Sunday, September 8, 2019

¿Has Tenido La Sensación De Estar En La Fase Oscura Del Alma?

Pregunta: “A veces has tenido la sensación de estar en la fase oscura del alma? Yo estoy hoy así. No le saco sentido a nada.”

Comentario: Voy a compartir mi experiencia, la cual no quiere decir que sea la verdad absoluta. Es simplemente mi experiencia y mi comprensión. Si te sirve aplícala y si no descártala. Aquí va. La experiencia humana es una experiencia de “individualidad”, “separación”. Me percibo como un “cuerpo separado” de todo; por consiguiente me percibo carente, incompleto, y necesitado. Esto no es ni malo ni bueno. Simplemente es la experiencia humana.

Al ser humano sentirse de esa manera, el impulso que surge es el de buscar esa sensación de sentirse pleno, y lo hace a raíz de llenarse de experiencias en el mundo. Dado ese el caso, el mundo físico cobra un “sentido”; el de convertirse en el “suplidor” de todo aquello que me “falta”. Por ejemplo, el amor que creo que me falta lo busco en las relaciones interpersonales. La “plenitud”, o inclusive, “seguridad” y “bienestar” qué creo que me falta la busco a raíz de la adquisición de mucho dinero. La valía que creo que me falta la busco a raíz de reconocimiento, estatus, logros personales, y así sucesivamente. Y, de nuevo, todo eso le da “sentido” a la vida.

Aquí el ser humano se encuentra en una de dos tesituras. Una es, alcanza todo lo que tanto buscaba, pero todavía no se siente pleno. En algunos casos esto puede generar una sensación apática, depresiva, incluso suicida. La otra tesitura es que el individuo no alcanza nada de lo que deseaba, o quizás, algunas cosas, y vive con la esperanza de que cuando obtenga eso que busca podrá entonces sentir esa sensación de plenitud.

En esta segunda tesitura, aunque pueda ser una constante lucha por alcanzar algo, esa constante lucha se convierte en el "sentido" de su vida hasta que se cansa y no puede más. Ahí, el individuo tiende a resignarse, y por lo general, aunque no siempre, pueda que termine conformándose con lo que tiene, aunque, al igual que el que lo ha alcanzado "todo" a nivel material, no es feliz.

En la superficie esas dos tesituras pueda que se perciban como negativas. Pero la realidad, es que son OPORTUNIDADES MARAVILLOSAS para que el individuo deje de prestar atención al mundo, y a raíz de una rendición total, dirija toda su atención hacia el interior de manera que, por experiencia misma, pueda percatarse de qué todo eso que estaba buscando “afuera” forma parte de su esencia natural.

Aquí es donde se podría decir que la “fase oscura del alma” aplica. Esa fase no es en realidad necesaria para poder ser uno consciente de su plenitud. Pero como hay una identificación tan fuerte con la experiencia “individual”, dejar todo eso, que en un principio se buscaba “afuera”, se percibe como un “sacrificio”, como una “pérdida”. Y eso es lo que genera esa confusión que en un principio se percibe como la noche oscura del alma. Porque lo que en realidad está perdiendo es su sentido de identidad. Recordemos que la búsqueda de cosas en el mundo sólo sirven para sostener nuestro sentido de identidad.

Utilizando ejemplos mundanos, una madre que se dedicó toda su vida a criar a sus hijos cree que su sentido de identidad es, “soy una madre”. Cuando los hijos se van de la casa se deprime porque ha perdido su sentido de identidad. Ya no sabe quien es. Un hombre que toda su vida trabajó como dueño de una empresa, su sentido de identidad es, “soy empresario”. Si se retira o pierde la empresa, deprimido dice, “ya no soy un empresario” por consiguiente ha perdido mi sentido de identidad. Pero ni la mujer es madre ni el hombre es empresario. Y para llevarlo a un nivel más profundo y más abstracto, ni la mujer es “mujer” ni el hombre es “hombre”. Los dos son diferentes aspectos de la conciencia, pero que en realidad son la conciencia misma. Y de la ÚNICA manera que se van a sentir verdaderamente plenos es cuando toman consciencia de que son conciencia, no "individuos separados".

Cuando empieza a haber un despertar de conciencia, es como que la mente ahora se experimenta oscilando entre dos mundos. El mundo interno, la verdadera paz, se empieza a desear profundamente mientras que simultáneamente el mundo “externo”, del cual se deriva nuestro ilusorio sentido de identidad, no se quiere soltar. Por que, de nuevo, he derivado mi sentido de “identidad” con lo que hago, con lo que tengo, con lo que obtengo del mundo, etc. Dicho de otra manera, o añadiéndole a lo dicho,no solo soy un “ser humano”, sino que también, soy, papá, mamá, mujer, hombre, exitoso, fracasado, empresario, abogada, medico, arquitecta, deportista, actor, mendigo, bonito, feo, gordo, flaco, y la lista de etiquetas que se le adjudica al ser humano es infinita. Pero todos, al igual que el ser humano mismo, son falsas.

