Friday, January 3, 2020

Cómo Salir De Una Relación Conflictiva

Pregunta: "Hola Nick, te escribo desde Argentina. Mi nombre es Yanina y estudio el curso.
He visto muchos de tus videos y me ha aclarado un montón.

Pero hoy te escribo porque me siento muy agobiada. En mi guión me ha tocado estar desde hace ya algunos años en una relación muy viciosa ( sé que el guión ya está escrito y terminará cuando tenga que ser) pero es una relación de la que entro y salgo todo el tiempo y que me produce mucha angustia. Se que en el fondo es miedo al amor de Dios, solo que yo experimento ese terror cada vez que esta persona me deja. Y no se como sentirme merecedora del amor de Dios, para poder irme en paz de esta relación y dejar de torturarnos a ambos.

Se que ésta es mi lección de perdón y tengo miedo de no poder llevarla a cabo. Estoy muy identificada con el personaje y aunque tomo distancia y le pido a Jesus que me ayude a mirar de otra manera sé que en el fondo aún no deseo la paz de Dios. Es como un laberinto del que no se como salir, o mejor dicho, se que es con el perdón, pero no consigo estar en paz. Y no se como salir de esta relacion que no me hace bien.

Si tienes que leer ésto porque así lo dispone la vida, para ayudarme a aclarar un poco mis pensamientos, estaré atenta a tu respuesta. Abrazo y muchas gracias."

Comentario: Comprendo perfectamente como te sientes, y aunque por lo que escribes siento que tienes bastante clara la teoría, llevarla a la práctica se te dificulta. Lo que observo, según lo que me cuentas, es lo mismo que tiene lugar con el 90% de las preguntas que se hacen.

La gente quiere sentirse “mejor”, obviamente, pero no quieren soltar su identidad como “ser humano” por miedo a creer que pueden "perder" algo. Entonces piden "ayuda" al Espíritu Santo, Maestro Interno, como se le quiera llamar para que les "enseñe" a ver esto de "otra manera", que sin darse cuenta, para ellos significa seguir identificados con su identidad como "ser humano separado", sólo que más "cómodos" en el mundo.

Ver esto de otra manera es otra forma de decir, tomar conciencia de que toda esta experiencia física es sólo un sueño. Pero aquí es donde se pone interesante el juego. "Yo", como "ser humano", no puedo ver esto como un sueño debido a que "yo" formo parte del sueño. Entonces, en mi experiencia, primero necesito observar cuan todavía siento atracción por el sueño sin auto engañarme con conceptos de que todo esto es una ilusión. Luego hacerme la siguiente pregunta: "¿Qué realmente deseo para mi vida, paz y armonía, o drama y conflicto?"

Esta no es una pregunta que uno se hace cuando está cansado, sufriendo o adolorido. Porque todo el que está en una condición sufrida haría esa pregunta. Esa pregunta sólo se hace cuando el deseo más profundo es la verdad; cuando el sufrimiento no es la razón para hacer esa pregunta, sino el deseo profundo por descansar en los brazos de Dios. Para efectos de estudiantes de Un curso de Milagros a eso se le conoce como "la pequeña dosis de buena voluntad."

Sin esa pequeña dosis de buena voluntad, una vez que el sufrimiento o el dolor se esconde temporalmente a raíz de que el ego nos ofrece una experiencia placentera, ese deseo por la paz de Dios queda anulado. Y para esto uno tiene que estar listo. Eso también lo he aprendido. Porque por más de 10 años la vida me llevó a compartir la teoría no-dual de Un curso de Milagros, y sin embargo me era imposible intentar soltar el apego que se generaba a una relación hasta que el deseo por esa paz genuina empezó a asentarse. Esto no implica que deseos no surjan en mi, pero al poder ser observados, el desapego es más simple.

Ahora, presta mucha atención. Cuando comienza uno el camino del deshacimiento del ego, al nuestro sentido de identidad quedar amenazado, mucha resistencia suele surgir lo cual en un principio el conflicto y la confusión incrementan. Es otra manera de decir que el ego (sentido de identidad separada) luchará por su supervivencia.

Es por eso que hay un extracto de Un curso de Milagros que dice: “El ego atacará tus motivos tan pronto como éstos dejen de estar clara­mente de acuerdo con la percepción que él tiene de ti. En ese caso es cuando pasa súbitamente de la sospecha a la perversidad, ya que su incertidumbre habrá aumentado. (T-9.VII.4:6-7)

Aquí es donde nuestra única salida es una rendición total al experiencia presente aferrados de la mano de nuestro Guia Interno. Llámale Jesús, Espíritu Santo, Divinidad, Esencia, Dios, Krishna, Ala, Buda, el nombre es irrelevante. Lo importante es que no te aferres a tu mente lógica. Si intentas analizar lo que está teniendo lugar te la pasarás corriendo en círculos porque sigues identificada con tu identidad como “persona”. Solo la rendición total, la aceptación total te brinda paz.

