Friday, November 17, 2017

“Te Quiero, Pero No Estoy Enamorado de Ti”, ¡La Mentira Mas Grande!

Cuando la idea de la pareja “perfecta” está basada en atributos físicos o impulsados por un deseo personal, la dinámica que está teniendo lugar es muy interesante. Hay una frase que se utiliza mucho para justificar la ruptura de muchas relaciones la cual es, “te quiero pero no estoy enamorado de ti.” Vamos entonces a explorar esa creencia.

En todo momento la única relación que existe por así decirlo es la relación con uno mismo. No con “otra persona” aunque eso sea lo que aparente ser. La carencia en mi se le proyecta al objeto que tanto deseo y por consiguiente estoy convencido de que eso que deseo (la pareja de mis sueños) tiene el poder de llenar ese vacío. Eso es estar “enamorado”. Luego con el tiempo pueda que entonces experimenté un cariño, una amistad, una forma de relacionarme de manera que la relación pueda sostenerse libre de conflicto. Pero como la sensación de carencia que me atrajo a esa persona continúa, la mente inmediatamente empieza a formular el argumento de que si esa persona no me hace sentir como antes me hizo sentir, aun cuando hay tanta evidencia de que la relación tenga muchos puntos de encuentro, esa atracción física se pierde y el mecanismo de carencia, consciente o inconscientemente activa una nueva búsqueda de manera que un nuevo objeto pueda llenar ese vacío. En este caso sería un cuerpo diferente.

Vamos no obstante a explorar cuál es el verdadero problema. La atracción hacia un cuerpo o hacia un objeto apoya el deseo de sentirme separado de Dios, de mi Fuente, de mi Ser, del Amor. Si me siento pleno en Dios no existiría atracción hacia ningún objeto, que para efectos del tema en discusión seria otro cuerpo. Cuando se siente uno pleno con uno mismo no hay necesidad de otro cuerpo, no hay necesidad de otro objeto. No estoy insinuando que no pueda existir una relación. Lo que sí estoy diciendo es que no hay NECESIDAD de una relación especial.

Entonces la idea de que “te quiero” se sostiene por el mero hecho de que “ME quiero”. Y en ese sentido puedo querer a todo el mundo ya que es así como Dios ama. No estamos hablando de contacto físico, estamos hablando de un estado de union. Y la parte de “estoy ´enamorado´ de tí” no existe en la ecuación. Ahí empezamos a darnos cuenta de algo muy curioso, qué la persona con quien tienes que estar no es con la que te sientes “enamorada” sino que con la que ahora mismo estás. ¿Por qué? Porque es con la que estás. Esa “otra” persona a la que puedes sentir algún tipo de atracción mientras estás con tu pareja actual es nada más y nada menos que una fantasía mental que representa la carencia que tu pareja actual ya no llena y crees que la otra si la llenará.

Y recuerda que lo que te llevó a la pareja con quién estás fue la misma sensación que te está llevando hacia la otra, y que si no prestas atención a ese mecanismo la historia se repite. Y el miedo siempre encontrará un argumento lógico y coherente para justificar la ruptura de la relación actual para irse con la “otra”, o la posibilidad de una relación de infidelidad. Por lo tanto esa persona que se siente atraída a ti está proyectando su carencia sobre ti y tu atracción hacia esa persona está proyectando tu carencia sobre ella. Ésa química, esa atracción, ese sentido de carencia que los “une” es a lo que le adjudicamos la etiqueta de “la pareja perfecta”. Y es cuestión de tiempo en lo que el conflicto emerge al darse uno cuenta de que la pareja ya no cumple el requisito que se le había proyectado, “hacerme feliz”. Y de nuevo, “te quiero, pero no estoy enamorado de ti.”

