Thursday, August 23, 2018

El Personaje NO PUEDE Perdonar

"El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten. Simplemente observa, espera y no juzga. El que no perdona se ve obligado a juzgar, pues tiene que justificar el no haber perdonado. Pero aquel que ha de perdonarse a sí mismo debe aprender a darle la bienvenida a la verdad exactamente como ésta es." W-pII.1.4:1-5

Miremos ese extracto mas detenidamente oración por oración:

"El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada." W-pII.1.4:1

COMENTARIO: Un curso de Milagros va dirigido a la mente, no al personaje "yo" que me creo ser. Por consiguiente, cuando dice que el perdón es tranquilo y sosegado y no hace nada, lo que quiere decir es que LA MENTE no se involucra. En otras palabras, pensamientos surgen en la mente, sensaciones se experimentan en el cuerpo, y los sentidos observan todo tipo de escenarios teniendo lugar. Si la mente no hace un juicio alrededor de nada de ello, no se está involucrando. Simplemente se convierte en el testigo, observador de la experiencia. Sí, se puede experimentar el dolor y el placer (las polaridades de la condición dual de la experiencia humana), solo que libre de sufrimiento.

"No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten." W-pII.1.4:2


COMENTARIO: Al la mente haberse identificado con el cuerpo como su identidad y con este mundo dual de separación como su realidad, ha pasado por alto su verdadera esencia, su realidad. El perdón, que sólo observa y no juzga, no intenta cambiar nada que esté teniendo lugar en este mundo de apariencias. Eso sólo mantiene a la mente distraída, involucrada, olvidándose de que es el testigo, de que es el observador, de nuevo, sosteniendo la creencia de que esta experiencia física es su "realidad".

Es como sentarse en la butaca de un cine mirando una película. Si pasó completamente por alto de que soy el observador de la película y creo que lo que se está proyectando en la pantalla es mi "realidad", cuando en la pantalla aparece un problema, una dificultad, sea lo que sea, sufro. Todo porque creo que la película y "yo" somos parte de lo mismo. La película es una cosa, y "yo", para efectos de esta analogía soy otra. Intentar que alguna de las escenas en la pantalla cambien para "yo" sentirme "mejor", que es ahí cuando el extracto del curso dice, "... ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten," no sólo es completamente demente, sino que imposible.

Si por el contrario, tomo plena consciencia de que lo que realmente soy es el personaje sentado en la butaca mirando la pantalla, ¿qué importa los problemas que se proyecten sobre la pantalla? No pueden tener ningún efecto sobre mí (la paz que sobrepasa todo entendimiento). Ahí es cuando me doy cuenta que no tengo ningún "problema" que "resolver". Simplemente observar, que es por eso que la siguiente oración de el extracto que estamos compartiendo dice;

"Simplemente observa, espera y no juzga." W-pII.1.4:3
(Antes de comentar, en el mundo fenoménico, sí, habrán "problemas" solo que cuando la mente no juzga, surge espontáneamente la acción, si es que alguna es necesaria, para abordar la situación.) Continuando...

COMENTARIO: Aquí, "Simplemente observa, espera y no juzga", es donde hay que volver a traer conciencia de que el curso no le está pidiendo al personaje "yo" que "perdone" o que "observe" y que no "juzgue", ni que haga nada. Eso lo que crea es más confusión, más frustración, y no deshace la culpa inconsciente. No existe un yo (organismo cuerpo-mente "separado") teniendo ninguna experiencia.

En ese sentido, no sólo Un curso de Milagros, sino que toda enseñanza cuyo propósito es deshacer la creencia de separación EN LA MENTE hace tanto hincapié en el silencio. No en el silencio para que pueda el personaje" yo" "entender" ni "comprender" nada. El personaje "yo", la mente intelectual no tiene acceso a un estado de comprensión puramente no dual. La razón es, la verdadera comprensión deshace el "yo", deshace esa mente intelectual que es el obstáculo a la comprensión misma, el obstáculo a lo que en realidad Soy (letra mayúscula). Que no es un cuerpo "separado" con una historia "individual" o "personal".

Por eso es que el mensaje tan simple de Un curso de Milagros se pasa completamente por desapercibido. Eso no es un "pecado", es solo parte de la resistencia al amor de Dios.

