Tuesday, July 24, 2018

La Mente Quieta Refleja la Realidad

"Cuando la mente esta quieta, refleja la Realidad; cuando la mente está en reposo absoluto, se disuelve y sólo queda la Realidad." Palabras de Ramesh Balsekar basadas en las enseñanzas de Nisargadatta Majaraj

Comentario: La Realidad en Dios es paz absoluta. Cuando la mente se mantiene ecuánime, aquietada, refleja ese estado natural de Realidad. Es un reflejo en el sentido de que aunque todavía nos percibamos como cuerpos viviendo en un mundo de aparente separación, esa paz puede ser experimentada en cada momento, independientemente de lo que esté teniendo lugar en cada experiencia presente. Por eso se le conoce como la paz que sobrepasa todo entendimiento, no La paz que tiene lugar cuando las cosas van de una determinada manera. A eso se refiere Un curso de milagros cuando dice, "Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos." W-pI.155.1:1-3

"No cambias de apariencia,..." Implica que ni tú ni tus circunstancias cambian en lo absoluto. En el Tao se dice, "antes de la iluminación carga agua y corta madera. Después de la iluminación carga agua y corta madera". Lo único que cambia es nuestra actitud interna, que es la razón por la cual el Curso dice,"...aunque sí sonríes mucho más a menudo."

Una mente en reposo no obstante, sería el equivalente a cuando estamos en sueño profundo. En ese estado de sueño profundo, donde la mente ni siquiera está soñando nada, la idea de un "yo" completamente desaparece, por consiguiente ese es el equivalente a la Realidad del Ser.

Mientras nos experimentamos como cuerpos, el perdón lleva la mente a ese espacio en el que la misma es testigo de la experiencia que tenga lugar sin identificarse con la experiencia como su realidad. En otras palabras, una cosa es ser testigo de los sentimientos y otra es decir que "yo" siento los sentimientos o que son "mis" sentimientos. Una cosa es ser testigo de los pensamientos y otra es decir que los pensamientos son "míos", o que "yo soy" los pensamientos. Una cosa es ser testigo de una experiencia y otra cosa es decir esta es "mi" experiencia.

Vamos a ver si con este otro juego de palabras puedo aterrizar el mensaje. Digamos que la experiencia presente toma la forma de lo que se le podría considerar como tristeza. Si dejó a un lado cualquier juicio alrededor de esa sensación, y no me identifico personalmente con ella, se puede observar esa sensación surgir y simultáneamente estar en paz con ella pues se está siendo testigo de ella en vez de identificarse personalmente con ella.

Si por el contrario digo "yo me siento" triste, o "yo estoy" triste, esa identificación con ese "yo" que se adueña de la experiencia misma es el olvido de que lo que en realidad soy es el testigo de la experiencia. Y no es que soy "yo" como "personaje" el "testigo" de la experiencia, que aquí es donde las palabras se quedan cortas. Es que al no haber una identificación personal con la experiencia, ser testigo de ella es lo que ocurre.

En un principio intelectualmente la mente puede comprender lo que conceptualmente se está exponiendo aquí. Pero cuando el concepto intelectual se disuelve en el silencio es que se aprecia el beneficio de la experiencia. Por eso el curso nos recuerda, "Mas no hay una respuesta para ello; sólo una experiencia. Busca sólo ésta y no permitas que la teología te retrase." C-In.4:4-5