Thursday, September 3, 2015

El Amor Siempre Se Apoya a Si Mismo por Nick Arandes

El amor siempre se apoya a si mismo debido a que ésa es su naturaleza. Nuestra naturaleza es amor. Eso, aunque se puede ignorar o se puede negar ni se puede erradicar. Por lo tanto aunque nos hayamos convencido de ser cuerpos, seres humanos separados de “otros” y separados de “todo” nuestra esencia que es amor continúa intacta.

Sin embargo al percibirnos separados experimentamos miedo. Pues ¿como no podemos sentirnos separados si eso es lo que nuestros sentidos muestran? La “evidencia” aparentemente está ahí, clara y concreta; mis ojos aparentan estar viendo imágenes que se encuentran separadas de mí, mi cuerpo muestra que soy un ente separado de todo, mis oídos escuchando ruidos que aparentemente vienen de “fuera”, por consiguiente es un argumento muy difícil, o mejor dicho casi imposible convencernos de lo contrario. En fin el argumento se basa en que "existe" un "yo."

Pero aún así el amor sigue apoyándonos por más que intentemos ignorarlo. Ese apoyo lo vemos constantemente en lo que se percibe como “sincronicidades” como “coincidencias”. Esos eventos que aparentemente suceden al azar sirven de apoyo en nuestro camino para recordarnos que no estamos solos.

Ahí podemos ver el reflejo de el amor apoyándose a si mismo debido a que el amor es unidad. Lo que sucede es que pasamos esas demostraciones de amor por alto etiquetándolas como “coincidencias” o “suerte” ya que nuestro enfoque continúa siendo en la creencia en la separación, en la creencia de que somos un cuerpo separado de todo. En la creencia de que hay un "yo." ¿No es asi como nos referimos hacia nosotros mismos en todo momento? "Yo soy...", "Yo tengo..." "Mi" nombre es...", etc.

En otras palabras lo que percibimos como “real” es lo que podemos “ver”, lo que podemos “sentir”, lo que podemos “percibir” basado en el "yo" separado que me he convencido que soy. Que de nuevo eso a su vez refuerza la creencia en la separación. Esa creencia simplemente genera un estado de miedo.

¿Como podemos entonces revertir esa creencia y empezar a identificarnos con el amor, con la unidad que somos? Antes que nada necesitamos tomar consciencia de que lo que somos es el espacio que contiene, no solo el “yo” que se cree estar aquí sino que todo. Y eso aunque intelectualmente lo podemos saber no es suficiente. Estas no son palabras “bonitas” e “inspiradoras” que utilizamos para cubrir el miedo. Esto tiene que ser una experiencia.

Lo primero que yo personalmente sugiero es darnos espacios continuos de silencio, de contemplación para aprender a observar nuestra experiencia, lo cual inclusive incluye observar los pensamientos y las sensaciones que surgen. Solo que desde una posición pasiva, sin juicio, sin interpretaciones podemos ser mas conscientes.

Ese estado de observación, de ser conscientes es a donde nos llevan palabras como; "No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé, por lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía ahora." T-14.XI.6:-9 Que sería lo mismo que decir; "Nada de lo que veo significa nada." W-pI.1 y así sucesivamente.

Esto no necesariamente cambia nuestras circunstancias pero si nos brinda la oportunidad de cambiar nuestra percepción sobre ellas, y a su vez sobre nosotros mismos.

Este es un paso muy critico, pues es así como vamos empezando a adentrar y observar el contenido de la mente sin dejarnos distraer por él. Y el contenido de la mente no solo son los pensamientos sino que inclusive lo que creemos ver “fuera” pues es todo lo mismo. No hay pensamientos "dentro" y "realidad fuera". Lo que hay es un sueño, una percepción de separación, pero es todo lo mismo.

Según nos sentimos mas cómodos siendo los observadores empezamos también a observar como cuando nos rendimos a cada momento presente, sin expectativas de nada, cómo cada cosa se va acomodando, y eso nos apoya en desarrollar la confianza de que no estamos solos.

Este proceso según se va practicando nos lleva a un espacio donde aunque nuestros sentidos muestren muy convincentemente que hay una aparente separación, la paz que mora en nosotros, que seria lo mismo que decir, el amor que mora en nosotros nos muestra una y otra vez que hay Algo (con letra Mayúsucia), llámalo como desees, para efectos de este escrito le llamaremos Amor, que está a cargo. Es como que la Vida está a cargo de todos sus hijos.

Eso nos permite descansar en Su amor y en plena confianza. Y recordemos, ese amor no se experimenta cuando las cosa van como queremos, pues esa es la arrogancia del personaje que cree saber que es lo mejor. Ese amor simplemente nos apoya en recordar que somos parte de todo y que nuestra fuente no proviene del mundo ni de nuestras relaciones, sino que nuestra fuente es ese amor y esa paz que nada puede perturbar.

Y paradójicamente, en el mundo de las formas se puede ver el testimonio de que somos unidad y no separación, sobre todo cuando se experimentan esas aparentes “casualidades,” que se les podría ahora reconocer por lo que son, “añadiduras.” ;o)

Una vez más este escrito no está diseñado para que hagas algo especial de el mundo o de tu personaje. Simplemente es para que recuerdes que aunque nuestra experiencia sea la de sentirnos separados de todo nuestra realidad, nuestra esencia es unidad. Ese entendimiento nos conduce a vivir una vida llena de paz y confianza plena pues sabemos que estamos apoyados, que la vida es la que está a cargo, y de que no hay razón para sentir miedo ni preocupación.

Empezamos ahora a vivir con la certeza de que no importa lo que esté ocurriendo, sabemos que "Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego." T-4.V.1:1-2

Al recordar que nuestra esencia es unidad no podemos sino que recordar que la esencia de todos mis hermanos es esa misma unidad. Esto nos ayuda a que el Espíritu Santo nos enseñe a percibir amor en todo aún cuando nuestros sentidos nos quieran convencer de lo contrario. Ahora todo lo que queremos es recordar lo que somos, nada mas y nada menos.