NOTA: Antes de comenzar mi comentario a la pregunta me imagino que cuando ella habla de los momento “gratos” se refiere a un extracto del curso que dice: “Los sueños que te parecen “gratos” te retrasarán tanto como aquellos en los que el miedo es evidente. Pues todos los sueños son sueños de miedo, no importa en qué forma parezcan manifestarse. El miedo se ve adentro o afuera, o en ambos sitios. O puede estar oculto tras formas agradables. Pero nunca está ausente del sueño, pues el miedo es el elemento básico de todos los sueños.” T-12.IV.2:1-5
Pregunta: “Hola Nick notó en mí
que todavía tengo deseos del mundo ilusorio, es decir, los sueños gratos me
siguen atrayendo muchísimo y no sé qué hacer para que el mundo ya no me
atraiga, trato de no interpretar los momentos y las sensaciones recordando que
lo único importante es la paz que ya soy pero yo veo que los momentos “gratos”
me siguen atrapando más que la verdad. Que proceso puedo hacer? Muchas gracias
Nick”
Comentario: El problema
es que ese “yo” que hace la pregunta no pude ver el mundo de otra manera. No
puede porque ese es el yo que se está deshaciendo y al hacer la pregunta sigue
reforzando su identidad. Es un callejón sin salida.
Intentar entender este proceso o buscar
una contestación que lógicamente haga sentido es imposible. Esto es una
experiencia no un acontecimiento entendido. Sin embargo vamos por partes.
Utilizando mi experiencia de vida como ejemplo, la percepción me dice, o mejor
dicho me hace creer que soy un personaje interactuando con un mundo. Y que a su
vez experimenta deseos por hacer cosas u obtener experiencias.
Sin embargo después de haber
experimentado un sin número de experiencias y darme cuenta que todas llevan a
lo mismo, que no tiene la capacidad de hacerme feliz ni de completarme, se me
ha ido facilitando entregarme más a la presencia de cada momento sin necesidad
de controlar las cosas ni de que fueran de una manera diferente de como son.
Eso es para mi confianza en la vida. Eso para mí ha sido el primer paso para
abrirme a este estado de conciencia.
Como “ser humano” sigo observando los
deseos que surgen sólo que no me juzgo por tenerlos. Y si me siento inclinado
en actuar sobre alguno de ellos lo hago, de la misma manera que si no me siento
inclinado a actuar no lo hago. No me hago rollos porque en algunos momentos
aparente desear el mundo. Pues esa es la trampa que no permite que el sistema de
pensamientos del ego se deshaga. De hecho la creencia o el esfuerzo de querer
dejar que el mundo no me atraiga mantiene el deseo por el mundo más firme en la
conciencia.
Por lo tanto, como he mencionado
anteriormente, si surge algún deseo o algo me atrae lo observó inocentemente
mientras continuo rindiéndome a la presencia de cada momento. En mi caso, lo
que ocurre a raíz de esa actitud es que los deseos personales se van cayendo
por su propio peso según mantengo la atención en la paz. Mantener la atención
en la paz no es una negación de los deseos. Es simplemente permitir que la
Sabiduría Interna (Espíritu Santo) haga su trabajo mientras yo continúo
viviendo la experiencia “humana.” De esa manera no me complicó la vida y confío
en el proceso gradual a través del cual la Sabiduría misma se encarga del
deshacimiento del miedo (ego).
De esa manera estoy en paz con mi
experiencia humana, viviendo una vida feliz y en paz debido a que según voy
siendo consciente de lo que realmente soy, el miedo a la “muerte” (despertar
del sueño) se va desvaneciendo. Por lo tanto, y repito, en lo personal, yo no
peleo con mis deseos, no me juzgo por tener deseos. Los observo mientras
continúo haciendo mi trabajo del perdón confiando en que cuando llegue el
momento de dejar esta experiencia se hará en su debido momento sin sensación de
pérdida o sacrificio alguno. Y hablando de deseos, el personaje Nick Arandes
ahora mismo siente el deseo de desayunar algo. Me da igual si es ilusión o no.
Es el deseo que aparenta surgir y no voy a pelear con ello. Lo observó
inocentemente y una de dos cosas puede surgir a raíz de ese deseo, el deseo de
prepararme algo de comer o el de no prepararme nada.
Eso no hace que esté más “avanzado” o
menos “avanzado” en el camino. Sino que más bien es lo que aparenta estar
teniendo lugar en esta experiencia ilusoria para mi. Y como no me hago rollos
intelectuales sobre la espiritualidad me voy a comer algo confiando de que es
lo perfecto para mi sin ningún sentimiento de culpa. Es lo que en mi guión tiene
que ocurrir y lo acepto perfectamente. Como puedes ver en mi guion aparente
como que todavía deseo el mundo.
Y para decirte más, el mero hecho de
estar contestando esta nota también podría ser prueba de que todavía deseo el
mundo. Sólo que si soy consciente de ello, y no me apego al que tenga que comer
o no, o al que tenga que contestar esta nota o no, simplemente vivo la
experiencia. Pueda que llegue el momento en que deje de contestar notas o pueda
que no de la misma manera que pueda que llegue el momento que no tenga deseos
de comer o no. Eso no lo sé. Pero estar en paz con cualquiera de las opciones
que se presente en cada momento es vivir conscientemente. Eso es lo único que
importa. La mente irá poco a poco soltando el apego al mundo sin yo tener que
hacer nada.
Por consiguiente, volviendo a tu
pregunta, en vez de estar gastando toda tu energía exhaustivamente intentando
dejar de desear el mundo, por qué no mejor permitir que las cosas sean como
son, aceptando todas y cada una de tus experiencias incluyendo los deseos sin
juzgarte por ello mientras sigues aceptando la paz en tu vida de la mejor
manera que puedas. A eso se le conoce como tu pequeña dosis de buena voluntad.
Es una manera más simple de abordar este proceso. Según el Espíritu Santo en ti
hace el trabajo que se le encomendó todo aquello que dejes de darle valor se va
a ir cayendo por su peso propio. Así que tranquila, relájate, Y si tienes
deseos de desayunar algo como yo ahora mismo ¡disfrútalo!