Friday, May 12, 2017

Soy Alcohólico, ¿Cómo Dejar de Estar Tan Afianzado al Ego Y Poder Sanar?

Pregunta: “Hola Nick! no estaba seguro de si escribirte por aquí o a otro sitio. Llevo un mes escaso haciendo Un Curso de Milagros y siento muchas luchas internas. El problema es que soy alcoholico y una característica nuestra es ese ego extremadamente afianzado y obstinado del que siempre hicimos gala, por lo tanto, sinceramente, me está costando mucho digerir tantas realidades sin que no entre en conflictos internos, todo esto me está generando mucho malestar aún sabiendo que el Camino es este. Te agradecería algún consejo. Un saludo y bendiciones hermano, bendiciones.”

Comentario: Antes que nada, como comentas, llevas solo un mes con el curso, y honestamente es muy poco tiempo. Recuerda que tienes un libro de ejercicios del curso para hacer, mas ser consciente de su teoría no dual. Sin embargo, vamos a ver que podría compartir que quizás te pueda servir de apoyo.

Dices, “soy alcohólico y una característica nuestra es ese ego extremadamente afianzado y obstinado del que siempre hicimos gala…” Esa no es la característica de un “alcohólico” sino que de la de ¡TODO EL MUNDO!

Si no nos hubiésemos afianzado al sistema de pensamientos del ego no estaríamos aquí. Lo que pasa es que el afianzamiento al sistema de pensamientos del ego se expresa de una infinita cantidad de formas. Unos se afianzan al ego a raíz de el alcoholismo de la misma manera que otros se afianzan al ego a raíz del “éxito.”

Son diferentes maneras de sostener una identidad falsa. El que busca el éxito tiene miedo de ser un fracasado de la misma manera que el que busca el alcohol tiene miedo de ser castigado. Todas son diferentes formas de evasión a la culpa inconsciente que sentimos por habernos separado de Dios (asesinado a Dios). Así que puedes soltar la etiqueta de que los “alcohólicos” están más aferrados al ego que los que no.

Por consiguiente el perdón aplica a todas y cada una de las facetas de esta experiencia independientemente de como luzcan. El perdón se aplica al alcohólico como al “exitoso” pues a final de cuentas son dos identidades, que aunque una aparente ser “negativa” y la otra “positiva”, siguen siendo distracciones a la Verdad.

Un Curso de Milagros nos recuerda; "Es fácil entender las razones por las que no le pides al Espíritu Santo que resuelva todos tus problemas por ti. Para Él no es más difícil resolver unos que otros. Todos los problemas son iguales para Él, puesto que cada uno se resuelve de la misma manera y con el mismo enfoque (el verdadero perdón). Los aspectos que necesitan solución no cambian, sea cual sea la forma que el problema parezca adoptar (alcoholismo, deseo por ser adorado, etc.). Un problema puede manifestarse de muchas maneras, y lo hará mientras el problema persista (el problema es que me percibo como un cuerpo separado de Dios). De nada sirve intentar resolverlo de una manera especial. Se presentará una y otra vez hasta que haya sido resuelto definitivamente y ya no vuelva a surgir en ninguna forma (cuando despepitas del sueño). Sólo entonces te habrás liberado de él." T-26.II.1:1-8

Y antes de continuar por si surge la pregunta, no hay nada “malo” con ser exitoso siempre y cuando no sea el éxito lo que nos motive. Que por cierto, el que es verdaderamente exitoso paradójicamente no le interesa el éxito. Simplemente disfruta cada momento presente. Y si éxito es lo que surge a raíz de su experiencia es porque fue lo que tuvo lugar en su guión.

Volviendo al tema, como te podrás haber dado cuenta, el único problema no es que eres alcohólico o qué seas “exitoso” sino que te crees ser un cuerpo separado de Dios. Y la única solución a ese problema es despertar del sueño. No obstante, hay una alternativa antes de despertar del sueño completamente, y esa se le conoce como ser consciente de nuestra naturaleza. Es como un sueño lúcido, que aunque todavía estás durmiendo eres consciente de que estás soñando, por consiguiente no te sientes afectado por las experiencias que tienen lugar en el sueño. A eso se le conoce como el sueño feliz.

Teniendo eso claro vamos ahora a abordar la parte que de verdad te incomoda, esa lucha interna que experimentas. Empecemos por citar el siguiente extracto de Un Curso de Milagros: “El ego atacará tus motivos tan pronto como éstos dejen de estar claramente de acuerdo con la percepción que él tiene de ti. En ese caso es cuando pasa súbitamente de la sospecha a la perversidad, ya que su incertidumbre habrá aumentado. Es evidente, no obstante, que no tiene objeto devolverle el ataque. Pues ¿qué podría significar eso, sino que estás de acuerdo con su evaluación acerca de lo que eres?” T-VII.4:6-9

En otras palabras como estamos tan identificados con el sentimiento de victimismo y por el miedo al castigo, no es que seamos culpables ni víctimas, no obstante ese hábito está tan arraigado en el inconsciente que cuando empezamos a abrirnos a un sistema de pensamientos diametralmente opuesto al que nos hemos identificado se experimentará como un conflicto interno y muy agudo. Esa es la pelea interna que sientes, la noche negra del ego por asi decirlo.

