Thursday, November 9, 2017

No Puedes Enamorarte De Nadie Si Primero No Te Has Enamorado De Ti Mismo

Enamorarte de ti mismo no estoy hablando de ti como "ser humano", sino que mas bien de tu esencia como amor. La atracción por otro ser humano es la culpa inconsciente proyectada hacia un “otro” que creemos nos puede “completar”. Por consiguiente, cuando se encuentra uno deseando a un otro, no es momento de actuar sino que mas bien de perdonar.

El momento presente es una experiencia de paz y plenitud, siempre y cuando la mente esté libre de historias. Cuando surge el deseo es simplemente un pensamiento que se cuela en la experiencia presente que sostiene la creencia subyacente de que hay una separación. Y eso es en sí lo que duele. Pues es un recuerdo de la creencia de que nos hemos separado de Dios.

Eso no implica que haya algo “incorrecto” o “malo” cuando surgen los deseos. Pues inclusive el deseo mismo puede ser un recuerdo del deseo que tenemos de unirnos a Dios. Pero sí implica que si no se es consciente cae uno preso de la trampa del ego y el dolor o sufrimiento es lo que eventualmente surgirá. Pues el deseo por algo lleva consigo el miedo de perderlo ya que si se siente uno pleno, ¿habría algo que se desearía? En realidad si, y es extender, compartir esa plenitud. Pues al compartirse es lo que se experimenta ya que lo que das recibes. Y solo puedes dar lo que tienes debido a que, “…no puedes dar lo que no tienes.” T-14.I.1:3

Por lo tanto, nunca te has podido “enamorar” de nadie si primero no habías estado enamorado de ti mismo. Ese es el verdadero enamoramiento. De lo contrario, no es enamoramiento, es carencia. Recuerda que lo que sostiene el mundo es el deseo por él. Y ese deseo surge del miedo que le tenemos a Dios, a la Unidad, a la Verdad, al Amor. Pero si podemos abrirnos al deseo por la Verdad, por el Amor de Dios, entonces los mismos símbolos del mundo se utilizan en beneficio a la Verdad, donde solo se percibe a Dios en todas partes. Eso es amar.

Mas sin embargo, para poder amar hay que estar dispuesto a mirar los obstáculos que se han interpuesto ante ese Amor, y eso por lo general duele. No tiene que ser así. Pero siempre y cuando haga algo del mundo especial (relación especia), no voy a poder sino que sufrir el miedo a perder eso que tanto deseo. Y de nuevo, eso que hago especial solo fortaleza la creencia en una separación. Por eso es que el Espíritu Santo no nos quita nuestras relaciones especiales sino que mas bien nos ayuda a percibirlas de otra manera para que seamos nosotros los que soltemos aquello que ya no tiene valor y nos aferremos a lo único que de verdad tiene valor, y eso que tiene valor es la paz de Dios. Y esa paz solo se experimenta en el momento presente, con una mente libre de historias. Eso es amor, y por naturaleza de ser, es lo que se comparte en cada instante. Eso es vivir enamorado.