Hace poco estaba hablando con una amistad que me decía que se sentía carente porque no tenía dinero. Este es un concepto que genera mucha culpa y por consiguiente me gustaría elaborar un poco en ello.
El miedo que tengo unirme a Dios (culpa
inconsciente) me lleva a proyectar un mundo de separación. En ese mundo
aparenta haber un “yo” rodeado por un “mundo” por lo cual me siento separado de
mi Fuente (de Mi Mismo, de Dios). Esa creencia de que hay un “yo” separado del
todo es lo que se le conoce como la carencia.
Como podemos ver la carencia no tiene nada
que ver con cuanto dinero o posesiones tenga. Es simplemente la creencia en la
mente de percibirme separado de Dios.
Cuando dejó de prestarle atención a las
historias que la mente fabrica (creencias) sobre mi situación, sea cual sea, y
descanso en este momento presente en el cual me percibo arropado por la paz y
el amor de Dios, eso es sentirme abundante. Esa es la verdadera abundancia.
La razón por la cual esto es muy importante
ser consciente de, es porque el sistema de pensamientos de el ego asume que la
carencia tiene algo que ver con lo que tenga o no en el mundo (la típica
confusión de niveles). Pero una vez más, este mundo es la proyección que surge
a raíz de la carencia misma.
Por lo tanto el trabajo no es buscar la
manera de obtener más objetos (dinero, cosas, etc.) en el mundo para sentirme “abundante”.
El trabajo es no permitirme distraer por lo que percibo a mi alrededor, por las
historias que la mente hace sobre lo que percibo a mi alrededor, y aprender a
vivir en total aceptación de lo que es para poder mantener la paz interna.
Eso es ser consciente, eso es sentires
pleno, eso es abundancia, y con ese cambio de mentalidad no puede existir
carencia ninguna, tenga o no tenga lo que sea en el mundo de las formas debido
a que la carencia es una interpretación basada en la creencia en un “yo”
separado.
Siempre y cuando mi atención sea en
intentar cambiar algo en el mundo no voy a poder sino que sentirme carente, aun
cuando tenga mucho dinero u objetos ya que estoy reforzando en la mente la
creencia en la separación, que de nuevo, es la creencia de que hay un “yo”.
Pero si descanso en este momento, en el silencio, independiéntemente de lo que
esté ocurriendo a mi alrededor, independiéntemente de lo que tenga o no, tengo
acceso a la paz que sobrepasa todo entendimiento, y esa paz es un indicativo de
que no puede existir carencia en mi vida.
Pues si nos preguntamos por qué queremos
tener más de lo que sea, es porque creemos que si tenemos eso que buscamos
vamos entonces a experimentar paz. Y la paradoja es que la paz ya está aquí,
siempre, en el ahora. Todo lo que necesitamos “hacer” es dejar de “buscarla.”
Por lo tanto, no hay nada que “hacer” para sentires uno pleno y abundante. Ya
lo eres. Solo deja de poner la atención en las historias que la mente hace
sobre tus experiencias. Otra manera de decirlo, deja de darle importancia al
mundo, y por consiguiente estás dejando de prestarle atención a la carencia.