Saturday, November 28, 2015

Fui Católica, Luego Evangélica, Y No Sé Como Salir Sin Sentirme Culpable

Pregunta: “que tal?....hace algún tiempo que vengo escuchando y viendo tus videos, comencé con (nombre no revelado), leí el libro de Gary "La desaparición del Universo", mas o menos te cuento esto para poder ver que hago con todo lo que esta entrando en mi ser, recién acabo de escuchar toda la lección 135, necesito paz en un conflicto que se me hace muy duro, pero que intuyo que aquí hay algo con propósito, si me pudieras orientar te lo agradecería muchísimo...

fui católica, hace 27 años me convertí en evangélica, pero por escritos personales, me he dado cuenta que en estos 27 años estuve en un espiral, dando vueltas y siempre queriendo salir y no atreviéndome porque me causa un tremendo temor...¿a que? y ahora aparece El curso de Milagros que me dice todo lo contrario, quise huir, pero estoy mas atenta a lo que dice y de a poco lo voy incorporando, pero deje de hacer mis tareas como evangelista porque tome conciencia y no es que antes no me haya dado cuenta, que era una tremenda hipócrita, enseñando a la gente lo que yo no hacia.......y me cuesta muchísimo decir que no quiero hacer mas estas tareas porque se como funciona el sistema de persuasivo porque yo misma lo aplique con otras personas.

No quiero juzgar, quiero perdonar y perdonarme por todos estos años de mentiras.............no todo fueron malos, porque estoy muy segura que tienen la mejor intención y creen realmente en lo que predican......pero yo no, se me dirá que es rebeldía a Dios, y me cuesta enfrentar a las personas, me toma mucho dolor de estomago cuando se que tengo que ir y pongo excusas, ¿que tendré que aprender o deshacer? Gracias por escucharme Agradecería una palabra...con afecto"

Comentario: Antes de elaborar permíteme compartir que yo me crié en la religión Católica Apostólica y Romana y mi abuela que vivía con nosotros luego se convirtió a la religión evangélica. Así que estuve expuesto a las dos religiones y lo que aprendí fue que una me enseñaba como hacer dinero mientras que la otra me hacía sentir culpable por tener jejeje.

Pero bueno, vamos ahora a tu pregunta. Un curso de Milagros te lleva poco a poco a reconocer la naturaleza de tu identidad la cual es mente y no personaje separado. El miedo a ser rechazada de alguna manera tiene que ver con el miedo que sientes a ser rechazada por Dios y eso ahora se proyecta en la forma de seres humanos rechazándote.

Tienes miedo a ser juzgada, tienes miedo a que te vayan a echar un lado, de que nadie te vaya a aceptar, que no te vayan a querer y así sucesivamente. Toda esa falta de aceptación, ese miedo a que no te quieran, ese miedo a que te echen a un lado son los pensamientos que tienes sobre ti misma proyectados a un mundo y eso simplemente te distrae del trabajo del perdón que tienes en frente. Y todo eso es basado en la creencia de que el mundo es tu sustento, lo cual tocaré ligeramente un poco mas adelante.

Yo también en un momento cuando estaba involucrado en el mundo de autoayuda creí en el poder de la persuasión y como tú también lo planteas no lo hacía con malicia sino con mis buenas intenciones creyendo que podía “ayudar” a “otros”.

No obstante según profundizó mi práctica de un curso de Milagros me fui dando cuenta qué todo lo que necesito hacer es darme esos espacios de quietud para poder conscientemente discernir entre lo falso (mundo ilusorio) y lo verdadero (la paz que mora en mi) para recordar que el amor de Dios es mi Fuente.

Eso me ayuda a ver el mundo desde una perspectiva más desapegada donde mientras más siento el amor que Dios tiene hacia mi menos me dejó distraer por lo que el mundo piense de mí debido a que al reconocer que mi Fuente no es el mundo y que es el amor de Dios sé que no tengo razón por la cual preocuparme ya que todo lo que necesite proviene de el amor de Dios, no de lo que otros digan, hagan, o piensen de mi.

