Tuesday, February 25, 2020

“Dios mío, nunca quisiera hacerte daño”, exclamó un devoto.

“Dios mío, nunca quisiera hacerte daño”, exclamó un devoto.

Dios Respondio: "Mi amor, nada ni nadie tiene el poder de Hacerme daño. Pero respondiendo a tu petición esto es lo que podría compartir. Si no quieres Hacerme daño, por favor, no juzgues ni condenes a ninguno de Mis hijos que son tus hermanos. En su debido momento regresarán a Mí.

Simplemente no sueltes Mi Mano, especialmente si te sientes tentado a hacerlo cuando alguno de ellos te juzga o hace algo que consideres inapropiado. Recuerda que su propio dolor es su señal de que está eligiendo erradamente. Tú, no bastante, agarrado de Mi Mano, vas a ser el recuerdo de que se puede hacer una nueva elección.

Si sueltas Mi Mano, habrás elegido como éll y los dos se perderán. No obstante, en su propio dolor, tarde o temprano, uno por uno llegará ti y te extenderá su mano. Y mi amor a través de ti se extenderá hacia él, y encontrará su paz. Y cuando él pueda aceptar Mi Amor que a través de ti se extiende, estará listo para extender su mano a otro de Mis hijos que se encuentra perdido.

Así, sucesivamente, como una cadena que se construye eslabón por eslabón, Mi Amor será extendido, y el Reino olvidado será nuevamente recordado en el corazón de todos. Ahí se darán cuenta que, aunque no pueden Hacerme daño en realidad, se lo estaban haciendo a ellos mismos al haberse olvidado de que Yo no soy algo separado de “ellos”, sino que Somos lo mismo."

-Nick Arandes

#nickarandes