Pregunta: "Hola Nick! Quería hacerte una pregunta: Soy terapeuta energético y bueno descubrí la psicoterapia de un curso de milagros y la estoy aplicando en mis terapias, pero no se que ha pasado desde que la estoy utilizando han parado de llegar los clientes.. no sé lo que pueda estar pasando. Has tenido algún caso parecido? Gracias. Un abrazo”
Comentario: El objetivo del curso no es que un “yo” personal adquiera clientes para
“sanarlos”. Es recordarle a la mente que sueña este sueño qué ese “yo” que me creo
ser no es real. La relación terapeuta y paciente es para que, juntos, agarrados
de la Mano del Espíritu Santo, que en este caso el terapeuta lo sabe aunque el
paciente no, se unan en ese propósito. Cuando el propósito está establecido, el
Espíritu Santo genera todos esos encuentros para beneficio de la mente, no para
beneficio de ninguna de las partes “individuales”, aunque así lo parezca.
Miremos lo que
el Manual de Psicoterapia del Curso nos recuerda: "Muy sencillamente, el
propósito de la psicoterapia es eliminar los obstáculos a la verdad...Dios ha
dado a todo el mundo un Maestro (Espíritu Santo) Cuya sabiduría y ayuda
sobrepasan ampliamente cualesquiera contribuciones que un terapeuta terrenal
pueda proveer. Sin embargo, hay momentos y situaciones en las cuales una
relación terrenal paciente-psicoterapeuta se convierte en la manera a través de
la cual Él (Espíritu Santo) ofrece Sus más grandes regalos A AMBOS."
P-1.1:1...4-5
Dado ese el
caso, cuando tú, y repito, cuando tú, y solamente tú deseo profundo es recordar
la Verdad, el Espíritu Santo te utiliza como vehículo a través del cual, si en
tu caso ser terapeuta es la manera en que Su mensaje es recordado para ti, y a
su vez se extiende “otros”, siempre tendrás lo que sea necesario para que puedas
ser sostenido en este mundo ejerciendo tu carrera como terapeuta. Como
nos lo recuerda el Manual de Psicoterapia del Curso: “Nadie puede pagar por la
terapia, pues la sanación es de Dios y Él no pide nada. Sin embargo, es parte
de Su plan que todo en este mundo sea utilizado por el Espíritu Santo para
ayudar a cumplir con el plan. Aun el terapeuta avanzado tie¬ne algunas
necesidades terrenales mientras está aquí. Si ne¬cesita dinero se le dará, no
como pago, sino para ayudarle a desempeñarse mejor dentro del plan.”
P-3.III:1-4
El Dr. Kenneth Wapnick, cuando hacia formaciones para
terapeutas basadas en las enseñanzas de Un curso de Milagros les recordaba qué
tenían que tener mucho cuidado cuando se encontraban buscando pacientes. Si tú,
por ejemplo, te formaste como terapeuta en la disciplina que sea, cuyo
propósito es “curar” otros cuerpos, y ahora estás emprendiendo un camino en el
que el recuerdo de lo que realmente eres (no un cuerpo separado) está siendo
establecido, si esa terapia sólo sirve como distracción pueda que te encuentres
en la tesitura en la que dejan de llegar pacientes.
Pues ahora se está poniendo en cuestión todas las creencias
que tienes acerca de lo que tú eres y de lo que tu “realidad” es. Se pone en
cuestión todos tus valores: el miedo a perder el aspecto económico se pone en
cuestión, el miedo a perder tu identidad como terapeuta se pone en cuestión,
pero si todos esos miedos e incertidumbres se ponen al servicio del perdón, la
vida los utilizará para liberarte del miedo y hacerte consciente de tu
verdadera esencia.
Según esa
certeza se va estableciendo, de nuevo, si tu función en este mundo es ser
terapeuta, la vida te utilizará, y te presentará los pacientes que sean
necesarios para que juntos se hagan conscientes de la verdad, mientras que
simultáneamente, repito, si tú necesitas ingresos para poder sostenerte en este
mundo como terapeuta se te serán proveídos.
La diferencia es, tengas pacientes o no, descansas en esa
paz desde la cual sirves de ejemplo para todo aquel que la vida ponga en tu
camino. En ese sentido, creámoslo o no, aunque algunos se dediquen oficialmente
a ejercer la carrera de terapeutas, la realidad es, TODOS SOMOS TERAPEUTAS. Eso
es a lo que Un curso de Milagros se refiere a Maestros de Dios. “Todos somos
Sus psicoterapeutas, pues Quiere que todos seamos sanados en Él.” P-1.5:10 El
que barre las calles por la mañana en un parque y te ofrece una sonrisa que te
calma en un momento que sientes angustia, ese es tu terapeuta. El taxista que
estaba de mal humor y al ir tú en su coche le ofreces unas palabras que le
apoya a sentirse mejor, aunque tu carrera sea la de contabilidad, ese era tu
paciente.
Y en una relación “formal”, terapeuta-paciente, recuerda:
“Pues la psicoterapia, entendida correctamente, enseña el perdón y ayuda al
paciente a reconocerlo y a aceptarlo. Y en su sanación EL TERAPEUTA SE PERDONA
JUNTO CON ÉL.” P-1.2:6-7
Ahora, mas que
nada, es imperativo que recuerdes tu única función, la cual es perdonar. Observa
todo miedo qué surge, ya sea el de la posibilidad de perder los pacientes o
clientes, el de quizá dejar de ejercer esa terapia, que aunque en un pasado
tuvo una función, con tu nueva comprensión pueda que ya deje de ser útil, o
pueda que sigas ejerciéndola ya que cualquier terapia en manos del Espíritu
Santo es útil, el miedo a perder tu identidad, estatus, posición social, en
fin, todo miedo que de una forma u otra se genere, se pone a disposición del
plan de Dios para la salvación de la mente.
Al final de cuentas, tu deseo más profundo es sentirte
libre. No libre de problemas, pues en este mundo, como decía un ministro en
California, o estás en un problema, saliendo de uno, o listo para entrar en
otro. Pero lo que sí puedes ser libre, es del miedo y la preocupación. Y eso se
establece inmediatamente en la mente cuando la misma está presente, regida por
el sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Él es el que dulcemente te
recuerda en cada momento: , “Si supieras Quién camina a tu lado por la senda
que has escogido, sería imposible que pudieses experimentar miedo.”
T-18.III.3:2