Siento que este es el escrito más importante que ha surgido a través de “mí”. O podríamos decir que si lo estás leyendo, al “tú” formar parte de la misma mente que “yo”, ha surgido a través de “ti”, solo que “yo” me adelante y lo publiqué jejeje
En un principio esa idea de ser un farsante podría ser mal
interpretada. Sería pues, como decir, "no confíes en mí, soy un
mentiroso". Y sin embargo, ¡eso es exactamente lo que estoy diciendo! Sólo
que esta vez no va mal intencionado. Así que vamos a explorar esta idea de lo
que significa ser un farsante.
Lo que realmente Soy, al igual que TODOS, es Conciencia, es
Dios, es Amor. Algo menos que eso tiene que ser una mentira. Así que si me
preguntas quién soy “yo”, y te digo mi nombre, “soy Nick Arandes”, tengo que
estarte mintiendo. Si te pregunto quien tú eres y me dices tu profesión, “soy
una secretaria, un médico, una actriz, un terapeuta,…” tienes por definición
que estarme mintiendo.
Si me preguntas quién soy “yo” y me identifico con mis
sentimientos u actitudes, “soy una persona feliz, triste, apasionada,
depresiva,…” tengo que por definición estarte mintiendo. Si te pregunto quien
“tú” eres y te identificas con tu apariencia física, “soy linda, soy fea, soy
gordo soy flaco,…” tienes que por definición estarme mintiendo.
Como podemos ver, nos hemos creído una mentira, que la
tomamos como verdad, y aunque aparentemos comportarnos como individuos
“morales” u “honestos”, todo lo que podamos decir sobre nosotros, qué sea menos
que la Verdad Absoluta, Amor, Dios, Conciencia, ¡es una mentira!
En ese sentido
somos unos farsantes. Y la mentira más grande que la gran
mayoría de las personas nos hemos creído, es: “no soy merecedor de ser amado.”
Por lo tanto, creerme esa mentira es estar dispuesto a reconocerme como
farsante, y por eso repito, ¡soy un farsante!, ¡gracias a Dios!