Comentario: Cuando el miedo se ha apoderado de
la mente, todo lo que en realidad está teniendo lugar es un pensamiento.
Generalmente cuando sentimos miedo queremos "entregar" al Espíritu
Santo ese miedo para sentirnos "mejor" sin siquiera mirar la historia
que la mente fabrica para justificar ese miedo, sin siquiera mirar para darnos
cuenta que ahi no hay nada. Para que el niño pueda ser convencido de que no
existe un monstruo debajo de la cama, por más que se le diga que no existe el
monstruo, su creencia subyacente prevalece. Por consiguiente, él necesita mirar
debajo de la cama. Pero nunca lo va a hacer sin la ayuda de alguien en el que
él pueda confiar. Pues el miedo que el siente, basado en su creencia, lo
paraliza. En otras palabras, el niño tiene mas fe en su creencia que en la
verdad. El Espíritu Santo representa la verdad, y por consiguiente
constantemente se nos pide que lo elijamos a Él como nuestro único Guía
El hecho de
que se está experimentando miedo implica que estamos mirando con el sistema de
pensamientos del ego. Cuando el pensamiento surge, o la sensación surge, sin
siquiera examinarla de frente, el ego ya la ha examinado, la ha juzgado, y la
mente aterrorizada lo esconde para no querer mirarlo y poder darse cuenta que
es sólo un pensamiento completamente inofensivo.
Mirar con el
ego implica darle significado a cualquier pensamiento, analizar cualquier
pensamiento o sensación, juzgar en función al sistema de creencias que
consciente o inconscientemente sostenemos. Mirar con el Espíritu Santo es simplemente
mirar sin juicio. ¡Eso es todo!
Cuando se le
quita el juicio al pensamiento o a la sensación, la cordura puede ser
restablecida en la mente y el pensamiento o sensación puede ser liberado
inmediatamente. No estoy hablando liberado en el sentido de que el pensamiento
o la sensación se va. Liberado en el sentido de que ya no nos afecta. Si se
queda o no es completamente irrelevante. Sólo que no hay sufrimiento, lo que
hay es paz.
Lo que
sostiene al sistema de pensamientos del ego son simplemente los miedos
escondidos que no hemos querido mirar. Pero como una pelota de aire que por más
que queramos sostenerla bajo el agua su naturaleza es empujar y subir a la
superficie, al igual que la pelota de aíre, el amor está intentando salir a la
superficie, solo que al estar nublada por nuestras creencias subyacente,
nuestros miedo, o como el curso les llama, los obstáculos al amor, se
experimenta conflicto.
El ego ahora
podría interpretar el extracto del curso que compartí al principio y decir,
"adéntrate en el inconsciente y empieza a buscar todos tus miedos" Y
no es así. Me acuerdo una vez le preguntaron a Francis Lucille si era necesario
mirar todos los fantasmas escondidos. Su respuesta fue, "déjalos dormir
tranquilamente. Ellos saldrán en su debido momento si es que tienen que
salir." El Espíritu Santo simplemente te dice, "permite que ellos
salgan en su debido momento, sólo que en el momento que eso tenga lugar, si es
que tiene que tener lugar, quiero que los mires Conmigo." (Llévale, por lo
tanto, todos tus pensamientos tenebrosos y secretos, y contémplalos con
Él." T-14.VII.6:8)
Hay otro
extracto del curso que me dice, “Él te exhorta a que lleves todo efecto temible
(tus interpretaciones de lo que sientes y de lo que piensas) ante Él para que juntos
miréis su descabellada causa y os riáis juntos por un rato (pues reconoces su
irrealidad). Tú juzgas los efectos (lo que piensas y lo que sientes), pero Él
ha juzgado su causa (la mente que los proyecta). Y mediante Su juicio se
eliminan los efectos.” T.VIII.9:1-5
De nuevo,
¿qué implica mirar lo que salga a la superficie con el Espíritu Santo? Que lo
hagas sin juicio, sin interpretaciones personales, que por eso se nos recuerda,
“Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada afirma lo
siguiente: NO CONOZCO EL SIGNIFICADO DE NADA, INCLUIDO ESTO. No sé, por lo
tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado
para que me sirva de guía ahora,” T-14.XI.6:6-9
Esa es la
practica del perdón. "El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no
hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para
que adquiera apariencias que a él le gusten. SIMPLEMENTE OBSERVA, ESPERA Y NO
JUZGA." W-pII.1.4:1-3
Es imposible
mirar los hechos cuando ya de antemano hay una interpretación personal. El
Espíritu Santo te dice, "Mira los hechos y deja que Yo me encargue de la
interpretación. Mi interpretación te brinda paz, la tuya simplemente te
aterroriza." Es por es que hay un extracto del curso que nos dice,
(Comprende que no reaccionas a nada directamente, sino a tu propia
interpretación de ello. Tu interpretación, por lo tanto, se convierte en la
justificación de tus reacciones. T-12.I.1:4-5)
Cuando el
curso hace tanto énfasis en el Instante Santo todo lo que nos está diciendo es,
"deja a un lado tus interpretaciones." No te está diciendo que no
sientas, no te está diciendo que no pienses, simplemente te está diciendo que
no juzgues tus pensamientos y sensaciones ni como buenas o malas. Es así como
Él hace Su trabajo. Ahora es cuestión de confiar en el proceso. La confianza en
el proceso no puede tener lugar si tienes alguna expectativa de cómo
"deberías" sentirte o como las cosas "deberían" ser.
Confiar en
el proceso implica una aceptación total de lo-que-es. De que lo que esté
ocurriendo en cada momento está siendo perfectamente orquestado por el amor
mismo para beneficio de la salvación. Es por eso que un curso de Milagros es
tan simple. No he dicho que sea "fácil" dada la resistencia, pero
simple porque no requiere nada "especial". No hay rituales, solo una
rendición total a lo-que-es.
Obviamente,
hay un entrenamiento mental. Pero no es un ritual como tal. Es un proceso que
te lleva de la mano a través del libro de ejercicios, a tu ritmo, con ciertas
pautas a seguir como sugerencias, así la mente se va adiestrando sin demasiada
resistencia. Es como un caballo que está siendo adiestrado a seguir un camino.
En momentos en el caballo se pone reacio el entrenador no lucha contra él.
Simplemente le da un poco de rienda suelta, y luego muy delicadamente lo trae
de nuevo al camino.
Igual
contigo. Mientras haces los ejercicios, la resistencia saldrá una y otra vez.
Sin embargo, se paciente contigo mismo. Se amoroso, se bondadoso. El Espíritu
Santo lo es, ¿por qué no tú? Él sabe lo que hace. No es tan complicado como
parece. El curso mismo nos dice, "Tú que piensas que este curso es
demasiado difícil de aprender, déjame repetirte que para alcanzar una meta
tienes que proceder en dirección a ella. Y todo camino que vaya en dirección
contraria te impedirá avanzar hacia la meta que te has propuesto alcanzar. Si
esto fuese difícil de entender, entonces sería imposible aprender este curso.
Mas sólo en ese caso. Pues, de lo contrario, ESTE CURSO ES LA SIMPLE ENSEÑANZA
DE LO OBVIO." T-31.IV.7:3-7