Comentario: Dices, “YO no creo en la vida, no creo en Dios, no creo en nada más que
la en la lucha, forzar las cosas, controlar y maltratarme a través de todo lo
que me pasa. ¿Cómo puedo confiar en la vida?”
¿Cómo puedes
confiar en la vida si ya has establecido que no crees en ella?
Aun así, voy a
jugar un poco con esto para ver si quizás puedas abrirte a una nueva
posibilidad de ver las cosas. No tienes que confiar en Dios ni creer en Él. No
tienes ni siquiera que intentar confiar en la vida. Lo que sí puedes observar
es que estás sufriendo. La pregunta es, ¿quieres continuar sufriendo? ¿Te gusta
seguir sufriendo? Cuando llegue el momento que estés cansada de sufrir es que
se puede dar pie al trabajo.
Entonces,
cuando llega ese momento en el que quieres dejar de sufrir, lo que en realidad
estás diciendo es que deseas paz interior. Ahora tienes algo en que enfocar. La
paz interior sólo se experimenta a raíz de una rendición total. A raíz de una
total aceptación de lo que es. Aceptación y resignación son dos cosas
diferentes. Aceptación es un indicativo que deseo paz interior. Resignación es
una señal de impotencia, en la que no deseo paz interior de corazón, pero como
no sé qué más hacer me encuentro aguantando la situación.
Antes de
continuar, haces un comentario sobre el video que viste el cual puedo ver
claramente como ha sido sacado fuera de contexto he interpretado erróneamente.
Dices, “Estoy resistiéndome a unos comportamientos de mi marido, creyendo, como
bien dices en el vídeo que la vida es injusta conmigo, que con la buena que soy
¿porqué se comporta él tan mal conmigo? ¿porqué tiene esos comportamientos que
no me gustan?. Entonces como dices en el vídeo ¿la vida me quiere en esta
relación de pareja? ¿no tengo que volver a "hacer un movimiento y
dejarlo"?”
Cuando digo que
la vida me tiene una relación, es porque si estoy en una relación implica que
eso es lo que está ocurriendo. En ocasiones la lección de perdón es que pueda
salir de esa relación sin culpa, y sin culpar. Aunque eso no lo decides
"tú", esa es la gran paradoja de esta experiencia. Pero presta mucha
atención. Cada experiencia me ofrece la oportunidad de mirar la resistencia en
mi proyectada afuera. Y no sé en dónde dices que yo he dicho en el vídeo que la
vida es injusta conmigo.
Pero
continuando, mirando tu escenario, lo que observo en tu pregunta es que tu
deseo no es paz interior, sino más bien, cambiar a tu marido. Él no tiene nada
que ver con lo que tú sientas. Él es una proyección que constantemente te pone
en contacto con aquello en ti que no quieres ver pero que a su vez se refleja
en su comportamiento. Cuando el deseo por la paz interior es genuina, se deja
de utilizar al mundo, en este caso, tu marido, como excusa para justificar tu
pérdida de paz y empiezas ahora a tomar completa responsabilidad de que lo que
sea que estés sintiendo surge de ti, y no es causado por ninguna experiencia
“externa”.
Y de nuevo,
para que uno pueda empezar a realizar este trabajo de autoconciencia, de
autorresponsabilidad, primero tiene que partir por un deseo profundo por estar
en paz. Tu pregunta es imposible de contestar dado que partes de la premisa de
qué quieres sentirte bien si tu entorno cambia. En otras palabras, toda tu
atención está fijada en lo "externo" como “causa” de tu malestar Y
ahora quieres buscar la manera de que las cosas “externas”, como el
comportamiento de tu marido, o lo que fuese, cambie para tu sentirte “bien”.
Sin embargo,
ese cambio de percepción del miedo al amor, del conflicto a la paz ES LO QUE TE
OFRECE LA VIDA SI ESTÁS DISPUESTA A CONFIAR EN ELLA. Y como existe tanta
resistencia en tu mente, no se te pide que de buenas a primeras confíes en la
Vida. Pero sí se te pide que restablezcas tus prioridades para que así la vida
poco a poco te vaya mostrando que puedes confiar en Ella Y en ese sentido la
transformación empieza a tener lugar.
Hay un extracto
de Un curso de Milagros que lo resume de la siguiente manera: “Todavía tienes
muy poca confianza en mí (aunque el Curso habla del Espíritu Santo, para tu
caso digamos la Vida), pero ésta aumentará a medida que recurras más y más a mí
(a rendirte completamente) -en vez de a tu ego- (tu deseo de controlar) en busca
de consejo. Los resultados te irán convenciendo cada vez más de que ésta es la
única elección cuerda que puedes hacer.” T-4.VI.3:1-2
Los resultados
del que ese extracto habla es la paz inmediata que experimentas cada vez que
sueltas, cada vez que te rindes. Esto no va a tener lugar porque estés leyendo
estas palabras. Porque lo que impulsa tu
comportamiento es el miedo, es toda esa resistencia interna. Pero todo eso va a
ir cambiando cada vez que vas poniendo en práctica el soltar, teniendo ya clara
que deseas la paz sobre todas las cosas. Dicho de otra manera, que deseas de
dejar de sufrir.
Por eso el camino más directo, aunque acabo de decir qué
sería hacer la paz tu mayor prioridad, sería mejor mirar los obstáculos, y
practicar ahí la rendición. En otras palabras, intentar estar en paz con una
mente confundida es una tarea muy ardua, que sería prácticamente imposible.
Pero observar, por ejemplo, cómo el comportamiento de tu marido te molesta, eso
es mas práctico, y ahí es que podrías decir, “Señor, Vida, (o el símbolo que
para ti represente Sabiduría), enséñame a amar esto que simplemente me está
mostrando aquello en mí que estoy rechazando.”
Eso es a lo que le llamo establecer la intención. Ahora
viene la parte más difícil, y que paradójicamente es la que se encarga de la
transformación. Eso que estás sintiendo, siéntelo completamente. Llámame rabia,
frustración, resentimiento, tristeza, no importa el nombre que se le de a esa
energía, siéntela completamente, profundamente. Solo que, de nuevo, sin
añadirle historias. Según ese movimiento en ti sentido, según esa energía va
perdiendo su poder, la paz y el amor en ti se va incrementando.
Y repito, todo esto empieza por el deseo profundo de dejar
de sufrir (querer paz). De aquí en adelante, aunque empieces con el
entendimiento intelectual de que tu marido no tiene que cambiar, de qué nada en
el mundo tiene que cambiar para que tú puedas estar en paz y ser feliz, la Vida
misma, Esa que en un principio no querías confiar, es la que va a dirigir tus
pasos, ya sea hacia recursos o prácticas que te sirvan de apoyo para que todo
ese miedo en ti se vaya deshaciendo. Ya no hay nada más que pueda ofrecer en
palabras, salvo que ahora te toca a ti elegir lo que realmente deseas, paz o
que tu marido cambie, paz o seguir controlando, paz o sufrimiento.