Friday, March 9, 2018

Sumérgete en la Más Profunda Quietud

"Sumérgete en la más profunda quietud por un instante. Ven sin ningún pensamiento de nada que hayas aprendido antes, y deja a un lado todas las imágenes que has inventado. Lo viejo y decrépito se derrumbará ante lo nuevo tanto si te opones a ello como si lo apoyas. Ninguna de las cosas que consideras valiosas y dignas de tus atenciones será atacada. Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que jamás existió. Nada te hará daño en este santo lugar adonde vienes a escuchar en silencio y a aprender qué es lo que realmente quieres. Esto será lo único que se te pedirá aprender." T-31.II.8:1-7

Comentario: Este extracto es muy precioso, porque de una forma muy sutil nos dice, aunque la tentación por el mundo esté ahí, aunque deseos o preocupaciones por algo externo surjan, ríndete. Suelta. Entrégate. Sumérgete en la quietud de tu mente, y todo aquello que no vaya en acorde con ese espacio se caerá por su propio peso, independientemente de que en un principio te hayas opuesto a soltarlo. Esa ha de ser nuestra práctica diaria. Darle a la mente esos espacios de quietud mas conscientemente, más consistentemente. No requiere sacrificio ninguno. ¿Que sacrificio se podría experimentar cuando hay paz mental? Qué placeres, que metas, que querríamos perseguir a cambio de la paz interior?

¿Esa actitud nos convierte en personas conformistas? Al contrario, nos convierte en aquello que acepta todo. Que no se conforma con menos. Al elegir nuestros placeres, nuestras metas personales, al elegir la individualidad sobre la totalidad, eso es una persona conformista. ¿Por qué elegirías una migaja de pan cuando tienes el buffet completo? Por lo tanto, ahora mismo estamos siendo conformistas. Sólo que no lo sabemos y creemos que estamos alcanzando cosas. Creemos estar "creciendo", cuando en realidad estomas encogiendo al conformarnos con menos que el Reino.

Nada del mundo, no importa cuanto dinero, no importa cuantos objetos, no importa sea cual sea nuestros deseos en este mundo se compara con lo que el Reino tiene para nosotros. Y lo que tiene, no es mas dinero, no es más objetos, no es más relaciones, es paz permanente, dicha plena, felicidad absoluta. ¡Ay, criatura de Dios, si supieses lo que Dios dispone para ti, tu gozo sería absoluto!.” T-11.III.3:1