Si para una persona el amor conlleva expectativa, en función a su definición de amor, claro que el amor duele.
Si para una persona el amor significa posesión, en función a su definición de amor, claro que el amor duele.
No obstante, si el Amor es Eso (letra mayúscula) que lo abarca Todo,
entonces el Amor acoge, incluso el dolor. En ese sentido, no es el Amor
lo que duele, ¡es el dolor lo que duele!
Si el amor acoge y abraza el dolor, todo lo que produce dolor no puede ser amor, son solo derivados del dolor mismo. Es por eso que el Amor no puede ser apego, aunque el Amor puede acoger la sensación de apego. El Amor no puede generar expectativa, aunque el Amor puede acoger aquello que genera expectativa. El Amor no puede ser posesión, aunque acoge aquello que desea poseer.
Todo lo que genera apego, expectativa y posesión, es la identificación con un “yo” separado. Eso ya de entrada no es Amor. Es una versión limitada y distorsionada del Amor, que es la totalidad. Y el Amor, inclusive, acoge a ese “yo” que se percibe separado.
El trabajo entonces es de ser consciente de mi Verdadera Identidad como Totalidad (como Amor). Ahí desaparece el apego, las expectativas, la posesión dado que si solo hay Uno (Totalidad, Amor), no hay nada a que o a quien apegarse. No hay nada a que o a quien poseer, y en ese sentido, el concepto de expectativas queda fuera de la ecuación.
Por consiguiente, ¿el Amor duele?. No, el Amor simplemente ¡Ama! ¿Qué mas podría hacer?
Si el amor acoge y abraza el dolor, todo lo que produce dolor no puede ser amor, son solo derivados del dolor mismo. Es por eso que el Amor no puede ser apego, aunque el Amor puede acoger la sensación de apego. El Amor no puede generar expectativa, aunque el Amor puede acoger aquello que genera expectativa. El Amor no puede ser posesión, aunque acoge aquello que desea poseer.
Todo lo que genera apego, expectativa y posesión, es la identificación con un “yo” separado. Eso ya de entrada no es Amor. Es una versión limitada y distorsionada del Amor, que es la totalidad. Y el Amor, inclusive, acoge a ese “yo” que se percibe separado.
El trabajo entonces es de ser consciente de mi Verdadera Identidad como Totalidad (como Amor). Ahí desaparece el apego, las expectativas, la posesión dado que si solo hay Uno (Totalidad, Amor), no hay nada a que o a quien apegarse. No hay nada a que o a quien poseer, y en ese sentido, el concepto de expectativas queda fuera de la ecuación.
Por consiguiente, ¿el Amor duele?. No, el Amor simplemente ¡Ama! ¿Qué mas podría hacer?