Comentario: El amor de Dios se encuentra en la mente de cada uno de nosotros. Sólo que se ignora cuando ponemos nuestra atención en cualquiera de las imágenes que se proyecta en este mundo. La relación especial, el deseo por otro cuerpo opaca el amor qué quiere ser extendido a toda la Filiación sin hacer excepción ninguna.
“No puedes entablar
ninguna relación real con ninguno de los Hijos de Dios a menos que los ames a
todos, y que los ames por igual. El amor no hace excepciones. Si otorgas tu
amor a una sola parte de la Filiación exclusivamente, estarás sembrando
culpabilidad en todas tus relaciones y haciendo que sean irreales. Sólo puedes
amar tal como Dios ama. No intentes amar de forma diferente de como Él lo hace,
pues no hay amor aparte del Suyo. Hasta que no reconozcas que esto es verdad,
no tendrás idea de lo que es el amor.“
T-13.X.11:1-6
Cuando nos sentimos atraídos hacia otro
cuerpo y queremos de una forma u otra poseerlo para que no nos abandone, para
que sea “nuestro”, para que no se vaya con “nadie”, todas esas son diferentes
distracciones que mantiene al Santo Hijo de Dios distraído de el amor de Dios y
por consiguiente sufriendo. Cristo no nos pide que renunciemos a nuestras
relaciones especiales pero sí nos exhorta a que seamos conscientes. “He dicho repetidamente que el Espíritu
Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas.” T-17.2:2
Y en el momento que nos sentimos atraídos
o distraídos por cualquier ilusión que el mundo ofrezca, que retornemos la
atención hacia Él para poder tomar conciencia de el amor que él comparte con
nosotros y ahora podemos extender ese amor a todos sin ningún sentido de
exclusividad. “El Espíritu Santo
sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen
hacia una relación especial que todavía te atraiga, te unas a Él en un instante
santo y ahí le permitas liberarte. Lo único que necesita es que estés dispuesto
a compartir Su perspectiva, para que Él te la conceda en su totalidad”. T-16.VI.12:1-2
Pues sí dirijo mi amor hacia una parte de
la Filiación (hacia una relación especial) estoy sembrando más y más culpa en
la mente al haber excluido a "otros" (reforzando la creencia en la
separación). Siempre tenemos que recordar que el mensaje de el Curso va
dirigido a la mente y no a lo que ocurre en el mundo de las formas. El amor del
que estamos hablando es el sentido de unidad con todos y cada uno de nuestros hermanos,
libre de juicio, libre de exclusividad.
De la forma que me relaciono con una
pareja, con los hijos, con la familia, con amistades, pueda que sea diferente
de como me relacione con alguien que no conozca. Pero no confundamos el placer
que se deriva de un contacto físico al amor verdadero. Si confundimos el placer
con el amor una persona puede confundir el acostarse con múltiples personas
como un acto de “amor” y creer que eso significa que estoy “amando” a todos.
Ese placer que deriva un ser humano por acostarse con su pareja no difiere del
placer que un pedófilo deriva. Es el mismo placer canalizado de diferente
manera. OJO!!!! YO NO DIJE QUE EL “ACTO” ES EL MISMO. DIJE QUE EL PLACER
ES EL MISMO.
El propósito de Un Curso de Milagros,
siendo consciente de que nuestro deseo es sostener el mundo por el miedo que le
tenemos a Dios, es liberarnos de la culpa inconsciente que es la que se le
proyecta a los objetos en el mundo haciéndonos creer que son ellos los que nos
hacen sentir de una manera u otra. Si derivo placer de una tarta de chocolate
porque creo que es la tarta de chocolate la que me hace sentir así puedo
terminar siendo preso de la creencia que dice que mi fuente de placer, de
“bienestar” proviene de la tarta de chocolate. Y como cada vez que como tarta
de chocolate derivo una especie de satisfacción personal, cuando me sienta
carente o vacío voy una vez más hacia la “fuente” que yo crea sea la que pueda
satisfacer mi vacío, que en este caso es la tarta de chocolate. Y aparentará
como que no puedo detener ese deseo hasta que se convierte en una obsesión ya
que la culpa inconsciente se retroalimenta constantemente.
¿Significa eso que no puede uno disfrutar
de una tarta de chocolate o de alguna experiencia sexual con mi pareja o de
algunas de las experiencias que se nos presenta en este mundo que podrían
inocentemente ser disfrutadas? ¡Claro que podemos disfrutar de todo eso! Sólo
que cuando es la culpa inconsciente la que dirige el comportamiento todas esas
experiencias terminan convirtiéndose en obsesiones de las cuales sólo se deriva
sufrimiento. ¿Por qué? Porque su propósito es mantener a la mente distraída con
este sueño de separación. Y en si, ese es nuestro único problema.
Cómo entonces se puede salir de este
círculo vicioso. Soltándolo todo y entregando la mente al momento presente (el
Instante Santo). Lo que dificulta este proceso es que sensaciones salen a la
superficie (nuestro deseo, nuestro apego por las cosas del mundo que no
queremos soltar por miedo a “perder” algo) y es aquí donde tenemos que aprender
a ser fuertes, a sentirlas y permitir que nos atraviesen. Un Curso de Milagros
lo plantea la siguiente manera, “Trata
de ir más allá de las nubes utilizando cualquier medio que te atraiga. Si te
resulta útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy guiando.
Y te aseguro que esto no será una vana fantasía.” W-pI.70.9:2-4
El Espíritu Santo no nos juzga por ser
adictos a nuestros placeres pues Él muy claramente sabe que somos inocentes
debido a nuestra realidad en Dios independientemente de lo que aparente estar
teniendo lugar en el sueño. Pero aunque Él lo sabe nosotros no, y es por eso
que tenemos que acudir a Él constantemente. Esa es la práctica diaria del
Instante Santo, de esos momentos de quietud, de rendición total.
El perdón nos lleva a una liberación
total en donde la paz se convierte en nuestro estado natural y es desde ahí
cómo nos relacionamos con el mundo. Y lo que se haga o se deje de hacer es
irrelevante. Si el deseo sexual surge por ejemplo, se canalizar saludablemente
como un medio de expresión dentro del cual nadie sale afectado. Si el deseo por
comerse una tarta de chocolate surge, y está disponible la oportunidad de
podérsela comer, se disfruta sin culpa.
No obstante, mientras todavía se deseé
algo del mundo estamos atraídos a la culpa y sufriremos. El Curso nos recuerda:
"Cualquier cosa en
este mundo que creas que es buena o valiosa, o que vale la pena luchar por ella
te puede hacer daño y lo hará."
T-26.VI.1:1 No tenemos que intentar entender como este cambio de mentalidad
pueda tener lugar. Eso ocurrirá muy naturalmente si simplemente hacemos nuestra
practica diaria, que para eso están los ejercicios del Curso acompañados de
nuestra pequeña dosis de buena voluntad. Pero no es un trabajo fácil. Sin
embargo el Espíritu Santo lo tiene todo bajo Su control.