Tuesday, March 1, 2016

¿Se Puede Ser Promiscuo Y No Sentir Culpa?


Primero tenemos que estar conscientes de no confundir los niveles, y luego definir a que se refiere cuando se utiliza el termino culpa.

Empezando por los niveles, si hablamos del nivel del Contenido (Mente), que es nuestra realidad en Dios, no hay nada que podamos hacer lo cual nos haga sentir culpables porque nuestra realidad no es esta experiencia física. Por consiguiente, nuestra inocencia se mantiene intacta independientemente de lo que ocurra en el sueño.

Es como un niño en su cama, descansando inocentemente, pero teniendo un sueño en el que está arrojándole una piedra a otro niño y lo hiere. Aunque en el sueño el niño puede sentirse culpable, su realidad, la cual es el niño en su camita soñando un sueño, no cambia. El niño es inocente.

En en nivel de la forma (experiencia física) no obstante, donde aparentamos encontrarnos, el ser promiscuo no es ni bueno ni malo. Es simplemente eso. Sin embargo, debido a que aquí toda acción tiene una consecuencia, tenemos que ser conscientes de que si uno es promiscuo, puede haber consecuencias.

Esta el riesgo de que la persona quede embarazada y la consecuencia es que ahora hay una criatura de la cual hacerse cargo de. Otra posible consecuencia podría ser una enfermedad venérea si no se utiliza protección. Otra podría ser que esa persona con la que se tiene esa relación sexual termine apegándose a uno y eso puede convertirse en una situación muy incomoda, o que uno mismo se apegue a esa persona y luego sienta dolor cuando esa persona se quiere ir con otro(a), otra podría ser que si el deseo de ser promiscuo es el de sentirse “mejor” llenando un vacío la acción puede luego convertirse en una adicción, en fin, una vez mas, éstas solo son posibles consecuencias. El santo Hijo de Dios sigue siendo inocente, pero las posibles consecuencias de nuestras acciones en el mundo de las formas pueden terminar siendo muy dolorosas si no somos conscientes.

Vamos ahora a definir la culpa. Si por culpa nos referimos a creencias, acondicionamiento cultural, entonces eso depende de las creencias. Si para una persona el sexo se ve como un acto inocente sin significado alguno, entonces es posible ser promiscuo y no sentir culpa. No obstante si para otra persona hay una creencia que dice que el sexo es pecaminoso por decir así, mas sin embargo su deseo lo lleva a ser promiscuo, obviamente va a sentir culpa. Pero aun ahí, puede haber una trampa y ahora veremos porque.

Si estamos hablado de la culpa inconsciente que tiene que ver con nuestro deseo de sentirnos separados, que es por lo general lo que nos conlleva a la promiscuidad, entonces es imposible ser promiscuo sin no sentir culpa debido a que la culpa inconsciente ES la que produce el deseo de buscar otro cuerpo para sentirse completo. Por lo tanto, la culpa inconsciente genera el deseo físico, y eso es lo que conlleva al personaje a tomar la acción de ser promiscuo.

Si no hay culpa inconsciente, en otras palabras, si nos sentimos plenos en Dios, en el Amor que somos, no hay necesitada de buscar nada fuera, por lo que no hay deseo, y al no haber deseo físico no hay necesitad de promiscuidad.

Y recordemos que estoy hablando de promiscuidad. De dejar que ese deseo nos lleve a comportarnos irresponsablemente. No estoy hablando de una relación de pareja donde hay amor y comprensión, y que sienten el deseo esporádico de tener sexo, que aunque sigue siendo el deseo de unirse a otro supero, por lo menos se hace conscientemente.

Cuando utilizamos ejemplos como el Buda, Cristo, Gangaji, Nisargadatta, Yogananda, Amma, Krishnamurti por mencionar solo algunos, al haberse liberado de gran cantidad de culpa inconsciente, ese deseo físico simplemente no surge. Pues recordemos que el cuerpo no es el que desea. No tiene ese poder. El cuerpo simplemente refleja los deseos de una mente que se cree ser un cuerpo.

Y si alguno de ellos en una relación consciente ese deseo surgiese, pues se tiene la experiencia de tener el sexo y nada mas. Pero no se hace nada especial de ello, no es una adicción recurrente, es solo ese ocurrir en ese momento. Pues siempre y cuando seguimos teniendo la experiencia de ser un cuerpo, aun cuando hacemos nuestro trabajo de perdón, si el deseo está ahí se observa y se hará lo que se tenga que hacer según la mentalidad con la que nos estemos identificando, ego y Espíritu Santo.

Según la mente va sanando de la creencia en la separación, el cuerpo ahora se utiliza como instrumente de comunicación, y gran parte de los deseos que usualmente surgían a raíz de la carencia simplemente dejan de surgir.

Así que el ser promiscuo o no, no afecta en absoluto nuestra inocencia en Dios, solo que de nuevo, hay posibles consecuencias. Y mientras haya culpa inconsciente en la mente, la promiscuidad puede dar testimonio de ella. ¿Significa eso que ahora tiene uno que suprimir esos deseos? Suprimirlos no sería la palabra que emplearía, pero sí ser consciente de la causa de esos deseos porque si no, nos dejaremos llevar por esas sensaciones físicas y la culpa por consiguiente se continuará retroalimentando.

Pero de nuevo, si somos conscientes, según esos deseos surgen, se pueden expresar conscientemente mientras hacemos nuestro trabajos de perdón hasta que los mismos vayan perdiendo su fuerza a raíz de una mente que va descansado en la paz y la plenitud de Dios.

Y como nosotros no podemos controlar esas sensaciones, tenemos no obstante acceso a una mentalidad que puede liberarnos para que nuestra atención deje de ser en el cuerpo, en la forma, y vuelva a ser dirigía hacia a Verdad, hacia Dios.

Dado ese el caso, el Espíritu Santo nunca te va a “guiar” a que te acuestes con nadie, ni a que seas promiscuo, sino que cuando se sienta el deseo hacia cualquier individuo o experiencia del mundo (relación especial) que pongamos nuestra menta bajo Su directriz.

Es por eso que se nos recuerda: “El Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te atraiga te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas liberarte." T-16.VI.12:2

Mientras tanto, como nuestra realidad es en Dios, hagas lo que hagas, digas lo que digas en el mundo de las formas, eres inocente por el simple hecho de Ser lo que realmente Eres, Mente y no cuerpo ya que la verdad es que, "En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad:" T-10.I.2:1

Pero si se utiliza este entendimiento para comportarse en el mundo de las formas erráticamente, creyendo que porque eres Mente y no cuerpo ahora puedes actuar irresponsablemente justificando tu comportamiento, aunque somos inocentes en la Verdad, tendremos que adherirnos a las consecuencias de las leyes del mundo de las formas.