Wednesday, September 11, 2019

Diga Lo Que Diga, Siempre Voy a Perder

Toda filosofía no-dual siempre habla de que sólo hay una Mente, una Conciencia (Dios). En el budismo se habla de que sólo hay un ego que aparenta ser muchos. En la Biblia se habla de que “en la medida que juzgas serás juzgado”, al igual que “yo y el Padre uno somos.” (utilicé extractos de la Biblia, ya que, aunque la Biblia sea dual, el mensaje de Jesús en su esencia apuntaba hacia la no-dualidad). En el Advaita se habla de que sólo hay Conciencia y Conciencia es lo único que hay. Uno de los muchos extractos de una enseñanza titulada un curso de Milagros dice, "El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. [..] Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. " T-27.VIII.10:1 [..] 6 Y podría seguir citando extractos de toda filosofía de contenido espiritual y encontraremos como todas apuntan en dirección hacia nuestra Verdadera Esencia (no-dual).

Entonces, ¿por qué he titulado este escrito, “diga lo que diga, siempre voy a perder”? En los últimos años he observado mas detenidamente como a veces experimentaba conflicto interno cuando intentaba expresar mi punto de vista. Obviamente, si creo que mi punto de vista es el “correcto”, siempre habrá conflicto. Pero a lo que voy es, aun, cuando quizás haya visto muchas cosas que se hacen con la espiritualidad, incluso, obvias tergiversaciones de enseñanzas, no importa si expongo mi punto de vista, siempre voy a perder. Porque si todo lo que tiene lugar es una proyección, y es conmigo con quien estoy interactuando, si hay conflicto en mi, ese conflicto se lo voy a proyectar a cualquier imagen que se perciba como algo “aparte” de mi, y es como si a esa imagen le diese un guion que dijese, “diga lo que diga, tienes que contradecirme, tienes que atacarme”. Entonces, cuando me encuentro intentando hacer que esa imagen “entienda” lo que le comparto, y no lo hace, o me contradice, o me ataca, me siento “mal”. Pues no me estoy dando cuenta de que esa imagen solo estaba reflejando mi deseo de sentirme atacado, mi deseo de sentirme mal, mi deseo de sentirme separado.

Y aunque lo sepa conscientemente, es muy curioso como me he visto caer en el juego. Por ejemplo. Hace un tiempo atrás estaba hablando con una persona, y esa persona me compartía lo que había perdonado, lo que había sanado, etc. Lo curioso, sólo alguien que se percibe como persona dice, “’yo’ he perdonado” o “’yo’ he sanado”, y así sucesivamente. Era obvio que esa persona no era consciente de que la no dualidad implica que no hay un “yo” que hace nada. Pero de eso no se puede hablar porque eso implicaría que hay un “yo” hablando de ello. ¿Ven la trampa y la paradoja?

Así que, me encontraba intentando explicarle que siempre y cuando haya una identificación con un “yo” que dice que ha “perdonado” o “sanado” o lo que sea, sigue siendo el ego. Porque, aunque desde su experiencia humana pueda que sí haya experimentado algunas experiencias de perdón y sanación, a lo que voy es, no dualidad implica la ausencia de un “yo” separado. Y la experiencia humana, es una experiencia de separación. Por eso es que se dice que los sabios permanecen en silencio. No implica que no hablen cuando se tenga que hablar. Pero es un silencio que implica observación.

Pues observaba como esa persona estaba reaccionando a mi planteamiento, y podía sentir esta resistencia en la boca del estómago. Se podía sentir una tensión en nuestro compartir. Y mientras más intentaba explicarle, mas surgía su resistencia. Según esa sensación iba escalando en intensidad, observaba como una parte de mi mente me decía, “¡Cállate la boca! ¡Estás argumentando contigo mismo! No importa lo que digas ¡vas a perder! ¡Cállate ya!” Y sin embargo, aun sabiendo eso, no podía parar, hasta que en su momento, ¡GRACIAS A DIOS!, la conciencia a través de mi cedió.

Y empecé a escucharla, y permitir que dijese lo que quisiera, pero no como una forma de arrogancia, sino que desde una comprensión que me recordaba, “No tienes que defender ningún punto de vista. La realidad es que ahí no hay nadie. Esa proyección te ha puesto en contacto con tu propia impaciencia, con tu propia frustración, con tu propio sentido de impotencia. Agradece ese regalo.”

Y observé como sentí una calma en mi. No tenía nada mas que decir. Ni siquiera quería decir nada. Solo deseaba estar en paz conmigo mismo y con esa persona. Luego, cuando observé una sensación de culpa querer salir diciendo, “otra vez la fastidiaste. ¿Por qué no te callaste desde un principio…? Bla, bla, bla. Ahí la comprensión de no ser el hacedor tomó rienda de la mente. La culpa se cayó en unos minutos, porque sabía que esa conversación tuvo que tener lugar exactamente como tuvo que ser acorde a un plan que va mas allá de mi comprensión.

Eso es para mi, tomar conciencia. Pero el mensaje que quería compartir aquí es, siempre estoy interactuando conmigo mismo. Y si hay resistencia en mi, las proyecciones en el mundo me las van a mostrar. Y si quiero compartir un punto de vista, que recuerde que lo que tengo en frente es un espejo. Y por mas que mi “argumento” tenga validez, no importa lo que diga, siempre voy a perder. Porque si el espejo refleja mi estado de conciencia, solo tengo que atender a como me siento en ese momento. Y en mi experiencia, y solo hablo de mi experiencia, cuando siento amor en mi, no tengo necesidad de compartir mi punto de vista ni de convencer a nadie de nada. Ni siquiera entrar en conversaciones que pueden generar conflicto o separación, independientemente de que tenga o no la razón. Inclusive, le doy la razón a la persona con la que esté hablando, aun cuando desde mi prisma esa persona no la tenga, porque ya el deseo es el de amar, no el de separar, si es que yo quiero estar en paz y ser feliz.

#nickarandes