Comentario: Los niños
no son inocentes porque sean niños, son inocentes porque es nuestra naturaleza.
Por lo tanto niño o adulto seguimos siendo inocentes porque nunca nos separamos
de Dios. Sin embargo para efectos de tu ejemplo cuando un niño nace, que sería
el equivalente a decir cuando el ego elige querer separarse de la Fuente,
siendo el ego el que hace que las ilusiones tengan lugar el niño nace con un
ego 100% desarrollado igual que el adulto. La diferencia no obstante son las
creencias con las que cada cual se identifica.
Si un niño crece en una familia
"bien ajustada" por así decirlo su sistema de creencias le apoyaría a
que se ajuste al mundo sin problema. Si de lo contrario nace en una familia
disfuncional su sistema de creencias será expresado a raíz de su comportamiento
en el mundo.
Pero ni eso podemos utilizar como margen
de referencia porque un niño que nace en una familia disfuncional por alguna
razón en su guión puede terminar siendo una persona muy bien ajustada en el
mundo de la misma manera que un niño que nace en una familia "bien"
por así decirlo puede terminar en función a su guión comportándose de una
manera disfuncional en el mundo.
La diferencia entre el niño y el adulto
es que el niño todavía no es consciente de que puede elegir entre dos sistemas
de pensamientos y el adulto eventualmente si su proceso lo lleva ahí puede ser
consciente de ello.
Y con relación a tu rol de profesora con
ellos es muy simple, según eliges tú el sistema de pensamientos del Espíritu
Santo es así como te relacionarás con ellos. Pues lo que hagas al igual que lo
que digas dará testimonio del sistema de pensamientos con el que te
identifiques.
Por consiguiente tú no tienes que
preocuparte por cómo relacionarte con ellos ni con nadie sino que enfocar en
poner en práctica el perdón para ti misma y en función a eso es como te
relacionarás con el mundo lo cual a veces será con niños otras veces será con
adultos. Pero recuerda que siempre es contigo misma con quién te relacionas
pues a final de cuentas solo hay Uno.