Es por eso que no solo cualquiera que sea
la experiencia presente es perfecta sino que si la vida la ha elegido tiene que
ser lo mejor que me puede estar ocurriendo. ”¿qué no ibas a
poder aceptar si supieses que todo cuanto sucede, todo acontecimiento, pasado,
presente y por venir es amorosamente planeado por Aquel cuyo único propósito es
tu bien?" W-135.18:1 Todas
las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones salvo a
juicio del ego." T-4.V.1:1-2
Esa actitud de no resistencia a lo que
es, a lo que está teniendo lugar en este momento es paz interior. Observa que
no he dicho que paz interior es no sentir, o de que las cosas vayan de una
manera o de otra, es simplemente aceptación total libre de cualquier
resistencia.
Como el sistema de pensamientos del ego
se deshace en aceptación total del presente simplemente agarra esa experiencia
presente y la evalúa. Evaluar es fabricar una historia sobre el momento
presente. Lo juzga como "bueno" o "malo". Si lo evaluamos
como "bueno" debido a que va en acorde con alguna creencia que
tengamos sobre como las cosas "deberían" ser o como nos
"deberíamos" sentir se crea la “apariencia” de que nos sentimos
"bien." Si por el contrario la evaluamos como "malo" debido
a que una vez más, va en acorde con alguna creencia que tengamos sobre como las
cosas en este caso no "deberían" ser o como no nos deberíamos sentir
nos sentimos "mal" (sufrimiento).
Si me siento mal la tendencia es de
querer cambiar el momento presente o simplemente querer salir corriendo. Mas
observemos muy cuidadosamente la causa de ese "dolor" o
"sufrimiento". No es la experiencia misma la que me hace sentir de
una manera o de otra. Es la historia, la creencia, de nuevo, la evaluación que
la mente hace del momento presente que ya se ha establecido es perfecto por el
mero hecho de estar ocurriendo. Sin embargo evaluándola es como se por alto la
lección, la oportunidad que se me brida para sanar. Por eso se nos recuerda;
"Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo
aprenda. Una lección es un milagro que Dios me ofrece, en lugar de los
pensamientos que concebí que me hacen daño. Lo que aprendo de Él se convierte
en el modo en que me libero. Por eso elijo aprender Sus lecciones y olvidarme
de las mías." W-pI.213.1:1-4
En ese sentido, cada experiencia que se
me presenta simplemente me brinda la gran oportunidad de observar mis
creencias. Eso es todo. Entonces en cada sentir, en cada situación, en cada
experiencia presente se encuentra la llave de mi liberación ya que todo lo que
ocurre es que se está exponiendo todo lo que me he creído sobre mi mismo, sobre
el mundo, sobre como las cosas "deberían" ser o no, como me
"debería" sentir o no. Y si utilizo mi experiencia personal y la
comparo con la de "otros" aparenta como que estoy comprando las
creencias de otros, cuando en realidad son mis creencias proyectadas hacia un
"otro".
Por eso es que todo lo que se me pide es
que suelte toda interpretación personal para que la Sabiduría Interna (Espíritu
Santo) pueda entonces re interpretar cada momento presente y restaurar la paz
en la mente. Según pongo en practica este proceso reconociendo constantemente
que todo lo que ocurre fue perfectamente orquestado para mi propia liberación,
utilizo entonces cada experiencia para sanar. Eso hace de este momento
presente, que es el único que hay, un camino feliz en vez de uno de
sufrimiento.
Por lo tanto, siempre que me encuentre
sufriendo, experimentando miedo en el momento presente, solo tengo que hacer
silencio y observar mis propias evaluaciones. Eso es lo que se le conoce como
tomar consciencia. Luego recordar qué es lo que realmente deseo. Y aquí no
puede haber ambivalencia. O deseo la paz o deseo que las cosas cambien
(resistencia a lo que es). Y si deseo que las cosas cambien estoy sosteniendo
mis evaluaciones que paradójicamente son la causa de todo sufrimiento.
Si entonces para experimentar esa paz lo
único que tengo que hacer es soltar mis interpretaciones personales, mis
creencias, ¿por qué entonces no lo hago? Sobre todo si mis interpretaciones y
mis creencias me conducen constantemente al sufrimiento? Porque mi deseo
inconsciente a sufrir es lo que las sostiene. En otras palabras, deseo sufrir.