Para efectos de estudiantes de Un curso de Milagros, hay un extracto que resume lo que acabo de decir sobre la oscilación entre dos mundos de la siguiente manera (añadí lo que aparece en paréntesis), “A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor. A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona. Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual y, al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física. ESTE ALTERNAR ENTRE LOS DOS NIVELES DE PERCEPCIÓN (entre dos mundos) SE EXPERIMENTA NORMALMENTE COMO UN CONFLICTO QUE PUEDE LLEGAR A SER MUY AGUDO. Aun así, el desenlace final es tan inevitable como Dios.” T-2.III.3:6-10

Puse en letra mayúscula la oración que enfoca sobre el tema que estoy compartiendo. Sin embargo, observa que la oración que finaliza ese extracto dice que "el desenlace final es tan inevitable como Dios". Es una forma de decir que, aunque estemos atravesando la noche oscura del alma, el desenlace final va a ser la paz de Dios. Sólo que, obviamente, mientras ese túnel se está atravesando no aparenta ser así. Y aquí es donde se requiere fe y confianza en el proceso.

Entonces, volviendo a tu pregunta, mi experiencia me sigue mostrando que según la paz se va asentando en la mente, en la que cada vez más hay un reconocimiento de que este mundo no tiene nada que yo desee, no porque sienta que estoy "sacrificando" o "perdiendo" algo, sino, porque ya la paz empieza a ser prioridad, el personaje “yo” continúa teniendo la experiencia dual que forma parte de este mundo. Tiene placeres y dolores, surgen deseos, surgen sensaciones, pero deja de haber un apego a todo ello. Y lo paradójico, es que puedo disfrutar de este mundo como parte de la experiencia que va teniendo lugar en el presente, que a su vez, como escenas pasajeras, se sueltan. Cuando cierro los ojos y me acuesto a dormir, da igual si me levanto al otro día o no. Ahora la “vida”, mientras esta condición humana siga siendo mi experiencia, simplemente se vive, se disfruta, se experimenta. Y todo eso sucede libre de sufrimiento.

Y toda experiencia es una experiencia nueva. Que sé que no va a durar en el tiempo. Sólo se vive y se experimenta mientras ocurre. No sé si la vida me lleve a una experiencia que se le pueda considerar “noche oscura del alma” como indicativo, o indicio a una comprensión o una experiencia más profunda de este camino. La realidad es que no lo sé, y honestamente, tampoco me importa. Pero para mí, a raíz de esta comprensión de la que estoy compartiendo, la vida no tiene ningún sentido ni tampoco deseo que lo tenga. El único sentido, si vamos a utilizar es expresión, que la vida tiene para mi, es la experiencia profunda de paz que se experimenta en este instante presente cuando la mente se libera de todo apego a este mundo, cuando se libera de todo significado.

Si tu deseo, todavía, es el de la búsqueda del placer y de cosas en este mundo, este escrito no te servirá de nada. Pueda que en esta experiencia de “vida” ilusoria algunas personas que lean este escrito no les tocará priorizar su paz interior. Quizás se la pasarán toda su vida en búsqueda de aquello que crean pueda hacerles ”feliz”. Sólo que, como la verdadera felicidad y plenitud es lo que somos, buscarla en “otro lugar” que no se en el interior, aunque en ocasiones se pueda experimentar una sensación temporal de placer cuando los deseos se cumplen, el dolor continuará acechando. Por eso Nisargadatta Majaraj decía que el placer es nada más que el espacio entre dos dolores. Y para estudiantes de Un curso de Milagros hay un extracto que dice, “Si quieres ser como yo, te ayudaré, pues sé que somos iguales. Si quieres ser dife¬rente, aguardaré hasta que cambies de parecer.” T-8.IV.6:3-4

Yo me la he pasado toda mi vida en búsqueda de la paz y la verdadera felicidad. Y cada vez la voy reconociendo más en mi, cuando, paradójicamente, dejé de buscarla “afuera”. Y esto no es algo de lo que se puede hablar. Esta será tu experiencia, cuando ya de corazón haya un deseo profundo por la paz interna. Y eso no es algo que “tú” deseas. Eso es algo que tendrá lugar a través de ti, si es lo que toca en tu guion. Y me voy a tomar la libertad de decir lo siguiente, si has hecho esa pregunta, y se te ha dirigido a leer este comentario, el deseo por la paz verdadera ya está en la conciencia colectiva empezando a priorizarse a través de ti. Ahora, es cuestión de confiar en el proceso.

#nickarandes