Wednesday, July 5, 2017

Cómo Puedes Saber Si Has Elegido las Escaleras que Llevan al Cielo


“¿Cómo puedes saber si has elegido las escaleras que llevan al Cielo o el camino que conduce al infierno? Muy fácilmente. ¿Cómo te sientes?” T-23.II.22:6-8

En este sentido la enseñanza de Un Curso de Milagros es simple pues sólo tenemos que observar si experimentamos paz o conflicto. Mas sin embargo lo que hace que esta enseñanza aparente ser tan complicada es porque cuando experimentamos conflicto queremos entender la razón por la cual nos sentimos así. El buscar una causa que satisfaga intelectualmente cualquier razón da testimonio de que soy un individuo separado.

Pero sí puedo abrirme a cada experiencia dejando a un lado mis interpretaciones personales el Espíritu Santo va a ir erradicando toda esa culpa inconsciente que da lugar al conflicto que se experimenta retornando la mente al recuerdo de Dios. Para recordar a Dios, aunque sea por un momento, requiere olvidarme de que soy este cuerpo, este personaje, esta identidad separada. Ese es el objetivo del Instante Santo. No tengo que intelectualmente “olvidarme” de que soy un cuerpo, pero si puedo dejar a un lado mis interpretaciones y abrirme al momento presente.

Un instante es lo que se requiere para ser consciente de lo que soy. Por eso el Espíritu Santo requiere de mí esa pequeña dosis de buena voluntad. No tengo que “desaparecer” completamente. Solo darme instantes de quietud y contemplación consciente para restaurar el recuerdo de Dios en la mente. Por lo tanto, cuando se experimenten conflicto, ya sé que estoy eligiendo el sistema de pensamientos del ego. ¡Y no pasa nada! Esa no es razón para sentirme “culpable”. Es mas bien otra oportunidad para perdonar. No para “analizar”, no para “entender”, no para “justificar”, simplemente para perdonar. Si el análisis y el entendimiento puede servir de apoyo sucederá naturalmente.

Es bueno tener en cuenta que poner en práctica el perdón no necesariamente significa que el conflicto se deje de sentir inmediatamente debido a la gran resistencia inconsciente. Tengo que tener en cuenta que mi deseo de sentirme especial, de sentirme como un cuerpo separado, es lo que da lugar a esa culpa inconsciente y el querer sostener esa identidad es lo que no permite que el perdón erradica el conflicto inmediatamente. No obstante, por lo menos el perdón re dirige la atención en dirección hacia la mente. Ese es el paso crucial. En la medida en que el miedo a Dios se va erradicando, los efectos del perdón vas siendo más y más inmediatos. Por eso se requiere paciencia y no intentar “acelerar” este proceso. Solo ser persistentes.

¿Cómo se convierte uno en gran jugador de futbol, o en un gran guitarrista? ¿Practicando una sola vez? ¡No! Practicando muchas veces. Pues el perdón no difiere. Si deseas experimentar la paz interior hay que practicar muchas veces. ¿Cuantas veces? Cuantas veces sea necesario. Por eso la Biblia decía, “Perdona setenta veces siete.” [Mateo: 18:22]

Aunque el referente que la Biblia utiliza es perdonar a un hermano, para efectos de Un Curso de Milagros sería perdonar un pensamiento de culpa. La Biblia decía:

"21. Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» 22. Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»" Biblia [Mateo: 18:22]

Un Curso de Milagros diría:

“La culpa inconsciente surge en la mente y le preguntamos a Jesús «¿cuántas veces tengo que perdonar los pensamientos de culpa que surgen en mi mente? ¿Hasta siete veces?» Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta que no haya ningún sentimiento de culpa en tu mente»”