Esto me recuerda la lección 50 del Curso: “El Amor de Dios es mi sustento: He aquí la respuesta a cualquier problema que se te presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. Crees que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa "protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien" relacionado y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que dotas de poderes mágicos… Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo que no tiene valor. No te sustentará.” W-pI.50.1:1-3…2:1-5

Esto no quiere decir que soy completamente invulnerable a lo que otros piensen de mi, o digan de mí, y que todo miedo se haya erradicado de mi mente. No obstante, al estar consciente de ello lo que en un pasado hubiera tenido un efecto, un impacto mucho más grande ahora se percibe como algo mucho más transitorio y pasajero. Y el hecho de estar en este mundo da testimonio de que no soy perfecto, Por lo tanto al recordar que mi único propósito es perdonar, eso es lo que hago a diario para continuar abriéndome al amor de Dios que mora en mí.

Ese amor que voy sintiendo hacia mi mismo es el que me permite compartirlo con otros, más es el que me permite tomar decisiones que sienta sean congruentes con el amor de Dios en mi sin temer a lo que otros opinen sobre esas decisiones. Mas recuerda, toda "decisión" es simplemente un efecto natural del sistema de pensamientos con el que me esté identificando en cada momento.

Por lo que veo en tu pregunta todavía no estás identificada con el amor de Dios en ti y crees que el mundo de una forma u otra es tu sustento. Y eso es muy entendible porque te criaste con religiones cuyo propósito es hacerte sentir separada de Dios creyendo que Dios es un hombre en el cielo juzgándote, observando cada paso que tomas para castigarte, etc. ¿Quién es un sano juicio no se sentiría culpable ni lleno de miedo si creyese toda esa historia? Y todo eso el Curso lo va desmántelando.

También percibo que tu mundo simplemente te está brindando la oportunidad de ver el rechazo que tienes hacia ti misma y por consiguiente se lo proyectas a esas imágenes que una vez más simplemente corroboran lo que sientes sobre ti misma.

Esta no es razón para sentirte mal ni culpable sino que la oportunidad que te brindas para observar la culpa inconsciente escondida de manera que puedas invitar al Espíritu Santo a corregir tu percepción y tomes conciencia del amor que está vigente en ti; de el Amor de Dios ¡que Tu Eres!

Mientras transfieres tu atención de el “amor” especial que buscas en el mundo o la aprobación que buscas el mundo, a esa quietud, a esa paz, a ese amor que mora en ti, muy naturalmente se te facilitará tomar la decisión de desvincularte completamente de aquello que ya deje de ser útil para ti.

Lo harás con amor, sin culpar a nadie, sino que respetando que todas esas actitudes que las personas comparten en esos círculos son perfectas para su proceso y sin ningún tipo de resentimiento ni malestar ves al santo hijo de Dios en todos ellos haciendo lo que ellos sienten es el camino para regresar a Dios, mientras tú ahora continúas por el tuyo recordando una y otra vez lo mucho que Dios te ama, siendo consciente de que todos tus años como católica y como evangelista fueron parte del perfecto camino para ti a través el cual estabas encontrándote a ti misma, a través el cual estabas encontrándote con el amor de Dios de la mejor manera que pudiste.

Por lo tanto nada de lo que sucedió en tu vida fue por casualidad. Simplemente agradécelo, pues es como un niño que por un tiempo creyó que sus juguetes eran reales e importantes y según fue madurando los fue dejando a un lado sin sentirse culpable por haber jugado con ellos ni por el gran disfrute que experimentó a raíz de esa experiencia.

Así que ya es tiempo de tu dejar los juguetes con los que jugabas a un lado, los cuales sirvieron su propósito, y encomendarte a Dios con ese amor y deseo de recordar el Amor que eres, sin necesidad de manipular ni persuadir a nadie, sin necesidad de la aprobación de nadie, simplemente porque estás ya preparada para ello.