Sunday, November 29, 2015

Si La Enfermedad Está en La Mente, ¿Por Qué Al No Creer En Ella No Se Siente Mejora?

Pregunta: "Muchas gracias nick me ayudo muchísimo tu labor no tiene precio oye una preguntita fíjate que comencé con el curso de milagros hace 1 año y e entendido que la enfermedad esta en la mente no en el cuerpo y ya no le creo de corazón pero sigo sintiendo los síntomas náusea diarrea algún consejo amigo querido?"

Comentario: No confundamos la Mente con el “cerebro” que le llamamos mente. La Mente está enferma y por eso proyecta un “cuerpo.” Por lo tanto, la que se tiene que sanar es la “Mente” de la creencia de haberse separado de Dios. El cuerpo no es lo que realmente somos, no obstante es lo que utilizamos para creer que esta experiencia física es nuestras realidad.

Por lo tanto, cuando hablas de que todavía sientes síntomas, en realidad, si lo miramos desde otra perspectiva, el hecho de que tengo “hambre”, de que tengo que “respirar”, todos esos son síntomas que dan testimonio de que soy un cuerpo, y no difieren de los síntomas que uno siente cuando el cuerpo experimenta dolor físico.

Por lo tanto tenemos que ser conscientes de no confundir los niveles. El objetivo del curso es sanar la mente de la creencia de ser un cuerpo, y síntomas físicos son distracciones muy fuertes, por lo cual el Espíritu Santo nos apoya con lo que se le conoce como “magia.” Magia son los agentes que se utilizan para apoyarnos a que el cuerpo deje de ser una distracción mientras continuamos poniendo nuestra atención en el interior. De esa manera no nos dejemos distraer por el “cuerpo”, por el “mundo”, por las “ilusiones.”

Si la medicina por ejemplo es la “magia” que se utiliza para parecer como que la ilusión del cuerpo se sienta "mejor", de esa misma manera el oxígeno es la “magia” que se se utiliza para parecer que la ilusión del cuerpo se mantenga “vivo.”

Vamos a un ejemplo mas práctico. Si tengo dolor de cabeza y se me dificulta descansar en la paz, en ese caso la aspirina podría ser la “magia” que utilizaría para sentirme mas calmado, y ahora que ese dolor no es distracción puedo continuar con mi proceso de poner la atención en la paz de Dios. De la misma manera si tengo hambre y se me dificulta estar en paz, la comida es la “magia” que se utiliza para saciar el hambre de manera que eso deje de ser distracción y pueda continuar mi proceso de sanar.

Esto no significa que siempre que tenga un dolor de cabeza necesito tomar una aspirina de la misma manera que cada ves que tenga un dolor físico necesito tomar alguna medicina o ir a un medico o lo que sea. A lo que voy es, cuando me encuentro distraído, en este caso por algún síntoma, alguna condición física, el ego quiere que el dolor se valla para continuar creyendo que soy un cuerpo y continúe distrayéndome con las ilusiones, no para poner la atención de la Verdad

No obstante, si soy consciente de que mi deseo es sanar la Mente para sentirme unido a Dios, utilizo esa y cada una de mis experiencias para poner mi atención en el presente, en total aceptación de ese momento, y de ahí confío en hacer lo que sienta es mas apropiado para lidiar con esa experiencia, una vez más, mientras continuo ejerciendo mi propósito el cual es perdonar y no utlizar la mente para tartar de "curar" el cuerpo. ¿Ves la diferencia?

Cuando el propósito es perdonar, es sanar la Mente y no intentar utlizarla para manipular la forma, como lo que en este caso sería tratar  de "curar" el cuerpo, algunas personas se sentirán inclinadas a tomar la aspirina de la misma manera que otras no. Algunas se sentirán inclinadas a tomar medicamentos o ir a médicos o herbolarios, mientras que otras no. Pero tu pregunta va dirigida a reforzar la creencia de que eres un cuerpo, un personajes separado utilizando las enseñanzas del curso para curarlo sin darte cuenta que eso no erradica el miedo sino que lo perpetua.

De no haber miedo en la Mente no habría proyección de cuerpo ni separación.

Ahora, tomemos consciencia de que tu crees ser un cuerpo y de que esta es tu “realidad” y de que no quieres soltarla. No pasa nada, eso nos pasa a todos hasta que empezamos a ser conscientes. De todos modos, esa es la razón por la cual las preguntas que se me hacen siempre tienen que ver con de alguna manera “arreglar” sus “problemas” etc.

Según vas eligiendo la paz de Dios. Según vas priorizando sanar para recordar que eres el Santo Hijo de Dios inocente, según vas poco a poco eligiendo la Expiación; perdonando, la Mente se va a ir liberando de la culpa inconsciente, del miedo a Dios, y por consiguiente, al el cuerpo dejar de ser un ídolo falso al que se atesora con tanto apego, puedas por consecuencia observar una “curación”.

Pues la enfermedad puede ser una representación del miedo a Dios que ahora se proyecta como una manera de auto castigo para que Dios sea mas misericordioso con nosotros y no nos castigue severamente por creer Haberle abandonado. Pero el enfoque nunca es en el cuerpo ni sus sintomas sino que en la Mente, en la Verdad, no en las ilusiones.

