Monday, April 23, 2018

Estoy Dispuesto a Atravesar Todo Miedo...

Una noche me senté a escribir y surgió lo siguiente, "¡estoy abierto y dispuesto a atravesar todo el miedo a fin de amar incondicionalmente!"

Lo que fui consciente en ese momento, es que cuando de corazón queremos sanar, mirar los obstáculos no es necesariamente una experiencia placentera. Inclusive, se puede experimentar hasta como muy dolorosa y aterrorizante. "Ello no tiene por qué ser doloroso, aunque normalmente lo es." M-4.I.A.3:2

La analogía que podría utilizar es la siguiente: imagínate estar en una isla en la cual te sientes desolado y deprimido. Sin embargo, la isla que se encuentra enfrente tuyo es donde se experimenta la paz y la verdadera felicidad (sabemos que la paz y la felicidad es lo que somos y no se encuentra en ningún lugar, recordemos que esta analogía es para fines ilustrativos). La única opción para poder experimentar esa paz y felicidad es entrar al agua y nadar hacia la otra isla.

El pequeño detalle es que los que están en esa isla contigo te dicen que esa zona está llena de tiburones hambrientos. Y sin tu tener la experiencia directa, te has creído sus historias. Sin embargo, en la otra isla hay personas que te están llamando. Te gritan, "cruza, no tengas miedo, no hay nada en el agua."

En ese sentido, mirar los obstáculos al amor, es mirar tus propios miedos ( los tiburones que existen solo en tu mente, no en el agua, por lo cual no te lanzas a nadar). Solo en ese sentido es que el proceso aparenta ser aterrador, atemorizante, y extremadamente doloroso. Pero no es porque sea ni aterrador ni atemorizante ni doloroso. Es porque el proceso te confronta a que mires todo lo que has inventado.

A final de cuentas, el miedo, al no existir, es simplemente una imagen que has forjado sobre ti mismo y sobre el mundo a la cual te aferras.

Todo lo que el Espíritu Santo hace, si se lo permites, es llevarte a mirar eso que has fabricado para que te des cuenta que no era nada. Repito, para que te des cuenta que no era nada, ¡tienes que mirarlo! Y eso es lo que nos aterra.

Esos son los obstáculos al amor. Y es por eso que el objetivo de Un Curso de Milagros es mirar todo eso. Quiero ahora, no obstante, que prestes mucha atención a lo que voy a decir. Quizás estas palabras que acabo de escribir te asusten. Pero en realidad, no son las palabras las que asustan. Es la creencia de que tienes que mirar algo a la cual le tienes terror. Pero eso a lo que le tienes terror es algo que tú has inventado. ¡Ni siquiera está ahí! "Tienes un gran temor a mirar en tu interior y ver el pecado que crees que se encuentra allí." T-20.IV.1:3