Pregunta: “La interpretación de la parábola del hijo pródigo, es un tanto distinta a lo que se expresa en el video, (resumiendo) lo que experimenta el hijo, es un arrepentimiento profundo por su falta ante hechos puntuales, y toma consciencia de su error de ahí que se vuelve a la espera de la benevolencia de su padre.
Mi pregunta es cuando uno no tiene pecado, o al menos no de forma
racional o consciente, cómo se puede hacer un click, y cambiar 180° para
"lanzarse a la experiencia de la paz", si no se sabe el cómo, o
porqué uno llegó a tal extremo??!! Nota: la vida no es un "bla bla"
continúo, pero hablando se entiende la gente. Yo solo se que nada es lineal en
ésta vida.”
Comentario: El Hijo Pródigo no espera la “benevolencia” de su Padre debido a
que el Padre y el Hijo son el mismo. El Hijo no tiene de qué arrepentirse
porque el Padre nunca lo había juzgado. La analogía se utiliza simplemente como
una manera muy limitada de intentar explicar la experiencia de aparentemente
haberse separado uno de su Fuente y por consiguiente sentirse incompleto.
Pero como es imposible separarse de la
Fuente ya que somos una con la Fuente, regresar al Padre es otra manera de
decir que tomo conciencia de Quien Soy, Y en ese momento se restaura el
conocimiento en la Mente.
Una muy linda lección para poner en
práctica de un curso de Milagros es la lección 41: “Dios va
conmigo dondequiera que voy.” W-pI.41
Vamos ahora a la segunda parte de tu
pregunta. Para lanzarse uno a la paz primero tiene que desearla. En otras
palabras, cuando la gente dice que quiere la paz de Dios, lo que en realidad
quieren es que se le “arregle” algún problema en su mundo. Es como decir querer
mantener el mundo de las ilusiones vigente, su falsa identidad vigente, y
simultáneamente recordar lo que realmente son.
Otra manera de decirlo sería, estar en la
oscuridad, pedir por la luz, sin querer que la oscuridad se vaya. O querer despertar
de un sueño sin querer soltar ninguna de las figuras del sueño. Es
prácticamente un callejón sin salida. Y ahora buscan una varita mágica para que
su mentalidad cambie ¡ya! A eso se le conoce como “atajos espirituales.”
¡Sí! El cambio en realidad ocurre
instantáneamente. El problema es que hay mucha resistencia y por consiguiente
el cambio tiene que ser gradual, o mejor dicho, preparar la mente para le
cambio és lo que tiene que ser gradual, o de lo contrario sería extremadamente
aterrorizante para una mente que está identificada con la separación. El desear
la paz de Dios no obstante hace de este un proceso gradual, libre de
sufrimiento. Es una transición amorosa de una pesadilla a un sueño feliz,
ANTES, de finalmente despertar a nuestra Realidad en Dios.
Pero esa paz se tiene que desear de corazón
dejando de poner la atención en nuestra experiencia física (ilusiones) Por eso
el curso mismo nos recuerda: “Desear la paz de Dios de todo
corazón es renunciar a todos los sueños. Pues nadie que diga estas palabras de
todo corazón desea ilusiones o busca la manera de obtenerlas." W-pI.185.5:1-2
La pregunta que haces, no obstante, es
imposible de contestar desde el sistema de pensamientos con el que se hace la
pregunta. ¿Por qué? Porque ese que hace la pregunta se deshacería si
experimentases la paz verdadera. Por lo tanto la primera pregunta qué tienes
que hacerte es, ¿quiero verdaderamente recordar quien soy, o quiero que se me
“arreglen” mis problemas en el mundo? Porque si lo que quiero es arreglar mis
problemas en el mundo no voy a poder sino que continuar identificándome con un
“yo” separado.
Y aunque cambios en la forma pueden tener
lugar a raíz de un cambio de mentalidad, pero eso no afectaría en lo absoluto
la paz en una mente que ya está identificada con el sistema de pensamientos del
Espíritu Santo. Esto es MUY IMPORTANTE tomar en cuenta. De lo contrario el
enfoque será en las ilusiones y no la Verdad, y por consiguiente no se podrá
experimentar esa paz que tanto se desea.
Si de lo contrario quiero recordar que soy
el Santo Hijo de Dios, unido al Padre, gozando de perfecta inocencia, puedo
empezar por abrir mi mente al reconocimiento de que no sé absolutamente nada,
abrir mi mente en total aceptación a cada momento, y permitir que la paz misma
se acapare de mi mente. Es como el extracto que cito del curso constantemente; “Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada (cuando
me encuentro interpretando, juzgando), afirma lo siguiente: No conozco el
significado de nada, incluido esto. No sé, por lo tanto, cómo responder a ello.
No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía
ahora." T-14.XI.6:6-9
Un Curso de Milagros nos ofrece un
entrenamiento mental de un año, no para “iluminarnos” ni pretender que una vez
terminemos los ejercicios ya estamos libres de ego. Pero si encamina la mente
en dirección hacia la Verdad. Según cuan deseemos La Paz de Dios, eso decidirá
cuan provecho se obtendrá de este entrenamiento mental.
Independientemente de cual sea el camino
que se elija para experimentar esa paz, lo importante nunca es la metodología,
ni el entendimiento de conceptos espirituales, sino que nuestra voluntad de de
verdad quererla. Pues como el curso muy bien lo plantea: “El
conocimiento no es la motivación para aprender este curso. La Paz lo es.”
T-8.I.1:1-2
Si ese deseo es genuino la vida misma
proveerá los medios para poder experimentar la Paz Verdadera. A esos medios se
les conoce como “añadiduras”.