Sunday, December 9, 2018

Observando El Engaño La Paz Es Restaurada

Cada escenario en el que nos encontramos es simplemente nuestro currículo para sanar. Sanar implica ser consciente de que ningún escenario puede ser la causa de mi perdida de paz. Esa es en realidad la única lección que aprender. No es “iluminarme”, “despertar”, hacerme más “sabio”, más “santurron”, más “bueno”, etc. Es simplemente tomar consciencia de que el mundo no es causa de nada. Que todo lo que siento en mi es el resultado de como me relaciono con los pensamientos, con la historia que la mente fabrica en cada momento.

Decimos, “es que si mi familia hiciera…”, “es que si mi pareja hiciese o me dijese…”, “es que si el gobierno cambiase…”, “es que si tuviese mas dinero…”, “es que si el vecindario fuese mas `seguro´…”, “es que si mi negocio no fallara…”, “es que si mi cuerpo estuviese in un mejor estado…”, “es que si tuviese un trabajo que me guste…”, “es que si…” y las historias son interminables.

Lo único que está “ocurriendo” por así decirlo, es que siempre estoy donde estoy, es que siempre tengo lo que tengo, es que siempre vivo en donde vivo y con quien vivo o con quien no vivo, es que siempre hago lo que hago, es que siempre veo lo que veo, es que siempre oigo lo que oigo, es que siempre siento lo que siento, y eso es lo que és.

Sin embargo, cuando la mente entra en resistencia a ello con un, “las cosas deberían o no deberían ser…”, o “no quiero esto o quiero lo otro”, son meramente historias.

Si no se puede ver ese engaño, nos la pasamos intentando “cambiar” lo que és por algo “mejor”, sin darnos cuenta de que lo que és, no es algo que “nosotros” elegimos que ocurriese. Es el currículo que la vida nos presenta para que aprendamos esa única lección que dice, mi paz y mi felicidad no dependen de mis circunstancias ni de que las cosas vayan como yo quisiera. Es el reconocimiento de que si dejo de creerme cualquiera que sea la historia que la mente esté fabricando en cada momento, vivo en paz, vivo en felicidad.

Y decimos, “pero no puedo estar en paz si siento dolor, si no tengo dinero, si me siento mal, etc. Sin embargo, tampoco estamos diciendo que disfrutes de esas experiencias. Lo que se está haciendo hincapié es que se puede estar en paz con cualquiera de esas experiencias siempre y cuando no sean juzgadas. Entonces, cada una de esas experiencias se viven. El dolor se vive, la perdida de dinero se vive, el sentirse mal se vive, pero se vive en paz, libre de sufrimiento. A raíz de experiencias como esas, vividas con una perspectiva diferente es que se da uno cuenta de que el problema no eran las circunstancias, era la interpretación que la mente hacia sobre ellas. Por eso es que el perdón no “analiza”, no “justifica”, <<Simplemente observa, espera y no juzga.>> " W-pII.1.4:3

Y como en este mundo todo es transitorio, te das cuanta que la mente entra y sale del manicomio. Solo que cuando se es mas consciente, la mente permanece menos tiempo en el manicomio y mas en su cordura. Inclusive, la mente puede verse atravesando el manicomio desde un espacio de cordura. Otra manera de decirlo es, la mente atraviesa el manicomio en paz. He tenido muchas experiencias que mi mente ha estado en el manicomio, y lo único que he podido hacer es no juzgarme por ello. Reconocer que ese es uno de esos días, y como todo, también pasará.

El ego, no obstante, mantiene a la mente en el manicomio jugando el papel de “asesor espiritual” diciendo, “la mente no debería sentirse así, por lo tanto, estás haciendo el curso mal”, o “tus meditaciones o tu ‘práctica espiritual’ la estás haciendo mal porque la mente no se caya…”, añadiendo mas sal a la herida, cuando es muy simple. Acepto todo tal y como es, donde ya no hay juicio ni preferencias.

Que no se me malinterprete. Siempre va a haber preferencias en función a nuestro condicionamiento. Según nuestro condicionamiento cambia a raíz de sanar, las preferencias cambian hasta que se vean como lo que son, fantasmas que nunca podrán cumplir lo que prometen. Aun así, las preferencias se observan. Si se puede hacer algo al respecto se hace. Si no, se acepta que no han de darse, y la mente está en paz con lo que es.

Este proceso toma tiempo porque cuando la mente está convencida de sus historias, es imposible no creérselas. Pero cuando ya se está siendo mas consciente, a raíz de la práctica diária, uno puede entonces ver el argumento de la mente, puede ver la mentira, y de antemano saber que el argumento, sea el que sea, es falso. En mi proceso, cuando todavía el argumento de la mente era mas convincente, sentía un dolor interno, una culpa, porque por un lado estaba teniendo una experiencia, mientras que por el otro me encontraba en resistencia a ella en función a la fantasía (preferencia o deseo) a la que la mente se seguía aferrando.

Luego, cuando se fue asentando el hecho de que no soy el hacedor, no como un concepto, sino como verdad, ahora veo todos mis pensamientos, veo todos los deseos que surgen a través de mi, los que considero apropiados como los que no, y me digo, “bueno, si esos deseos están ahí, la Consciencia que me respira y que los puso ahí me dirigirá a hacer algo al respecto. Si no hay que hacer nada al respecto, como ahora mismo, los observo y no me culpo porque esté ahí”.

Puedo entonces vivir el momento presente en paz, libre de futuro, pues todo deseo se basa en un futuro sustentado por la creencia de que si ese futuro tiene lugar, en otras palabras, si ese deseo tiene lugar, entonces voy a ser feliz, entonces voy a estar en paz.

Así que ahora se reconoce la mentira. Se observan los deseos venir e irse, se ve como los pensamientos van y vienen, como los sentimientos van y vienen. Esa es la vida como experiencia dual. Independiente de ello, lo único que es constante y real es este instante. Y si las historias que la mente fabrica en este instante se pueden observar como eso, historias que carecen de significado, en otras palabras, puras mentiras, descubro que la paz que tanto buscaba, que la felicidad que tanto deseaba, no es que está en este instante, sino que ¡ES este instante!.