Comentario: El problema
no es que "caes" sino que te juzgas por caer. Es ahi donde el ego te
atrapa. Yo nunca he dicho que no me caigo pues si no me cayese no estuviera
aquí. Lo que si te puedo compartir es que mientras mas pones en practica el
perdón, no para "mejorar" tu personaje ni que para que se
"resuelvan" tus problemas sino que para conscientemente recordar lo
importante que es la paz de Dios en ti, no es que dejes de caer, sino que hasta
la caída se percibe como una oportunidad inocente de recordar que no importa lo
que tenga lugar en tu vida, sigues siento el Santo Hijo(a) de Dios inocente. Y
ahora no te tomas las caídas tan en serio. Es así como la ilusión empieza a
perder peso. Mientras tanto, una vez mas, no te juzgues porque la mente esté
revuelta. Solo pon un pie en frente al otro y confía en tu proceso. Es lo único
que se puede hacer.
Ese es el problema cuando el ego intenta
jugar el papel del maestro espiritual. Empezamos a hacer todo tipo de prácticas
“espirituales” con el propósito de sentirnos “mejor” o de terminar siendo
“personajes perfectos”, “iluminados” sin darnos cuenta que todo lo que estamos
haciendo es incrementando la culpa inconsciente.
Por lo tanto, el Espíritu Santo lo aborda
de una manera mas simple: Puedes recordar que, “nada de lo que veo o siento significa nada.” W-pI.1 o “nunca
estoy disgustado o sintiendo o pensando por la razón que creo.” W-pI5 o “Cuando
de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada afirma lo siguiente: No
conozco el significado de nada, incluido esto. No sé, por lo tanto, cómo
responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me
sirva de guía ahora,” T-14.XI.6:6-9 o “Si estás dispuesto a renunciar al
papel de guardián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo
corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.“ T-4.I.4:7.
O finalmente:
"Haz simplemente
esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los pensamientos acerca de lo
que tú eres y de lo que Dios es; todos los conceptos que hayas aprendido acerca
del mundo; todas las imágenes que tienes acerca de ti mismo. Vacía tu mente de
todo lo que ella piensa que es verdadero o falso, bueno o malo; de todo
pensamiento que considere digno, así como de todas las ideas de las que se
siente avergonzada. No conserves nada. No traigas contigo ni un solo
pensamiento que el pasado te haya enseñado, ni ninguna creencia que, sea cual
sea su procedencia, hayas aprendido con anterioridad. Olvídate de este mundo,
olvídate de este curso, y con las manos completamente vacías, ve a tu
Dios." W-pI.189.7:1-5