Comentario: Cuando
vivimos la experiencia física de creer ser cuerpos separados la atracción
fuerte que se siente hacia otros cuerpos representa el deseo subyacente de
unirnos a Dios sólo que incorrectamente canalizado. Lo primero es no pelear con
esos deseos ni juzgarnos por tenerlos. Todo eso forma parte de la condición
humana. Con la ayuda del Espíritu Santo, sin estar en guerra con nuestros
deseos personales, como resultado de poner en práctica el perdón, según
experimentamos ese cambio de mentalidad a raíz de ser conscientes de nuestra
plenitud en Dios todos esos deseos empiezan a perder su fuerza y en su debido
momento se caen por su propio peso.
Por lo tanto el mero hecho de que puedas
ser consciente de que esos deseos forman parte de la atracción a la culpa, y en
vez de juzgarte o castigarte por sentirlos los utilizas como oportunidades para
perdonar estás haciendo un gran avance y por consiguiente sanando. ¿significa
eso que no puedas o no “debas” moverte en dirección a esa chica o chico que te
atrae y tener una experiencia íntima? Eso no es lo que significa porque
entonces experimentarías sacrificio y eso no te apoya en tu proceso de sanción.
Si acaso lo retrasa.
Lo que sí es que agarrado de la mano del
Espíritu Santo utilizas esa experiencia, como todas y cada una de nuestras
experiencias para profundizar en la practica del perdón. A final de cuentas si
el encuentro con esa chica tiene lugar es porque forma parte del guión que se
desenvuelve en tu vida. Sólo que poniendo en práctica el perdón una de las
siguientes cosas podría ocurrir; que la conozcas, tengan una experiencia íntima
y ese sea el currículo perfecto para tu sanación. Otra sería que la vayas a
conocer, que no esté interesada por lo que pueda que sientas rechazo, o no, y
ese sería el currículo perfecto para tu sanación, o que simplemente no hagas nada
ya sea por respeto, timidez, o porque simplemente lo veas como un
acontecimiento que surge, y ese sería el currículo perfecto para tu proceso de
sanación.
Como muy claramente puedes ver, el
Espíritu Santo no te juzga ni porque tengas o no deseos ni por lo que hagas en
el mundo. Él simplemente utiliza todas y cada unas de nuestras experiencias
para cumplir Su único propósito, si es que se lo permitimos, el cual es sanar
la mente de la creencia en la separación.
Así que mientras esos deseos continúan surgiendo
en tu vida, sin sentir el más mínimo rasgo de culpa por ello, esta es una de
las sugerencias que el Espíritu Santo te ofrece: “El Espíritu Santo
sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen
hacia una relación especial que todavía te atraiga, te unas a Él en un instante
santo y ahí le permitas liberarte. Lo único que necesita es que estés dispuesto
a compartir Su perspectiva, para que Él te la conceda en su totalidad. Y no
tienes que estar completamente dispuesto porque Él lo está. Su tarea es expiar
tu renuencia mediante Su perfecta fe, y es Su fe la que tú compartes con Él en
el instante santo. Como resultado de reconocer que no estás dispuesto a ser
liberado, se te ofrece la perfecta buena voluntad de la que Él goza. lnvócale,
pues el Cielo responde a Su llamada. Y permítele que Él invoque al Cielo por
ti.”
T-16.VI.12:1-7