OJO: Este escrito va dirigido estrictamente a alguien que desea la verdad. Porque como todo, el ser humano empieza desde la planta baja, subiendo escalones hacia la azotea. Por lo tanto, todo aquel que está identificado con su identidad como ser humano, en un principio pueda que necesite ayuda psicoterapéutica, lo cual requiere el uso de la mente lógica para manejarse en este mundo antes de estar listo para el paso que aquí estoy describiendo.

Continuando, según la rendición y aceptación total se convierte en tu práctica diaria, basada en el deseo honesto por la verdadera paz, según empiezas a sentir esa paz en ti, observarás como naturalmente el apego hacia el mundo, hacia las relaciones especiales se va deshaciendo por si solo. Y cualquier relación que entre en tu vida, aún cuando tú hayas sentido una atracción original hacia ella, si ves que esa persona está llena de conflicto, sin culpar a esa persona, algo en ti naturalmente te llevará a soltarla. No porque tú creas ser más "avanzada" dado que esa sería arrogancia espiritual, sino porque la dicha de estar en paz contigo misma no le da cabida al conflicto.

Y este no es un proceso que tienen lugar a raíz de fuerza de voluntad o entendimiento de la teoría. Esto ocurre muy orgánicamente cuando el deseo profundo por la verdad se continúa aceptando en la mente.

Así que, volviendo a tu pregunta, en vez de intentar descifrar o entender la razón por la cual sigues atraída hacia esa persona, otra manera de decirlo sería, deseando el mundo; honrando lo que sea que estés deseando, sin suprimir nada, bríndate más a menudo espacios de quietud. Observa lo que sientes, y repite en tu interior, "que se haga solo Su Voluntad, solo deseo sentir mi paz."

Las palabras no son importantes sino la intención que las inspira. Puedes utilizar otro juego de palabras, o ninguna palabra. Cuando tu deseo profundo por la verdad empieza a formar parte de ti, la vida misma te lo reflejará, no sólo con el tipo de relaciones que la vida te brinda, sino con las mismas relaciones que te encontrarás soltando.

Por consiguiente, no quiero que sientas culpa porque ahora mismo te encuentres atravesando esa experiencia. Considérala como el regalo que la vida te está ofreciendo para que empieces a priorizar la paz sobre todas las cosas. Eso es todo. Y que recuerdes que el deseo por esa paz no requiere sacrificios. Es por eso que no te digo que “sueltes” esa relación o que hagas algo relacionado a que hacer o no hacer en el mundo. Yo no estoy aquí para dar consejos sino mas bien apoyarte a redirigir tu mente.

Simplemente empieza por algo muy simple, hazte honestamente la pregunta si deseas paz interior, de nuevo, no como una pastilla temporal para dejar de sufrir, sino por el deseo profundo de reconocer a Dios en ti. Y si es así, observarás lo dichosa y benevolente que la vida se hace. Y te esa será inspiración suficiente para no querer volver a soltar la mano del Padre.

Eso es todo lo que yo hago con mi vida. No hago nada más. No tengo prácticas ni rituales. Cuando me levanto por la mañana le pido a la vida que me utilice como instrumento y presto mucha atención a cualquiera deseo por el mundo que pueda surgir. No lo niego ni lo reprimo, simplemente lo observo. Y como tengo claro que este mundo no tiene nada de valor que me pueda ofrecer, y también tengo claro que no sacrifico nada al dejarlo todo, sigo viviendo la experiencia de mundo. Hago cosas que me apetecen el mundo, pero la mente se encuentra mucho más receptiva a la paz y el amor de Dios. Y en las ocasiones que me caigo del caballo, por así decirlo, lo veo como otra oportunidad que la vida me ofrece, no como un castigo, sino para elegir de nuevo. ¿Elegir qué? La paz De Dios sobre todas las cosas.

Por eso una de las citas del curso, que por cierto, era la favorita de William (Bill) Thetford, el que apoyó a Helen Schucman con el dictado de Un curso de Milagros, es:

"Las pruebas por las que pasas no son más que lecciones que aún no has aprendido que vuelven a presentarse de nuevo a fin de que donde antes hiciste una elección errónea, puedas ahora hacer una mejor y escaparte así del dolor que te ocasionó lo que elegiste previamente. En toda dificultad, disgusto o confusión Cristo te llama y te dice con ternura: "Hermano mío, elige de nuevo”. " T-31.VIII.3:1-2

#nickarandes