuando no sabes lo que quieres alcanzas el estado de falta de deseo.

Cuando realmente no sabes,… Hay una etapa inicial de no saber y una etapa final de no saber. En la etapa inicial no sabes lo que quieres porque no te has dado el tiempo de reflexionar sobre ello. O simplemente pensaste superficialmente. Pero cuando alguien te fuerza a que pienses sobre ello, y lo atraviesas, dices: “Si, yo creo que quiero esto o creo que quiero esto otro…”, lo cual te lleva a una etapa intermedia que vas mas allá de tus reflexiones superficiales en la que terminas diciendo: “No, no creo que eso es lo que quiero. Pueda que me satisfaga eso que creo desear por un momento, y no necesariamente voltearías en otra dirección inmediatamente, pero no es lo que realmente deseo.”

¿Por qué no sabes lo que realmente quieres o deseas? 2 razones:

1ra razón por la que no sabes lo que quieres:
¡Porque ya lo tienes!

2da razón por la que no sabes lo que quieres:
No te conoces a ti mismo, porque nunca puedes.

La cabeza de Dios no es un objeto de su propio conocimiento de la misma manera que un cuchillo no se corta a si mismo, el fuego no se quema a si mismo, la luz no se ilumina a si misma. Es siempre es un misterio sin fin para sí mismo. “Yo no sé”.

Y este “yo no se”, surgiendo del infinito interior del espíritu, este “yo no se” es lo mimo que , yo amo, yo dejo ir, yo no intento forzar o controlar. Es lo mismo que humildad.

Cada vez que voluntariamente se suelta el control, en otras palabras, dejas de aferrarte a ti mismo, tienes acceso al poder. Porque estás desperdiciando energía todo el tiempo en defensa propia tratando de manejar las cosas, tratando de forzar las cosas a que se conformen a tu voluntad. Una vez que dejas de hacer eso, esa energía desperdiciada está disponible. Por eso eres, en ese sentido, esa energía disponible. Eres uno con el Principio Divino. Tienes la energía.
Sin embargo, cuando estás tratando de actuar como si fueras Dios, es decir, que no confías en nadie y que eres el dictador y tienes que mantener a todos en línea, pierdes la Energía Divina porque lo que haces es simplemente defendiéndote a ti mismo.

Por lo tanto, el principio es, mientras mas lo das, más regresa a ti.

MI COMENTARIO PERSONAL:

Lo que regresa a ti no son "cosas". Lo que regresa a ti es el Amor (Energía Divina). Y esa Energía Divina, ese Amor que somos puede, en ocasiones, tomar la forma de cosas, inspiración, oportunidades, etc. Pero lo que no queremos es confundir la Verdad con las ilusiones. A eso se debe el pasaje de la Biblia que dice: "Pero buscad primero su reino y su justicia (ser consciente de lo que Eres), y todas estas cosas os serán añadidas." [Mateo 6:33]

Observa que no habla de que las cosas se te serán "dadas" sino añadidas porque forman parte de tí. Por lo tanto, aunque la palabra "añadida" se ha utilizado para efectos de descripción, hasta esa palabras no tendría sentido porque no hay nada que "añadírsele" a lo que ya es el ¡Todo!

Esa es la limitación del leguaje y la razón por la cual las palabras tienden as separar en vez de a unir. Solo nos une el silencio (el Amor).

#nickarandes