Comentario: La “respuesta” que podría
ofrecer no es en realidad una respuesta. Es más simple. Si sientes la inclinación
de tomar antidepresivos los tomas. Si no sientes la inclinación de tomar
antidepresivos no los tomas. Pues a final de cuentas no eres “tú” quien toma
las decisiones. Solo experimentas los efectos de un guion ya establecido, cuyo
propósito final es hacer que el Santo Hijo de Dios se reconozca como amor.
Eres
amor, y eso no puede ser ignorado. La depresión como cualquier condición humana
da testimonio de que nos hemos creído ser un “cuerpo separado", carente de
amor, y que ahora busca desesperadamente la manera de sentirse amado, de
sentirse pleno, de sentirse como paz.
En
ese sentido, mientras te encuentras haciendo lo que sientas te sirva de apoyo
para lidiar con tu condición, que mantengas el propósito anclado en tu mente de
lo que realmente deseas. Y en ese sentido puedo recordarte que no pierdas de
vista el deseo por la paz genuina. Eso es lo que restablece la cordura en tu
mente, y es desde ese espacio que la verdadera sanación puede tener lugar. Y
esa sanación no es tomar o dejar de tomar antidepresivos, es el reconocimiento
del amor y la paz que eres.
Hasta
que ese propósito no esté claramente establecido, pueda que un antidepresivo te
brinde un alivio temporal, que no difiere de otras formas de distracción que el
“ser humano” utiliza para continuar negando su verdadera esencia. En tu caso es
un antidepresivo. En otras personas es sumergirse en su trabajo, jugando video
juegos, drogas o alcohol, necesitar estar siempre en compañía, televisión
excesiva, la radio siempre encendida, no parar de hablar por teléfono, comer,
etc.
Ahora,
si tu deseo profundo es la paz interior, y por alguna razón la depresión puede
ser controlada con antidepresivos para que puedas sentirte mejor mientras
sigues enfocado en el propósito, que es recordar el amor que eres, que es hacer
la paz interior lo mas importante, en ese sentido el antidepresivo puede ser un
apoyo hasta que no sea necesario continuar tomándolo. O si por alguna razón
necesitas continuar tomándolo, por lo menos estás en paz con ello y no hay problema
alguno. Pero simplemente aprende a fluir con la vida sin sentir culpa por lo
que termines haciendo dado que, una vez más, no eres "tú" quien está
a cargo del guión.