¿Cómo entonces puede uno empezar a desmontar ese mecanismo? Primero empezándose a dar uno cuenta de que la atracción hacia un “otro”, sea quien sea, es representativo de mi deseo, o de la creencia de que me siento separado de Dios, y por consiguiente eso duele. El deseo no se está negando ni suprimiendo, pero al ser uno consciente del mecanismo puede entonces gestionarlo conscientemente. Ahí empieza uno a poner en práctica el perdón aun cuando todavía el deseo por la relación exista. Pues recordemos como muy bien dice Un Curso de Milagros, “He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas.” T-17.2:2

Recordando siempre que el propósito de la relación ya no es la relación en sí sino que recordar la Verdad, recordar a Dios, esa relación ahora nos brinda la oportunidad de sanar, no para sostener esa relación sino que para poder desapegarse de ella. Pues de nuevo, el problema no es la relación sino que el apego a ella creyendo que ahi se encuentra mi felicidad. Mientras todavía se siente uno atraído a una relación de cuerpos, con la ayuda del Espíritu Santo podemos empezar a cuestionar toda creencia que surge que de alguna manera se utilizaba para sostener o para deshacer cualquier relación en vez de aprovecharlas para sanar. Creencias como por ejemplo:

  • La “deseo” porque es guapa, o no deseo estar con ella porque ya no me parece atractiva
  • Esa persona me excita, o no deseo estar con ella porque ya no me excita
  • Para que una relación funciones (me haga feliz) esa persona tiene que comportarse de cierta manera
  • Mi pareja “ideal” sería…

Cuando elegimos la verdad toda creencia se cae por su propio peso. Pero en algunos casos mirando la creencia especifica sirve para que la misma pueda ser desmontada. Y podemos observar muchísimas creencias sobre lo que creo que necesito de esa relación para ser feliz o razones por la cual debería dejar esa relación porque no me hace feliz. Todo eso ocurre al no darme cuenta de que toda relación simplemente está mostrándome una y otra vez todo lo que deseo y que creo que no está en mi (sentido de carencia), o todo lo que rechazo que no me gusta de mi (negación). Pues a final de cuentas, de nuevo, la relación es siempre conmigo mismo. Y esa es la única relación que tiene que ser corregida. Y no es la relación conmigo como “persona”. Es mi relación con Dios. La paradoja, de nuevo, como ya mencioné, es que cuando mi relación con Dios, con la Paz interna, con al Verdad está establecida, no necesito a una pareja para que me complete o para que me haga feliz. Mas sin embargo, si me encuentro en una relación de pareja, es porque es con quien tengo que estar para profundizar en mi relación con Dios, aprovechando si es que fuesen todavía necesarias, las lecciones de perdón que puedan surgir. Y si los dos en la relación tienen un propósito compartido se aligera el camino.

Y no caigas en la trampa de que si estás en una relación decir, “quiero una relación con una pareja que comparta el propósito de desear a Dios para que yo viva una experiencia de relación ligera.” Ahí es donde el ego te vende la fantasía de que tu relación actual no es la perfecta. Tu relación actual, si es que estás en una, es la perfecta por el mero hecho de estar ahí ya que la vida no se equivoca. Tu función no obstante es perdonar, es elegir a Dios, y si esa relación ya no sirve al propósito que tú le has adjudicado el cual es recordar la Verdad, la misma se disolverá naturalmente.

Siempre recuerda que si la paz de Dios es lo mas importante, eso es un indicativo de que ya estás en camino de regreso a Casa. Y siendo conscientes de ello, ahora toda relación, no importa si hay atracción o no se utiliza con ese propósito. Y de nuevo, durará el tiempo que tenga que durar pues una vez puesta en Manos del Espíritu Santo Él sabrá que hacer con ella. Una última observación. Pedir una relación que sirva al propósito de recordar a Dios es pedir una relación en la cual estás invitando todos los obstáculos al amor. Todos esos obstáculos son los que el ego utilizará para hacer que salgas corriendo de ella.

Pero cuando uno es plenamente consciente, habiendo aprendido sus lecciones de perdón, el deseo por el mundo, por los objetos se va deshaciendo y empieza uno a estar más y más en contacto con ese amor que soy y que a su vez tod@s compartimos. Eso no es estar “enamorado” eso es VIVIR enamorado. Y entonces hace perfecto sentido decir en vez de “te quiero pero no estoy enamorado de ti.”, “ME quiero y estoy enamorado de MI.” Eso no es narcisismo, es la Verdad. Solo que eso amor que sientes por Ti es lo que ahora extiendes a tod@s. Pues el amor de Dios (lo que realmente eres) se extiende constantemente hacia Si Mismo. Dios no sabe hacer otra cosa sino que amar.