Comentario: Según la
mente va perdonando, el mundo deja de tener valor y las cosas que antes nos
atraían y creíamos que nos causaban alguna sensación, que es por eso que las
perseguíamos, dejan de perder ese poder ilusorio que se les había proyectado. Y
esos deseos físico se van cayendo por su propio peso, que posiblemente es lo
que te está ocurriendo.
Por lo tanto, puedes disfrutar tu
relación con esa persona aprovechando las oportunidades que hay para perdonar y
sanar. Si se supone que continúen, pues esa relación continuará. Si se supone
que no pues no. Pero lo importante es no sentirte culpable porque algunos de
los deseos que antes tanto se valoraban y atesoraban ya dejen de tener
importancia.
Este es un tema muy delicado sobre todo
cuando se le pone tanto enfoque y valor a lo físico. Si lo que te atrajo a esa
persona fue lo físico, se podría decir que fue la culpa lo que te atrajo. Pero
no pasa nada porque eso es lo que el ego usa para atraernos a cuerpos y al
mundo. Solo que el Espíritu Santo lo puede utilizar para Sus fines. Si lo que
te atrajo fue algo mas profundo, entonces, aunque se puede disfrutar de lo
físico cuando espontáneamente el deseo pueda surgir, la relación no está basada
en eso. Y como todo, si uno tiene deseos y el otro no, y el que no los tiene
siente miedo de ser desvalorado, o sentirse menospreciado, y eso conlleva a que
surja miedo, celos, intentar cambiar de comportamiento para sostener esa
pareja, etc., todas esas son oportunidades para poner el practica el perdón,
que en realidad es por eso que la relación tomó lugar. Recordemos que las relaciones
no son para hacernos felices sino que para hacernos conscientes.
En resumidas cuantas, deja esa relación
en manos del Espíritu Santo y aprovecha las lecciones de perdón. Si la relación
ya no sirve el propósito del Espíritu Santo, solo por especulación, digamos
porque el desea lo físico y tú deseas algo mas consciente, la relación cambiara
de forma y la vida te presentará una que sea mas congruente, si es que fuese
necesario para tu proceso, con el propósito mayor el cual es regresar a Dios.
Eso es todo lo que hay que hacer con las relaciones y nada mas. Y mientras
tanto, disfrútalas. Si ese hombre te encanta, pues disfruta ese dulce. Pero si
te enganchas a él, o haces algo especial de él, entonces ten mucho cuidado.
Camina agarrada de la Mano del Espíritu Santo en cada momento.