Saturday, September 28, 2019

El Poder del Silencio

Imagina un espacio totalmente vacío en el que lo único que existe es energía. (La palabra energía sigue formando parte de la dualidad, pero es la que me he sentido inspirado a utilizar de manera que sirva para este ejemplo). En ese sentido es que se dice que lo único que existe es energía, ¡y no hay nada más!

En el Advaita, a esa energía, espacio, se le conoce como la Conciencia, siendo lo único que hay. En otras filosofías se le conoce como Dios. O para utilizar un término más generalizado, Amor (letra mayúscula).

Esa energía (Conciencia, Amor, Dios), no para efectos de la teoría de Un curso de Milagros, pero en términos generalizados, de buenas a primeras empieza a tomar una forma que se percibe como “muchas” formas. En el budismo se habla de un solo ego que aparenta ser muchos. De ahí se percibe la diversidad de las formas; cuerpos, piedras, montañas, ríos, insectos, nubes, bacterias, planetas, en fin, todo aquello que puede ser percibido como algo “separado” “uno” de “otro”. Y desde la perspectiva de un “yo”, todo eso se percibe como algo separado de “mí”.

“Yo” soy tan energía como todas esas aparentes diferentes formas. Pero siempre y cuando “yo” crea que soy un cuerpo separado en vez de formar parte de la Totalidad (Energía, Espacio, Dios), voy a creer que todo lo que percibo a mi alrededor son formas “diferentes” y “separadas” de “mi”. Y de la manera que mantengo la ilusión de que hay formas diferentes y separadas de mi, es a raíz de las etiquetas que he aprendido a otorgarles, empezando por la etiqueta, “yo”.

Si, por ejemplo, aparte de la primera etiqueta “yo”, veo algo “aparte de mi” que tiene la silueta de un tronco con hojas, se me ha enseñado a decir, “eso es un árbol”, y ese árbol es algo separado de “mi”. Y así con todo, “ese es un carro”, “esa es una computadora”, “ese es un hombre”, “esa es una mujer”, “esa es mi mamá”, “ese es mi papá”, “este es ‘mi’ brazo…”, e, inclusive, hasta lo mas abstracto es etiquetado como, “estos son ‘mis’ pensamientos”, “estas son mis sensaciones”, etc. Pero todo forma parte de la misma energía (Totalidad, Espacio, Dios). Todo forma parte de lo mismo, que es ¡lo único que hay!

Es por eso que la analogía del sueño es perfecta para por lo menos, conceptualmente, entender esto. La analogía del sueño expone que la mente del que sueña el sueño representa el espacio vacío (lo único que hay). El sueño, que, aunque se percibe como algo “real”, es simplemente una sola imagen proyectada dentro de ese espacio vacío (mente del soñador). Debido a las aparentes diferentes formas que se perciben en esa única imagen, aparenta como que hay “muchas” imágenes “separadas”.

Otro ejemplo que se utiliza mucho es el de la pantalla de cine. La pantalla es sólo una, y es lo único que es real (lo único que hay). Y, sin embargo, de un solo proyector se proyecta una sola proyección conteniendo una secuencia de imágenes, que en realidad es una sola imagen reemplazada por otra a alta velocidad. Y lo que se proyecta en la pantalla, que, aunque se percibe muy real, es sólo una proyección superpuesta sobre lo único que es real, la pantalla en blanco.

Entonces, aun sabiendo esto, desde nuestra experiencia "humana", lo único que se hace es observar la experiencia presente, libre de significado, y el proceso de deshacimiento de la creencia en una identidad separada se deshace por sí solo. Intentar “iluminarme”, “despertar” o ir en pos de algún estado “avanzado” de conciencia, no es ni "correcto" ni "Incorrecto". Solo que sigue poniendo la atención en este “yo” que ahora intenta alcanzar algo. Y por consiguiente es que se dice que la búsqueda es el obstáculo mismo. En función a lo que se expone con este escrito, es que lo único que necesita tener lugar es vivir la experiencia presente, libre de significado.

Así, poco a poco, la mente empieza a desvincularse de su posición fija con la identidad "personal" y se va abriendo a lo que, aunque en palabras no se puede describir ni explicar, se le puede conocer como un estado de conciencia mas lucida, mas despierta.

Es consciente de que es consciente. No se identifica con la película, aunque vive la experiencia de la película, solo que no pierde de vista su realidad como pantalla. No se identifica con el sueño, aunque vive la experiencia del sueño, siendo consciente de que es eso que sueña el sueño.

Estas palabras no tienen la intención de explicar lo inexplicable, pero apuntan en dirección a lo inexplicable. En ultima instancia, la única palabra que se puede utilizar para la receptividad de este mensaje es, silencio.

#nickarandes