Thursday, October 3, 2019

Amar Es Tan Simple, Es Lo Obvio, ¿Y Por Qué Se Experimenta Tan Difícil?

Antes de abordar el tema en discusión, utilizo los siguientes párrafos como preámbulo para establecer una base. Amar (letra mayúscula) es simple porque es el estado natural del Ser. El Ser (Amor) es la Totalidad, que incluye todo, “tú”, “yo”, “el resto” (palabras entre comillas porque no hay tú, yo ni el resto, solo Uno; Totalidad).

La experiencia de un cuerpo, no obstante, es el límite que se le a puesto a la Totalidad de manera que pueda definir quién soy "yo" en mi experiencia "humana". Mi limite es “yo”. Porque “mi” cuerpo, que percibo como “separado” del “tuyo", me lo muestra.

Y observemos que estoy utilizando la palabra percibir, porque una ilusión, aunque no es real, se percibe así. Aun así, aunque ese limite esté establecido, el deseo profundo por Amar (Unión) pone a uno en constante contacto con los obstáculos al amor (el miedo a desaparecer como entidad separada).

Habiendo compartido ese preámbulo, ahora voy a utilizar la palabra amor con letra minúscula porque quiero tocar el tema desde nuestra experiencia dual. Amar es simple porque es mi naturaleza. Pero cuando surgen los obstáculos observó lo difícil que en ocasiones se me dificulta amar (unirme). Tengo momentos que siento un amor (aceptación) por todo, y es ahí que me doy cuenta lo simple, lo natural que es amar. Pues la idea de un “yo” separado se desvanece.

Sin embargo, surgen pensamientos en mi mente de viejos resentimientos que necesitan ser perdonados, y eso surge, porque, aunque por un lado quiero amar (unirme), por el otro le tengo terror a amar (a unirme). Porque si me uno, de nuevo, como entidad separada, tengo que desaparecer. Entonces, el problema no es tanto querer amar o no. El problema es no querer soltar mi identidad como un “yo” separado.

¿Cómo entonces puedo aprender a amar mientras me experimento como un cuerpo? No pretendo impartir una contestación a esa pregunta. Solo puedo recordar que no hay un "yo", que solo hay Amor (Dios, Energía, Conciencia, Espacio, como se le quiera llamar). Este momento, este instante, con las sensaciones que tengan lugar, con los pensamientos que tengan lugar, con las circunstancias que tengan lugar, es lo único que hay. Si se acepta todo tal como es, se podría entonces deducir que ¡eso es Amar! Y es por eso que amar es tan simple, es lo obvio.

Pero no utilicemos estas palabras como conceptos para auto engañarnos creyendo que estamos “amando” mientras hay miedo y resentimiento escondido. Estas palabras las utilizo para, más bien, darme cuenta que cuando siento que no estoy amando es porque no estoy aceptando. En mi experiencia, que no implica que sea la verdad absoluta, lo que observo cada vez más, es que, cuando vivo en total aceptación de Lo-que-Es, aun cuando la experiencia presente puede experimentarse físicamente incómoda o dolorosa, estoy totalmente abierto y receptivo a amar incondicionalmente. Y es ahí cuando me percato de que amor es lo que soy, no lo que “siento”.

Y puedo continuar viviendo cualquier experiencia, sobretodo, aquellas que son percibidas como incomodas o dolorosas, sabiendo que todo es pasajero, no con la intención de que eso que esté teniendo lugar se valla. Sino porque esta experiencia física, que de por sí, es pasajera, todo lo que acontece dentro de ella también lo es.

Hay quienes pueden argumentar, “pero en mi caso es muy difícil soltar este resentimiento, no puedo dejar a un lado estos sentimientos, este dolor no se va…”, etcétera. El problema es, y prestemos mucha atención, en ese argumento está muy claramente la no aceptación. Esa es la paradoja. Si quiero que esto se “vaya”, es porque no estoy aceptando, estoy rechazando, por consiguiente, no estoy amando.

¿Cómo entonces se le puede decir a una persona que acepte cuando se encuentra en medio de un dolor agudo, de un movimiento fuerte, de un sufrimiento intenso, de una profunda angustia?

Decirle a una persona que se encuentra experimentando una condición extremadamente aguda que acepte es como añadir sal a una herida. Estas palabras no van dirigidas a una persona que se encuentra en medio de una angustia profunda, aunque si le han llegado a una persona en esa situación, pueda que la misma vida, sabiendo que esa persona está lista para ello, les sirvan como contestación a su plegaria. Pero a lo que voy es, una mente que está receptiva, utiliza estas palabras como recordatorio para empezar a tomar conciencia en este instante, y según se vayan integrando, esa nueva actitud aflora automáticamente en momentos en la que pueda encontrarse atravesando un período dificultoso.

Un futbolista no aprende a patear una pelota en medio de un torneo, de la misma manera que un guitarrista no aprende a tocar la guitarra en medio de un concierto. Recordemos que amor es lo que somos, sólo que ha sido negado. La aceptación nos va llevando a, conscientemente, tomar conciencia de ese amor que somos. Al igual que el futbolista que practica cuando no hay jugadores enfrente, está ahora preparado para ejecutar una patada magistral en los últimos minutos del partido, de la misma manera, el guitarrista podrá deleitar a la audiencia con una impecable actuación a raíz de todo el tiempo que dedicó a practicar su instrumento sin estar enfrente un público.

Aceptar no es “aprender” a amar, sino, más bien, dejar de resistir. Cuando la vida, la experiencia presente no se resiste, no puede existir otra cosa que amor. Cuan simple, cuan obvio, sin embargo, cuan imposible es experimentarlo cuando se la pasa uno resistiendo la experiencia presente. Y repito, no soy “yo”, el “ser humano”, el “límite” el que está amando. Amor es lo que Soy, y es por eso que se dice que ¡Amor Es!

#nickarandes