Comentario: Empezamos
por lo siguiente cuando dices, “…me
ha llegado una comprensión que me gustaría saber si viene del Espíritu Santo o
de mi ego, porque necesito saber…”
Primero que nada si es una comprensión del Espíritu Santo no habría duda
ninguna. Claro, la comprensión del Espíritu Santo la tenemos disponible en todo
momento. Sólo que debido a nuestra resistencia aparenta como si no tuviésemos
acceso a ella. Es por eso que el curso nos recuerda, “Si no puedes oír la Voz de Dios, es porque estás eligiendo
no escucharla.” T-4.IV.1:1 Pero en tu caso
sólo quería reiterar que cuando tienes una comprensión que viene del espíritu
Santo es porque estás preparada para ella y por consiguiente Él la comunicará
de manera que no pueda existir duda alguna.
Basado ahora en lo que tú escribes acerca
de esa “comprensión”, en lo personal me olvidaría de todas las creencias
incluso esa idea de “creencias ancestrales”. Lo único que ocurre es que al tu
elegir el ego crees que en el mundo vas a encontrar a alguien o algo que te
complete, y esa es la sensación de carencia que todos experimentan en este
mundo a menos que hayan perdonado y sean mas conscientes. Pero los que todavía
van por el mundo creyendo que su realidad es está experiencia física sienten
carencia e intentan corregirla con experiencia del mundo. Por algo el Curso nos
recuerda: “La única carencia que
realmente necesitas corregir es tu sensación de estar separado de Dios.” T-1.VI.2:1
Por consiguiente lo único que te completa
es recordar que nunca te separaste de Dios y nada más. Lo que ocurre en el
mundo con las parejas es irrelevante. Si mereces el amor de Dios no significa
que atraerás una pareja simplemente significa que serás feliz
independientemente de que aparezca una pareja en tu vida o no, o de lo que
ocurra en tu experiencia. Siempre recuerda, el curso va dirigido a la mente, no
al personaje. Mientras tanto, aprovecha todas las experiencias “mundanas” para
perdonar.
Si ese hombre salió de tu vida, no es
porque no eres “merecedora” o “si, es porque simplemente fue lo que ocurrió y
ahora tu observas lo que siente. Eso determina si todavía le estás otorgando
realidad al mundo o no. Cuando empezamos a introducir nuestras creencias
personales hacemos de lo simple algo complicado. Esto me recuerda el extracto
del curso que dice, “Tú
que piensas que este curso es demasiado difícil de aprender, déjame repetirte
que para alcanzar una meta tienes que proceder en dirección a ella, no en
dirección contraria. Y todo camino que vaya en dirección contraria te impedirá
avanzar hacia la meta que te has propuesto alcanzar. Si esto fuese difícil de
entender, entonces sería imposible aprender este curso. Mas sólo en ese caso.
Pues, de lo contrario, este curso es la simple enseñanza de lo obvio.” T-31.IV.7:3-7
A lo que ese extracto va es que si la meta
que deseas alcanzar es la paz de Dios éste curso es la simple enseñanza de lo
obvio. Si de lo contrario deseas “entender” o darle sentido a lo que está
ocurriendo en tu experiencia física, el curso se te será imposible de aprender.
Es por eso que te exhorta a que dejes a un lado todas tus creencias, sean
cuales sean. Ahora empezarás a observar los escenarios que se presentan en tu
experiencia sin proyectarles ningún tipo de significado y es así como te abres
a la mentalidad del Espíritu Santo.
Esa actitud de abrirse completamente a
cada experiencia, a cada sentimiento, sin otorgarle ningún significado es
aterrorizante para el sistema de pensamientos de el ego que está basado en
juicios e interpretaciones personales. Sin sus juicios y sin sus interpretaciones
personales el sistema de pensamientos de el ego no podría sostenerse. En otras
palabras moriría. Y esa es a la muerte que le tenemos. No a la muerte del
cuerpo físico porque el cuerpo es simplemente una proyección. Le tenemos terror
a la muerte de el ego ya que basado en su sistema de pensamientos es que
forjamos nuestro sentido de identidad.
Así que vive tú vida observando como
sientes que las experiencias que van teniendo lugar te afectan de manera que
vuelvas a recordar que “nunca
estoy disgustado por la razón que creo,”
W-pI.5 y así permites que el Espíritu Santo haga la corrección en la mente. Él
no puede corregir nuestros errores si ya estamos nosotros otorgándoles
significado. Por eso es que , “nada
de lo que veo (siento, creo) significa nada.” W-pI.1