Cuando esté instante se vive sin deseo de que el mismo sea
diferente de cómo es, es decir, en total aceptación, este instante se vive en
absoluta paz. Cuando quiero que este instante sea diferente de cómo es, es
porque se está alimentando un pensamiento pasado que dice: “yo sé como este
instante debería ser para poder estar en paz, para poder ser feliz”.
Y en ese preciso instante la paz, la felicidad parece
habernos abandonado y comienza la búsqueda de ella a raíz del rechazo de ella,
es decir, a raíz del rechazo del instante presente.
Para cubrir ese dolor la mente alimenta ahora pensamientos
futuros. De esa manera pueda fabricar una sensación placentera y comienza una
estrategia para alcanzar ese “futuro” y seguir retroalimentando esa sensación
de placer. Es su motor para seguir rechazando la experiencia presente en la que
la paz, en la que la felicidad descansa sin poder ser reconocida hasta que
llega el momento, tarde o temprano, en que la mente queda exhausta de tanto
buscar, de tanto evadir, y finalmente se rinde.
En ese preciso instante de rendición es que se revela lo que
nunca estuvo ausente: el amor incondicional que ha estado, ahora está, y
siempre estará presente.
Nick Arandes
#nickarandes