Tuesday, September 4, 2018

Desde Que Practica UCDM Su Apetito Sexual Ha Ido Decayendo, y Aunque Extraña Su Pareja, Prefiere Estar en Su Casa

Pregunta: "Hola Nick, tengo una inquietud, desde que empecé a tener este nuevo conocimiento UCDM, comencé a caer en una especie de apatía, incluso con mi pareja, porque ya la sexualidad no me atrae, aunque cuando no estoy con él lo extraño, pero al estar juntos ya no quiero nada y lo único que quiero es irme a mi casa. Mi pregunta es si es normal lo que me está pasando, es parte del proceso de "despertar ". Gracias por tu atención."

Comentario: Cuando la mente es secuestrada por el sistema de pensamientos del ego, el deseo por el placer es su constante fuente de "vida". Todo deseo, seamos conscientes de ello o no, es sinónimo de sufrimiento. Y es por esa misma razón se la pasa uno satisfaciendo deseos, creyendo que eso es felicidad. Pero lo que hay subyacente es una constante insatisfacción. De nuevo, eso es sufrimiento. Recuerda que nuestra naturaleza es plenitud. Pero al percibirnos como algo incompleto (separado), la búsqueda del placer para sentirme "pleno" es el motor que motiva la acción de todo ser humano.

Una vez que se han tenido suficientes experiencias que dan testimonio de que la verdadera paz y felicidad no se deriva de la búsqueda del placer, se pueden experimentar cambios, que en un principio son malinterpretados, dado que todavía existe en el organismos las creencias latentes con las que la mente se ha identificado toda su vida.

Según esas creencias van siendo desarraigadas por así decirlo, se puede experimentar un espacio de confusión. Y en un principio, mientras la comprensión no es integrada, se puede experimentar un nivel de conflicto que en ocasiones es extremadamente agudo porque en este proceso la mente está aprendiendo a discernir entre sus fantasías y la realidad. Utilizando el ejemplo que compartes, una relación que se sostiene por el deseo, parte de la premisa de que son incompletos. Y como si fuera poco, esa misma premisa está siendo sostenida por un sinnúmero de creencias.

Digamos que tu crees que el sexo es importante en una relación. Y a su vez, también hay en ti un miedo a ser abandonada o rechazada. El deseo, el apetito sexual, mientras te percibas como incompleta jugará un papel muy significativo en tu búsqueda de la relación. Sin embargo, una vez ese deseo se cumple, observas que no te sientes satisfecha, que todavía hay un sentimiento de vacío, por lo que mientras haya una atracción fuerte hacia esa persona, alimentada por el deseo, intentas llenarlo con otro encuentro sexual, y otro, y otro. Pero aun así, observas que el sexo no te brinda lo que realmente deseas, lo cual es, sentirte plena ¡TODO EL TIEMPO!.

Una vez que eres consciente de que ese deseo no cumple lo que realmente tu corazón anhela, lo cual es un estado de plenitud, de paz interior, comienza la búsqueda. Cuando la mente empieza a experimentar atisbos de paz, que es lo que todos deseamos, aunque todavía no seamos consciente de ello, y la búsqueda del placer deja de llamarte la atención ya que sabes que ahi no hay nada, el sexo deja de ser importante. Esto no implica que no vuelvas a tener sexo. Solo que si el deseo surge, se ver por lo que es, una sensación placentera y pasajera que no tiene valor ninguno, que no añade nada a tu sentido de ser. Si se tiene sexo se disfruta, y luego se deja a un lado, como cualquier otra cosa que carece de valor. No hay culpa, no hay sentimiento de vacío, solo una experiencia.

Sin embargo, y aquí es donde uno de los conflictos fuertes pueden tener lugar. Si en tu sistema de creencia existe el miedo a ser abandonada, o rechazada, pueda que empieces a cuestionar tu propia cordura. Entonces crees que eres tú el problema. Pues hay creencias muy arraigadas sobre la relación de pareja, la sexualidad, etc.

Ese fue uno de los conflictos más grandes que experimenté en relaciones anteriores. Creer que el sexo era "importante", y por encima de ello, que era "mi responsabilidad" satisfacer a la mujer. Y para añadirle más sal a la herida, el miedo profundo a ser abandonado, o reemplazado, me sentía aterrorizado a elegir la paz de Dios. Porque de nuevo, hay un miedo subyacente que dice que si elijo la paz de Dios voy a "perder" a esta mujer que tanto DESEO, porque ese deseo viene de mi sensación de sentirme incompleto. Y como elegir la paz de Dios, según esa creencia inconsciente, daba lugar a la ausencia del deseo (paz verdadera), el miedo a no desearla, de nuevo, por miedo a ser abandonado, implicaba un sufrimiento muy profundo. Sin embargo, el sufrimiento surge del deseo mismo. ¿Puedes observar la demencia del sistema de pensamientos del ego, y como utiliza el deseo mismo para sostener la creencia de que el deseo es algo valioso, cuando en realidad el deseo mismo es la causa del sufrimiento? Pero si no examinamos lo que está detrás de todo deseo, nuestra experiencia de vida continuará siendo regida por nuestros deseos, y por ende, es una vida sufrida. Por eso es que el curso nos recuerda que nuestros deseos están ahi, no para ser juzgados, sino que para ser perdonados.

Y por cierto, aunque lo que acabo de compartir eran mis creencias, no estoy insinuando qué las mujeres con las que estuve en relaciones exigían de mi que las satisficiera. Sin embargo, generalmente, una mujer que entre en una relación motivada por el placer, deseando sentirse deseada, si su pareja no le hace sentir de esa manera, ya sea porque no desea tener sexo, o porque no le dice lo que ella quiere escuchar, una de dos cosas puede ocurrir: la primera es que ella deje la relación porque no siente que esa persona satisface sus necesidades. O, que ella empiece a cuestionar su propia valía, exigiéndole a su pareja que le de lo que ella cree que es "normal" y "necesario" en una relación de pareja. Eso finalmente termina haciendo de la relación un infierno.

Tú te encuentras en un proceso de discernimiento, en el que estás observando los deseos que surgen, y que a su vez se contraponen a tus creencias. Según las creencias se van deshaciendo y reemplazadas por la cordura, el proceso se convierte en algo muy ligero y amoroso. No hay miedo de "perdida", no hay sensación de "sacrificio", simplemente la mente descansa en su Fuente mientras observa los escenarios que van teniendo lugar en la "vida" diaria.

Volviendo a tu pregunta, comentas, "...aunque cuando no estoy con él lo extraño, pero al estar juntos ya no quiero nada y lo único que quiero es irme a mi casa".

Lo extrañas porque te has acostumbrado a estar con él. Cuando compartes mucho tiempo con una persona, y de repente la persona deja de estar ahí, por costumbre puede que la extrañes. Ahí no tiene por que haber sufrimiento. Sin embargo, al darte cuenta de que él no tiene nada de valor que ofrecerte (no es tu fuente), y no estoy hablando de él, estoy hablando de el mundo en general, solo que en este caso él forma parte de ese mundo, querer regresar a casa podría simbolizar tu deseo de querer estar contigo.

Por lo tanto, manteniendo una comunicación abierta y honesta con tu pareja, continúas honrando tu deseo por recordar a Dios, y el guión que te haya tocado vivir es lo que decidirá si esa relación continúa en la misma forma en la que se inicio (como pareja) o si no. Pero eso no es algo por lo que tienes que preocuparte. Elegir el perdón como tu única función, es lo que te va a ir apoyando a estar en paz con cualquiera que sea tu experiencia de vida.