Y surge porque estamos empezando a deshacer nuestra identidad. La que por años hemos protegido, hemos adorado, hemos alabado, en fin, hemos idolatrado.; la identidad como cuerpo, que a su vez en tu guión, una de sus representaciones es un personaje alcoholico. Eso es lo que inconscientemente has utilizado para inundar la culpa inconsciente de manera que no puedas hacerle frente. Claro que eso es sólo una creencia y por consiguiente no puede hacerte daño pero tú crees que si.

Soltar esa identidad es tan dolorosa para ti, o mejor dicho, crees que es muy dolorosa para ti qué prefieres aferrarte a ella antes de abrirte al amor y la dicha que realmente eres. Esa es la demencia del sistema de pensamientos de el ego, que interesantemente eres tu quien tanto lo sostienes. Pues el ego solo puede alimentarse del poder que tu le otorgas. Sin embargo ese estado tan conflictivo que sería como atravesar una nube oscura, una forma de muerte, el Espíritu Santo Agarrado de tu mano Te dice que te rindas completamente y permitas que esa sensación te atraviese para que te des cuenta que no era nada. Sólo que todavía no crees en el Espíritu Santo y por eso es que la resistes. Es por eso que el Curso nos recuerda; “Todavía tienes muy poca confianza en mí, pero ésta aumentará a medida que recurras más y más a mí -en vez de a tu ego- en busca de consejo. Los resultados te irán convenciendo cada vez más de que ésta es la única elección cuerda que puedes hacer.” T-4.VI.3:1-2 Y esos resultados, o ese resultado es paz interior.

Según te vas abriendo a la mentalidad del Espíritu Santo, observando el precio que has estado pagando por sostener la del ego, sin sentirte culpable por ello, confías que el amor del Espíritu Santo te va llevando de la mano hacia tu liberación.

Por consiguiente a nivel práctico, aunque intelectualmente seas consciente de que estás atravesando una nube de la mejor manera que puedas, dispuesto a morir por así decirlo, sin intentar acelerar el proceso, puedes ir a reuniones de alcohólicos anónimos o algún tipo de apoyo que tú sientas te pueda ayudar mientras profundizas en el trabajo del perdón. No tienes qué estar de acuerdo con todo lo que se comparta en las reuniones necesariamente, ni siquiera con la idea de que tu nombre es... y eres un..., pero puedes utilizarlas como escalones para que continúes abriéndote a Dios, y si se supone que esas reuniones continúen continuarán hasta que ya dejen de ser necesarias. O quizás pueda que te sientas inspirado a buscar apoyo personal con un terapeuta. De todas maneras, empiezas por donde crees estar y el Espíritu Santo te encuentra ahi.

Y como estamos hablando del tema sobre al alcoholismo, y comenté alcohólicos anónimos, me gustaría compartir, y elaborar brevemente en cuatro pasos de alcohólicos anónimos que yo los considero impecablemente valiosos:

Primer Paso: Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
El alcohol en sí, de la misma manera que nada en este mundo tiene poder sobre ti. No obstante, como en tu caso el alcohol es el “dios” que has utilizado inconscientemente para idolatrar, hay que reconocer que tienes un problema. Eso no te hace “malo” porque ese sea tu dios. De la misma manera que no hay nada malo con que una persona exitosa haya elegido el “éxito” como su dios, un acto de poder que a su vez es un acto de humildad es reconocer que tenemos un problema. Solo así es que podemos abrirnos a la ayuda.

Segundo Paso: Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
Aquí es donde la atención deja de ser fijada en la culpa (en el “yo” personal) y nos abrimos a la posibilidad de que hay Algo que va mas allá de nosotros. Es una forma de decir, tiró la toalla, ¡me rindo! De nuevo, no es un acto, ni de cobardía, ni de debilidad, sino que de humildad en donde radica el verdadero poder. Pero aquí es donde hay que hacer una distinción muy importante que por lo general se pasa por alto. Si para nosotros tirar la toalla o rendirnos es para erradicar el alcoholismo no estamos deseando a Dios. En realidad lo que queremos es sentirnos “mejor” como personajes. Por lo tanto, aunque la intención está ahí el enfoque está desviado. Un Curso de Milagros nos recuerda, “No confíes en tus buenas intenciones.” T-18.IV.2:1 Que por cierto hay un viejo dicho Que dice, “el camino hacia el infierno está pavimentado, o empedrado con buenas intenciones.” El alcoholismo, como cualquier dios que hayamos idolatrado, no se intenta “curar”. Más bien naturalmente se va dejando a un lado cuando ya no nos sirve. Es por eso que tú no necesitas ser “curado” de alcoholismo sino que necesitas reconocer a Dios en ti para que ya dejes de usar el alcohol como sustituto a Él.

Tercer Paso: Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
Ahora que tienes claro que lo que de verdad deseas es tu relación con Dios y no ser “curado” de el alcoholismo, confía en el proceso que te sientas inclinado a tomar para acercarte más a Dios. Como comenté anteriormente, el Espíritu Santo Te encontrará ahí y Te Guiara por el resto del camino.

Undécimo Paso: Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
Observa como este paso te que está pidiendo que utilices la oración y la meditación, no para que se resuelva tu aparente problema, sino que para mejorar tu contacto consciente con Dios. Por consiguiente, en resumidas cuentas, mientras a nivel de la forma como compartía antes haces lo que te sientas inspirado a hacer para lidiar con tu condición, utiliza los espacios de oración, de contemplación para rendirte al momento presente dejando a un lado toda interpretación de manera que tu relación con Dios se vayas solidificando.