Y como deseo sufrir, no voy a soltar ninguna de mis creencias, ninguna de mis
evaluaciones, ninguna de mis interpretaciones sobre el momento presente porque
si lo hago, podría tomarme el "riesgo" de ser feliz. Y por mas que
crea que eso es lo que deseo, lo que realmente deseo es sufrir. ¡Auch! ¡Eso
duele! Lo reconozco, y por eso extractos como este del curso nos causan tanta
rabia: "El secreto de la salvación no es sino éste: que
eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No
importa cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. No importa quién
desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad.
No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que
sientas, eso sigue siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las
figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa
cuán odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser
que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño." T-27.VIII.10:1-6
Esta no es razón para sentirse culpable
ni mal por ser conscientes de cuanto deseamos sufrir. Es simplemente una
magnifica oportunidad para comenzar a observar el precio que se paga por querer
seguir eligiendo nuestras interpretaciones personales sobre las del Espíritu
Santo. Por eso se nos recuerda de muchas maneras, una y otra vez citas como: “Si
estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y
ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso
a Dios.“ T-4.I.4:7
Otra manera de decir lo mismo seria: “Cuando
de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada (cuando me encuentro interpretando, juzgando),
afirma lo siguiente: No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé,
por lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el
pasado para que me sirva de guía ahora."
T-14.XI.6:6-9
Que sería lo mismo que decir; "Nada
de lo que veo significa nada." W-pI.1, o
“Nunca estoy disgustado por la razón que creo.” W-pI.5
Que sería lo mismo que decir; "Lo
esencial, sin embargo, es que reconozcas que no sabes nada. El conocimiento es
poder y todo poder es de Dios. Tú que has tratado de quedarte con el poder para
ti sólo lo has "perdido". Todavía lo tienes, pero has interpuesto
tantos obstáculos entre él y tu conciencia de él que no puedes utilizarlo. Todo
lo que te has enseñado a ti mismo, ha hecho que seas cada vez menos consciente
de tu poder." T-14.XI.1:1-5
Para poder uno liberarse del sufrimiento
es ser consciente de cuanto lo deseamos. Recuerda, un adicto no puede recibir
ayuda a menos que primero reconozca que es adicto. Y adicto puede ser a
cualquier cosa. Al sufrimiento, a la comida, al sexo, al alcohol, al drama, a
las drogas y sobre todo, la que todos compartimos, adictos a nuestra identidad
como cuerpos.
Vivir el momento presente no requiere
esfuerzo alguno. Es muy simple. Este momento es el que hay, y si no estás en
paz con el simplemente es porque estás albergando un pensamiento pasado o
futuro, una creencia sobre este momento. Por lo tanto la invitación es la
siguiente, lo que sea que sientas, siéntelo. Lo que sea que pienses, déjalo ser
(no lo evalúes). Lo que sea que esté ocurriendo, obsérvalo. Y sobre todo,
siempre recordando que és lo mejor que te podría estar sucediendo porque es lo
que está sucediendo. Eso es paz. Eso es confiar, y en la confianza hay amor.
Todo lo que el ego quiere es que no confíes, de esa manera te lleva a fantasear
sobre el pasado al igual que el futuro manteniendo a la mente distraida del
momento presente, el único momento que hay y el único en el que el sistema de
pensamientos del ego se deshace.
Por lo tanto, en cada momento presente,
cuando se cuela el miedo y la tendencia a evaluar esa experiencia utilicémosla
con el propósito que el Espíritu Santo tiene para cada experiencia, la
liberación.
Así que, "¡Alegrémonos de
poder caminar por el mundo y de tener tantas oportunidades de percibir nuevas
situaciones donde el regalo de Dios se puede reconocer otra vez como nuestro! Y
de esta manera, todo vestigio del infierno, así como los pecados secretos y
odios ocultos, desaparecerán. Y toda la hermosura que ocultaban aparecerá ante
nuestros ojos cual prados celestiales, que nos elevarán más allá de los
tortuosos senderos por los que viajábamos antes de que apareciese el Cristo. Oídme,
hermanos míos, oídme y uníos a mí. Dios ha decretado que yo no pueda llamaros
en vano, y en Su certeza, yo descanso en paz. Pues vosotros me oiréis, y
elegiréis de nuevo. Y con esa elección todo el mundo quedará liberado." T-31.VIII.9:1-7