Es por eso que hay un extracto del Curso que nos dice: “Curar un efecto y no su causa tan sólo puede hacer que el efecto cambie de forma. Y esto no es liberación." T-26.VII.14:2-3

Miremos ese extracto con los paréntesis añadidos; “Curar un efecto (enfermedad) y no su causa (creencia en la separación) tan sólo puede hacer que el efecto cambie de forma (la enfermedad física se erradique). Y esto no es liberación (no es liberación porque todavía cree estar separado de Dios viviendo una experiencia física).” T-26.VII.14:2-3

Mientras te escribo esta nota, acabo de pasar por un constipado, o por lo menos así le dicen en España. En Puerto Rico le llamamos catarro, o gripe, donde tuve dolor de garganta, luego me tomé una medicina para la tos y la congestión nasal. Y todo eso fue simplemente otra experiencia de lo que es ser un cuerpo. Nada mas, ni nada menos. Hice lo que sentí tuve que hacer para lidiar con esa experiencia, sin involucrar al Espíritu Santo en mi sueño.

No obstante, tenga o no alguna condición física, mi practica diaria es siempre la misma, perdonar, recordar que soy el Santo Hijo de Dios inocente, y reconocer eso a través de mis hermanos también. El objetivo siempre es el mismo, reconocer que cuando mi atención se distrae con el mundo de las apariencias, sobre todo cuando tiene que ver con alguna condición física, recordar una y otra vez que mi realidad es en Dios, y no este cuerpo temporal que aparento ser.

Es así como puedo abrir mi mente a la Verdadera Sanación. De ahí en adelante, lo que suceda en el mundo de las formas con mi “cuerpo”, eso ira ocurriendo por si mismo. Si se supone que viva 100 años, así será aunque fume, beba, y coma todo tipo de comida grasienta. Y si se supone que viva menos, no importa cuantos batidos de frutas, ni cuantas vitaminas me tome, ni cuando ejercicio haga va a alargar esa experiencia.

¿Significa eso que no debo cuidar del cuerpo? Mi contestación es esta, ¿que es lo que sientes te hacer feliz mientras estás viviendo esta experiencia? Pues siempre y cuando no te estés haciendo daño a ti ni a nadie, continúa haciéndolo. Lo importante no es lo que hagamos en el mundo sino qué mas bien con que mentalidad la hacemos.

Puedes tomar frutas y licuados con amor, puedes tomar suplementos alimenticio con amor, puedes hacer ejercicio con amor, siempre y cuando ninguna de esas cosas se conviertan en ídolos que si no puedes tener acceso a ellas o hacerlas, tu paz se vea amenazada. Y siempre y cuando puedas respetar con amor las creencias y las decisiones de otros.

En otras palabras, el que uno quiera comer frutas o alimentos "saludables" no significa que es lo “correcto” y por lo tanto no juzgar a aquellos que quieran comer comidas que desde la perspectiva de esa persona serian “no saludables.” Pues a final de cuentas, nada de eso importa. En este mundo nada es importante salvo recordar que no es tu hogar, que tu hogar es en Dios, y por consiguiente recordar que solo hacer la Voluntad de Dios te puede hacer feliz. Y esa Voluntad es Tu Verdadera Voluntad. Una vez que eso está claro, como dijo San Agustin, “Ama y haz lo que quieras.”

Y volviendo a tu pregunta, elige la paz de Dios sobre todas las cosas mientras que hagas lo que sientes sería lo más importante para que puedas lidiar con tu condición física. Es así como eliges la mentalidad del Espíritu Santo en completa aceptación de lo que es, y serás guiado a que hacer en cada momento.

Y si sientes que la medicina es lo que quieres tomar, pues la tomas y se acabó. Pues el ego, que su objetivo es darle importancia al cuerpo, entra ahora con eso de que la medicina es “mala” para el cuerpo pero la homeopatía es “buena,” y una ves más se nos olvida que las dos son “magia.”

El Espíritu Santo utiliza el método que mejor se adhiera a tus creencias. Eso es todo. ¿Crees en la medicina? Utilízala. ¿Crees en la homeopatía? Utilízala.

Pero si quieres aceptar la guía del Espíritu Santo, deja a un lado todos los conceptos que tienes acerca de las dos, y confía entonces que hagas lo que hagas, elijas lo que elijas, el Espíritu Santo está ahí contigo siempre. Y si supieses que el Espíritu Santo está guiando la mano del que tienes en frente, ¿que diferencia hay si es un médico convencional o un medico holstico?

Si supieses que eso que te estás tomando para mejorar tu salud se toma con amor, ¿que diferencia hay si es un medicamento de una farmacia o un suplemento de un herbolario? En otras palabras, cuando no hay miedo lo que queda es paz, y desde esa paz, que no juzga, hagas lo que hagas siempre será lo correcto y lo mas apropiado para ti.

Una cosa mas, para que veas el auto engaño, cuando dices, “…entendido que la enfermedad esta en la mente no en el cuerpo y ya no le creo de corazón…” ¿Quien es ese “yo” que dice que no cree en ella de corazón? Ese es el “yo” que se tiene que deshacer. Ese es el “yo” ilusorio que cree que ésta experiencia física es su realidad, el cual el curso le denomina como el héroe del sueño.

“El "héroe" del sueño: El cuerpo es el personaje central en el sueño del mundo. Sin él no hay sueño, ni él existe sin el sueño en el que actúa como si fuese una persona digna de ser vista y creída. Ocupa el lugar central de cada sueño en el que se narra la historia de cómo fue concebido por otros cuerpos, cómo vino al mundo externo al cuerpo, cómo vive por un corto tiempo hasta que muere, para luego convertirse en polvo junto con otros cuerpos que, al igual que él, también mueren. En el breve lapso de vida que se le ha concedido busca otros cuerpos para que sean sus amigos o sus enemigos. Su seguridad es su mayor preocupación; su comodidad, la ley por la que se rige. Trata de buscar placer y de evitar todo lo que le pueda ocasionar dolor. Pero por encima de todo, trata de enseñarse a sí mismo que sus dolores y placeres son dos cosas diferentes, y que es posible distinguir entre ellos.“ T-27.VIII.1:1-8