El Curso lo corrobora en dos ocaciones. Aunque pueda que hayan más, pero ahora me viene a la mente éstas dos: En una nos dice, "He tomado las máximas precauciones para usar palabras que sean casi imposible de distorsionar, pero siempre es posible tergiversar los símbolos si así se desea.” T-3I.3:11

Y en la otra, "Tú que piensas que este curso es demasiado difícil de aprender, déjame repetirte que para alcanzar una meta tienes que proceder en dirección a ella. Y todo camino que vaya en dirección contraria te impedirá avanzar hacia la meta que te has propuesto alcanzar. Si esto fuese difícil de entender, entonces sería imposible aprender este curso. Mas sólo en ese caso. Pues, de lo contrario, este curso es la simple enseñanza de lo obvio." T-31.IV.7:3-7

"El que no perdona se ve obligado a juzgar, pues tiene que justificar el no haber perdonado." W-pII.1.4:4


COMENTARIO: Utilizando de nuevo la analogía de el observador en la butaca mirando una película, se ve obligado a juzgar al seguir creyendo que lo que se está proyectando en la pantalla es la realidad en función a que él ahora cree formar parte de lo que está teniendo lugar en la pantalla, aun cuando es obvio que no es así.

Él está sano y salvo mirando la película, solo que se cree que él es parte de la película. Y justificará todo lo que está ocurriendo en la pantalla para apoyar el deseo inconsciente de  querer seguir sufriendo. Que sólo apoya el deseo de querer seguir sintiéndose como un individuo separado,  qué es exactamente lo que nos ocurre a todos en este mundo. Nuestro único miedo es el miedo a soltar esta identidad y  fundirnos en nuestra realidad en Dios.

Es como la mosca que siente una fuerte atracción hacia un ardiente foco de luz. Sólo que para poder fundirse en esa luz a la cual se siente tan atraída tiene que morir. Siempre y cuando desee algo del mundo, estoy atraído a la culpa. Cuando reconozco que el mundo no tiene nada que ofrecerme, y la práctica del perdón se convierte en mi único propósito, es que la verdadera paz puede ser restaurada en la mente.

"Pero aquel que ha de perdonarse a sí mismo debe aprender a darle la bienvenida a la verdad exactamente como ésta es." W-pII.1.4:5

COMENTARIO: Cuando la paz de Dios empieza a ser prioridad sobre cualquier otra cosa, todo lo que tenga lugar en la experiencia presente sirve para no perder de vista que soy aquello que es consciente de la experiencia, que soy el testigo, el observador de la experiencia. Así es que puedo darle la bienvenida, o dicho de otra manera, abrirme a esa experiencia de la cual ya Un curso de Milagros, al igual que cualquier otra enseñanza que apunte en esa dirección no nos puede acompañar. “Este curso te conducirá al conocimiento (a la Verdad), pero el conocimiento en sí está más allá del alcance de nuestro programa de estudios. Y no es necesario que tratemos de hablar de lo que por siempre ha de estar más allá de las palabras.” T-18.IX.11:1-2 Los conceptos, las palabras, los libros, las enseñanzas, en fin, todo lo fenoménico, aunque sirven para apuntar en dirección a la Verdad, se tienen que dejar a un lado para que la comprensión pueda ser revelada.

En el proceso por el cual la vida me está llevando, el perdón no es una herramienta que utilizó para "entender" o para "comprender" nada. Es simplemente el recurso que me apoya a una aceptación total de lo que es. Estas palabras se escriben porque es lo que ocurre. No hay "nadie" a quien "ayudar" con ellas. Se observa cada una de las experiencias que tiene lugar a través de este mecanismo cuerpo mente que según la historia de una mente fragmentada se le otorga un nombre, un género, y millones de etiquetas que se sutilizan para intentar "describirlo".

"Yo" no hago nada, simplemente cosas se hacen. Nisargadatta Maharaj dice: "Yo, lo Absoluto (Dios, lo Unico que Hay), en mi expresión fenoménica (organismo cuerpo-mente), soy el funcionamiento (ver, oír, tocar, gustar, oler, pensar)  sin presencia de ningún otro actor individual." "¿Entiendes ahora porque 'sufres'? ¡Porque eres víctima de un error de identidad; O, más bien, porque has aceptado un evidente error de identidad!"

En resumen: El milagro llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se sumerge en la quietud." T-28.I.11:1 No hay nada que "yo" pueda "hacer".